La acumulación de platos sucios en la cocina puede parecer un descuido cotidiano o una simple pereza, pero para la ciencia y la psicología este hábito tiene implicaciones más profundas. Este comportamiento común en muchos hogares puede ser un reflejo del estado mental y emocional de una persona. ¿Qué puede señalar? Desde niveles de estrés hasta dificultades para gestionar las responsabilidades del día a día.
Los estudios en psicología apuntan a que el estrés y la fatiga mental son factores que influyen en la postergación de tareas domésticas básicas como el lavado de platos, de la ropa o del baño. Cuando una persona se siente abrumada por sus obligaciones o experimenta agotamiento, es más probable que evite actividades que requieran un esfuerzo adicional.
Este fenómeno no es un simple desinterés, sino que ante altos niveles de estrés, la motivación para realizar actividades que no ofrezcan una recompensa inmediata disminuye de manera drástica. En estos casos, lavar los platos puede percibirse como una tarea tediosa que se posterga para otro momento.
Al dejar que se acumulen las tareas, las personas encuentran una vía para lidiar con la sobrecarga emocional, pero esto también puede generar un efecto negativo en su bienestar general. La ciencia sugiere que para romper con este ciclo de suciedad y desorden se deben realizar pequeños cambios en los hábitos y rutinas de limpieza.
Cómo puedo modificar esta conducta para sentirme mejor
La más fácil de las tareas a modificar es dejar de acumular cosas para hacer. En el caso de los platos sucios, lavarlos después de cada uso es una forma sencilla de que no se transformen en una montaña al final del día. Esta práctica disminuye el estrés y aumenta la sensación de control en el espacio.
Además, según los especialistas, este enfoque permite reducir la carga emocional, mejorar la organización del hogar y promover un ambiente más ordenado, lo que, a su vez, ayuda a disminuir la ansiedad y mejorar la motivación para afrontar otras tareas más importantes.
La doctora Swati Mittal, psiquiatra consultora en Fortis Noida and Swastik Assist Homes, asegura que limpiar nuestra casa genera reacciones químicas en nuestro cerebro que nos estimulan a sentirnos mejor. “Limpiar una casa quema calorías y también es bueno para nuestro cuerpo porque libera endorfinas o sustancias químicas que nos hacen sentir bien dentro del cerebro. Por lo tanto, actividades como limpiar, ordenar y organizar el hogar reducen la ansiedad y tienen un efecto positivo en nuestra salud mental”, explicó al medio AD España.
“Además, es una actividad terapéutica porque reduce el tiempo frente a la pantalla al mantenerte alejado del televisor o el teléfono móvil y te permite pasar más tiempo contigo mismo”, continuó detallando la experta los beneficios para la salud.
Tips para no acumular platos sucios
Algunos otros consejos recomendados por especialistas para no dejar los platos sucios en la bacha de la cocina son:
- Lavar mientras se cocina. Aprovechar los tiempos de espera mientras se hierve el agua o se espera a que salga el pan del horno, puede ser una buena oportunidad para lavar los utensilios y platos que se hayan utilizado. Esto evita que se acumulen demasiados platos y cubiertos al final de la comida.
- Probar el sistema de “limpieza en pareja”. Si se vive con otra persona, uno puede lavar y otro secar, lo que hace la tarea más rápida y menos pesada. Además, puede ser un buen momento para conversar y compartir cosas sobre el día.
- Usar el “método de los 5 minutos”. Si todo el tiempo se siente que no queda tiempo en el día para hacer las tareas del hogar, utilizar el método de los 5 minutos es una opción efectiva para avanzar con la limpieza. El mismo consiste en lavar y ordenar todo lo que más se pueda en 5 minutos, lo que te permitirá ver en poco tiempo un avance y la utilización eficaz del tiempo.