Alimentos y bebidas, el precio por excelencia que se encontraba adelantado a diciembre del año pasado, ya corrigió el desvío del año pasado

El proceso de ajuste de los precios relativos en el mercado de la desaceleración de la inflación produjo en los últimos meses un nuevo mapa de precios en la Argentina, muy diferente del que heredó la actual gestión económica, pero en el que subsisten precios que están “adelantados” –es decir, por encima de lo que se considera su nivel de equilibrio– y otros que siguen atrasados.

Entre estos últimos se destacan dos: el dólar y los salarios.

Y, entre ellos, una diferencia fundamental. El billete pegó un fuerte salto en diciembre del año pasado y llegó a quedar por encima del nivel de marzo de 2019, la fecha en la que habitualmente el consenso de economistas marca la “línea base” por considerar que tras los ajustes de tarifas de los años anteriores hasta ese momento los precios estaban alineados. Los salarios, en cambio, ya estaban atrasados antes de diciembre del año pasado y su rezago se profundizó aún más en los primeros meses de este año. En promedio, siguen por debajo aunque algunos sectores –como los salarios formales privados– lograron una recomposición que los acerca al equilibrio.

Fuente: Juan Manuel Telechea

Esos casos contrastan con aquellos precios que, estando muy por encima del equilibrio o adelantados, siguieron subiendo durante este año.

Una actualización de ese mapa que periódicamente elabora el economista Juan Martín Tellechea indica que ese es el caso de autos y medicamentos. En tanto, alimentos y bebidas, el precio por excelencia que se encontraba adelantado a diciembre del año pasado generando la principal distorsión ya corrigió el desvío, lo mismo que indumentaria, tal vez la categoría que hasta 2023 fue la que mayor suba de precios acusaba, muy por encima del nivel general del IPC.

De esta manera, la nueva foto de los precios en el país muestra un nivel de menores distorsiones aunque también demuestra que, incluso a pesar de los ajustes, existen precios que todavía deberán seguir subiendo para corregir ese atraso.

“El Gobierno sigue alineando los precios relativos. La foto actual mejoró bastante respecto de unos meses atrás, tanto por los que corrigieron al alza, como por los que corrigieron a la baja. El salario, el único atrasado que encima bajó”, apuntó el economista, que explicó cómo se produjo esa mejora: “Los precios atrasados fueron los que más aumentaron, mientras que sucedió lo contrario con los más adelantados” .

Pero la corrección todavía no es total, particularmente para el caso de las tarifas, además del salario. A diferencia de estos últimos, las tarifas de los servicios públicos acusaron el fuerte impacto determinado por el Gobierno que apuntó a reducir los subsidios. Ese proceso, que ahora entró en una fase algo más amigable con aumentos que en el caso de la luz y el gas no superarán este mes 2,7%, está lejos de finalizar. Por el contrario, según los cálculos de Telechea, todavía hace falta un ajuste de 50% en el caso de las tarifas de energía y otro 35% para el transporte.

También los alquileres se encuentran por debajo del nivel de equilibrio y a pesar del acelerado ajuste, las prepagas recompusieron gran parte de su atraso pero se mantienen, todavía, levemente por debajo. Lo mismo vale para las telecomunicaciones, la educación y el combustible. Este último caso es algo fluctuante, ya que su nivel de equilibrio, más allá de la referencia de marzo de 2019, queda determinado por el valor internacional del petróleo y el avance del dólar. La variación en el precio del barril hizo, por ejemplo, que YPF decidiera el mes pasado aplicar una leve baja de precios, lo que luego revirtió este mes ante la nueva suba del crudo. En cualquier caso, en el sector consideran que ya encuentran en niveles de “paridad de exportación”.

En el polo opuesto, además de medicamentos y autos, se encuentra restaurantes y deliveries, indumentaria y alimentos.