Solange Jesica Santander, conocida popularmente como Sol Santander, se transformó en un éxito en Internet por sus videos de humor y hoy cuenta con una comunidad de más de 2 millones de seguidores en sus redes sociales.

Además de ser creadora de contenido, es profesora de danza y coreógrafa. Antes de la pandemia, daba clases de Zumba en un gimnasio, creando un espacio de encuentro para personas con ganas de activarse y conectar a través del ejercicio y la música.

Actualmente, presenta en el teatro su primer unipersonal titulado Sí Soy!, donde recorre desopilantes momentos de la infancia y la adolescencia hasta llegar a dar sus primeros pasos como una “señora joven”. En la obra sus personajes conviven con la representación de audios virales de WhatsApp, un recurso que añade su característico humor físico.

Sol Santander: “Soy una bicho de teatro y las redes me permiten combinar mis dos pasiones”. (Adrián Escandar)

Mai: — ¿Cómo arrancaste en redes sociales?

Sol: — Como la mayoría de los creadores de contenido, en pandemia y con TikTok. Era una plataforma nueva en ese momento, nadie la conocía y arranqué como todos a subir videos. Eso empezó a crecer y se formó una comunidad con la gente sobre todo en TikTok porque en Instagram me daba vergüenza.

Mai: — Es un común denominador de los creadores de contenido la vergüenza de mostrarse en Instagram después de haber triunfado en TikTok.

Sol: — Es que ahí está la gente que te conoce: tu familia, amigos. Aparte yo daba clases de danza entonces tenía también alumnos ahí…

Mai: — ¿Cuál fue tu primer video? ¿Te acordás?

Sol: — Había visto un video de una de mis alumnas que estaba haciendo lipsync, que es el día de hoy que sigo haciéndolos, y le vi la marca de agua de TikTok y dije: “¿Qué onda esto?”

Mai: — ¿Cuántos años tenés?

Sol: — 37.

Mai: — Quiere decir que TikTok no era de tu mundo habitual en ese momento.

Sol: — No, eran todos pibitos. Me puse como 800 filtros y pasaba (risas).

Mai: — ¿Y cuáles fueron tus primeros pasos en esa red?

Sol: — Descargué la aplicación y empecé a jugar porque yo antes de la pandemia venía muy al palo dando muchas clases por día. Tenía de lunes a viernes 4 o 5 clases todos los días y al encontrarme en pandemia, encerrada, siendo muy inquieta, necesitaba hacer algo.

Mai: — Viéndolo ahora a la distancia, ¿qué te gusta más tu vida de TikTok o la de las clases?

Sol: — Creo que pude combinarlas y ahí es donde aparece el humor físico y gestual.

Mai: — ¿Cómo lo definirías?

Sol: — Utilizo mucho la expresión corporal, no utilizo tanto mi voz. De hecho, aparece en muy pocos videos mi voz porque siempre me comunico más con el lenguaje corporal para hacer humor.

Mai: — ¿Estudiaste actuación?

Sol: — No. Mi mamá siempre me decía: “Sol estudiá actuación” y yo quería bailar. Pero por suerte tuve la oportunidad de enganchar la danza por el lado más interpretativo.

“Mi personaje Beto nació de un audio viral sobre infidelidades”, confesó la humorista. (Adrián Escandar)

Los audios

En TikTok, el uso de audios virales de WhatsApp se ha convertido en una fórmula exitosa para hacer humor, debido a que capturan situaciones cotidianas, discusiones o comentarios espontáneos que resultan hilarantes por su autenticidad y los creadores los utilizan para darle un giro a sus videos.

Con creatividad y sincronización, los tiktokers reinterpretan los audios en diferentes contextos, agregando expresiones faciales y gestos que potencian la comicidad. Esta tendencia conecta rápidamente con la audiencia, ya que muchas veces los espectadores reconocen las frases y las encuentran graciosas al verlas representadas de maneras ingeniosas.

Mai: — ¿Los audios te los mandan o los buscas? ¿Cómo es la dinámica?

Sol: — Algunos me los mandan y otros son virales. También me piden: “Hace este o el otro”.

Mai: — ¿Te ha pasado que te manden un audio y digas: “Hasta acá llego”? ¿Esto es un montón?

Sol: — Sí.

Mai: — ¿Por ejemplo? ¿Cuáles?

Sol: — Y audios que por ahí la gente cree que son graciosos y en realidad son violentos. Yo no me siento bien si tengo que interpretar algo así porque a mí no me causa. El filtro que hago siempre es que si a mí me causa gracia, lo hago, sino no.

Mai: — ¿Y qué otro tipo de audios te llegan? ¿De infidelidad?

Sol: — Esos me encantan. De hecho, tengo un personaje que es para esos audios que se llama “Beto” (risas).

Mai: — ¿Por qué se llama Beto?

