Las últimas lluvias dieron por completo vuelta el escenario en la región agrícola núcleo. En la primera quincena de octubre, el 80% del área de esta zona estaba en sequía, y ahora se ve que el 80% tiene reservas abundantes. Esto fue posible gracias a que el mes terminó con 146 mm como media. A pesar de la mejora en las reservas de agua, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) alertó que el panorama no es fácil para los productores, que deberán enfocarse en maximizar el rendimiento para compensar los bajos márgenes de rentabilidad: en soja en campo alquilado se perderá plata.
El margen en el cultivo “no supera los 300 dólares por hectárea en campo propio y es negativo en campo alquilado”. Ante este contexto, los productores deberán alcanzar mayores rendimientos. “Apuntan a superar los 45 quintales por hectárea para tener margen”, indicó el informe. Para tener en cuenta, el promedio de las últimas cinco campañas en la región núcleo fue de 33 quintales por hectárea, y en los cinco años anteriores fue de 40.
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La rotación trigo/soja de segunda lidera los márgenes netos en campo propio. Muestra un margen de 413 dólares por hectárea con rindes estimados en 40 quintales por hectárea para el trigo y 35 quintales por hectárea para la soja de segunda.
“En cuanto a cultivos individuales, el maíz temprano sigue siendo el más rentable en campo propio, con un margen de US$399”, dijo. Por otra parte, el maíz tardío generaría un margen de US$254 hectárea con rindes de 85 quintales por hectárea.
Otra realidad
En campos alquilados, sin embargo, la situación es menos favorable: “El maíz tardío y la soja de primera arrojan pérdidas significativas, con márgenes negativos de US$-148 por hectárea y -116 US$/ha, respectivamente”.
Comparado con octubre de 2022, la rentabilidad de los cultivos es baja. “Hace dos años los valores eran buenos en la mayoría de los cultivos, cuando la cosecha argentina sufrió uno de los mayores golpes por la falta de agua”, señaló la BCR.
A modo de comparación, en octubre de 2022 los márgenes en campo propio duplicaban los de octubre de 2024 en las seis situaciones evaluadas. Además, en campo alquilado todos los cultivos presentaban márgenes positivos, con los mayores beneficios en maíz de primera y trigo/soja.
Por otro lado, la disponibilidad de agua ya ha impulsado el inicio de la siembra de soja en la región núcleo, aunque el avance es bajo, con apenas un 5% de la superficie sembrada, equivalente a 275.000 hectáreas de las 5,5 millones proyectadas. Este ciclo, se espera un incremento del 20% en la superficie sembrada en comparación con el ciclo anterior.
Un factor de preocupación entre los productores es la calidad de la semilla. “Muchos señalan el bajo poder germinativo visto en los análisis”, apuntó. En varios casos, este poder germinativo apenas alcanza el 70%, cuando lo ideal es superar el 80%. Frente a esto, los productores están optando por una mayor tecnología en el tratamiento de semillas, utilizando curasemillas adecuados y productos microbiológicos que favorezcan el rápido enraizamiento, además de incrementar la densidad de siembra.
Por otro lado, las lluvias de octubre llegaron justo a tiempo para impulsar el llenado de granos en el trigo de la región núcleo. Según el informe, “si bien se mantienen los 35 quintales por hectárea como rinde promedio, muchos se ilusionan con mejores expectativas de rendimiento”.
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En María Susana y Cañada de Gómez, los productores planean sembrar maíz tardío en diciembre, siempre y cuando no haya problemas con la chicharrita, una plaga que afecta el cultivo.
En cuanto al maíz temprano, la siembra cerró esta última semana en varios lotes de la región. De las áreas proyectadas para maíz temprano, unas 400.000 hectáreas no lograron sembrarse debido a la falta de agua y pasarán a destinarse a soja de primera.