Sol: — Es que gracias a Beto llegué a mucha gente porque es un audio muy viral que cuenta una anécdota de un chico que le dice a la novia: “Me voy a jugar a la pelota” y la piba le dice: “Te acompaño”. Y en realidad no iba a jugar a la pelota, se iba de joda…

Mai: — Pero ella ya sospechaba…

Sol: — Sí. “Te acompaño”, le dijo. Entonces, ¿qué pasa? Van a una cancha de fútbol y él se acerca a un par de pibes que estaban ahí y todos dicen: “¿Y este quien es?” Se preguntaban entre ellos: “¿Está con vos?” y todos decían que no. Él se acerca y dice a uno: “Vení, vení”. El pibe le dice: “¿Qué pasa?”. Y él le dice: “Me tenés que hacer un favor. Está mi novia acá, yo le dije que iba a jugar a la pelota, pero en realidad me iba con otra. Por favor haceme la gamba, tengo que jugar”. Y el flaco se ríe y le dice: “Bueno, dale entra. Pero tengo que saber cómo te llamás”. “Me dicen Beto”, le responde él (risas). Ahí empezó la historia de ese personaje.

El apoyo de su familia

Mai: — ¿Cómo recibió tu familia esto de que te hagas conocida en las redes sociales?

Sol: — Ya sabían de chiquita como era. Mis padres me apoyaron muchísimo. Yo arranqué a bailar a los cuatro años gracias a ellos porque mis papás eran payasos y mi papá era conductor de un programa en un canal en San Martín.

Mai: — Había un antecedente.

Sol: — Sí, yo lo miraba a mi viejo en la tele vestido de payaso y también era mago, me animaba los cumpleaños, entonces tuve la suerte de que ya de chiquita tuve dos padres muy artísticos.

Mai: — ¿Ellos te incentivaban a una vida más vinculada al arte o pretendían que siguieras una carrera formal?

Sol: — Yo la verdad que tuve suerte porque muchos artistas de mi edad tuvieron que dejar su deseo y dedicarse a otras carreras más formales, como abogacía, por ejemplo. Mis papás siempre me apoyaron. Me decían que estudiara actuación y yo no quería. Es cierto también que son jóvenes. Mi mamá me tuvo a los 19 años y mi papá tenía 23, entonces soy hija de padres jóvenes y artistas así que tuve mucho empuje por parte de ellos.

Mai: — ¿Qué es lo que más te gusta? ¿Teatro o redes?

Sol: — Las dos porque yo soy bicho de teatro y ahora que empecé en las redes es poder combinar esas dos cosas y está buenísimo.

“El humor físico y gestual es mi manera de conectar en TikTok”, explicó Sol en diálogo con Mai Pistiner. (Adrián Escandar)

Las marcas y una mirada retrospectiva

Mai: — El trabajo en las redes implica un contacto frecuente con las marcas, ¿cómo te llevás con eso?

Sol: — Bien. Hay de todo un poco. Hay marcas que aceptan todo y otras que son muy minuciosas. Yo lo que siento y me gustaría es que nos dejen ser un poco más. Por lo menos yo siento eso.

Mai: — ¿Has dicho que no a marcas que te hicieron propuestas?

Sol: — Sí, principalmente a casinos. Desde un comienzo dije que no primero porque es ilegal, porque hay ciertas cosas de casinos que son ilegales, pero también está el tema de la ludopatía sobre todo en los nenes. Yo cuando arranqué en redes me seguían muchos niños y había investigado porque, obviamente, te caen con la oferta y vos no entendés.

Mai: — Es tentador

Sol: — Me acuerdo que no hablamos de plata, pero fueron una de las primeras ofertas que me llegaron. Dije: “Voy a ver qué onda”. Yo investigo siempre antes. Me pareció todo muy raro y preferí que no.

Mai: — ¿Qué le dirías a tu mini Sol de los 10 años que quizás no se imaginaba que iba a llegar a dónde estás hoy?

Sol: — Que siga agradecida por todas las oportunidades que tuvo y que tiene, que se siga divirtiendose y se anime.

Mai: — ¿En algún momento pensaste que no ibas a poder trabajar de lo que te apasionaba?

Sol: — Creo que en algún momento sí, pero fue muy corto ese momento porque, de hecho, dando clases de danza y trabajando en gimnasios, estaba haciendo lo que me gustaba. Cobraba muy poco, pero a mí no me importaba. “Voy a comer arroz toda mi vida y me voy a dedicar a esto porque me levanto bien y feliz”, decía. Porque también he trabajado de otra cosa y no estaba bueno.

Mai: — ¿Qué otros trabajos tuviste?

Sol: — Trabajé mucho tiempo en ventas: seguros, autos, ropa y no era lo que a mí me gustaba. Pero obviamente cobraba muchísima más plata y en un momento tuve que decidir.

Mai: — ¿Qué otra cosa le dirías a esa mini Sol?

Sol: — La tengo muy cerca todos los días a esa nena porque, de hecho, yo estoy jugando. Mi trabajo se trata de jugar, entonces estamos jugando todo el día, nos vemos todo el día y también en la obra Sí Soy! está a flor de piel y lo digo. A esa niña, que también es la interior, le diría que sea feliz, que siga como está, que está bien.

Mai: — ¿Te arrepentís de algo que hiciste o que no hiciste?

Sol: — Me arrepiento de no haber estudiado actuación, como me dijo mi mamá (risas) y canto. Me hubiese gustado cantar, pero canto horrible.

Mai: — Nunca es tarde…

Sol: — Es verdad.