El PSOE ha cosechado este martes su cuadragésima derrota en el Pleno del Congreso, esta vez forzada por su propio socio de Gobierno de coalición, los diputados de Sumar, que han permitido con su abstención que se tome en consideración una proposición de ley del PP para que se tenga que votar el envío de material militar a Ucrania u otros países.

Con las votaciones perdidas en menos de un año, el PSOE ha visto caer un decreto ley, la senda de estabilidad y dos proposiciones de ley auspiciadas por el Grupo Socialista. Tampoco ha podido evitar que el Congreso repruebe a dos ministros e incluso se vio sorprendido por un frenazo temporal a la Ley de Amnistía.

El Gobierno de coalición se enfrentó a su primera derrota parlamentaria el 10 de enero de 2024, cuando Podemos, unido a abstención de Junts, tumbó el decreto ley redactado por el ministerio de Yolanda Díaz que incluía una reforma del subsidio por desempleo.

A partir de ahí, entre los meses de febrero y marzo, el Gobierno tuvo que hacer frente a tres nuevas derrotas: el frenazo a la Ley de Amnistía tras el rechazo de Junts; la reprobación del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la muerte de dos guardias civiles en el puerto de Barbate (Cádiz) gracias a la abstención Podemos y Junts, y la primera moción de la oposición sobre el ‘caso Koldo’ porque ERC y Junts optaron por la abstención.

En abril el Gobierno sufrió dos nuevas derrotas parlamentarias, la primera en el primer pleno del mes al ver cómo se aprobaba, pese a su voto en contra, una iniciativa del PP exigiendo la deflactación del IRPF para compensar la subida de la inflación, gracias a la abstención de Junts, PNV y BNG. Y la segunda con la toma en consideración de una proposición de ley del PP para relajar la protección al lobo ibérico donde los ‘populares’ sumaron a Vox, Junts y PNV, mientras que Bildu optó por la abstención.

UNA LEY RETIRADA ANTES DE PERDERLA

Un mes después, en la sesión plenaria que duró del 21 al 23 de mayo, el PSOE sumó seis nuevas derrotas y retiró el debate de totalidad de la reforma de la Ley de Suelo precisamente porque no tenía apoyos suficientes para sacarla adelante. Entre esas derrotas estaba su proposición de ley contra el proxenetismo, la primera vez en la legislatura que caía una ley impulsada por el Grupo Socialista.

Aunque el golpe llegó con las votaciones del día 23 de mayo, donde el PSOE sumó cinco derrotas: dos en sendos puntos de una proposición no de ley del PP sobre el acceso a alimentos básicos y las otras tres en una moción, también de los ‘populares’, sobre política exterior.

Así las cosas, el PSOE cerró el mes de mayo sufriendo otras dos derrotas y en ambos casos por no contar con el apoyo de Junts y PNV. En concreto, PSOE y Sumar vieron cómo se rechazaba una iniciativa del grupo plurinacional para proporcionar más información económica a los sindicatos a la hora de negociar convenios colectivos, y también perdieron el primer punto de una moción del PP sobre políticas de juventud, instando en concreto al Gobierno a aplicar exenciones fiscales a los menores de 34 años en los primeros años de su vida laboral.

SIETE DERROTAS, RÉCORD EN UN DÍA

Esta situación se mantuvo con la llegada del verano, ya que el 20 de junio, pese al rechazo del PSOE, salió adelante los siete puntos de una proposición no de ley del PP sobre el Sáhara Occidental y las relaciones con Marruecos, marcando así su récord de derrotas en un sólo día.

Ese récord se repitió una semana después. En concreto, desde el PP consiguieron que se diera luz verde a una proposición no de ley en la que exigía dotar de más profesionales sanitarios de atención primaria en verano y también seis puntos de una moción sobre diversos asuntos relativos al control parlamentario, el cumplimiento de los mandatos de la Cámara y el respeto a la función legislativa del Congreso.

Asimismo, durante los cuatro plenos extraordinarios que se celebraron el pasado mes de julio, los socialistas no pudieron impedir que se aprobaran dos enmiendas del Senado a la Ley de Paridad, y sufrieron también otras dos derrotas más severas, pues se tumbó su proposición para reformar la Ley de Extranjería y los objetivos de déficit.

LA VUELTA DEL PARÓN ESTIVAL

Tras el parón estival, el nuevo curso parlamentario arrancó con el PSOE perdiendo nuevas votaciones. En concreto fueron derrotados al no poder evitar que el Pleno respaldase una iniciativa del PP para el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela, a la que se sumó el PNV, y tampoco pudieron evitar que se rechazase una iniciativa de ERC sobre reducción del tiempo de trabajo que el PSOE había respaldado.

Esta circunstancia se repitió el pasado 17 de septiembre cuando Junts se sumó al PP, Vox y UPN para impedir la tramitación de una iniciativa legislativa impulsada Sumar, ERC, Bildu, Podemos y BNG, y apoyada por el PSOE con la que se pretendían modificar la Ley de Arrendamientos Urbanos y limitar el alquiler de temporada y habitaciones.

En la sesión plenaria del 8 al 10 de octubre los aliados del Gobierno volvieron a desmarcarse del PSOE y Sumar y permitieron aprobar dos puntos de una moción del PP para exigir a Renfe recuperar las indemnizaciones por retrasos del AVE de 15 y 30 minutos y también para reclamar al ministro de Transportes, Óscar Puente, a afrontar el «permanente caos ferroviario» ante «la gravedad de las incidencias y por el talante del ministro».

Una situación que se repitió a la semana siguiente con la reprobación de Óscar Puente por su «incapacidad» para superar el «caso ferroviario, apoyada por PP, Vox, ERC, Junts y Podemos, y un punto de una moción del PP para acabar con los peajes y la prórroga de la concesión de la AP-9, donde el socio minoritario del Gobierno, Sumar, que ha dejado solo al PSOE en el voto en contra junto con Vox.

Esta semana ha llegado la derrota número 40, y de nuevo facilitada por Sumar, que se ha vuelto a desmarcar de los socialistas facilitando con su abstención la toma en consideración de una ley propuesta por el PP que busca obligar al Gobierno a tener que pedir autorización a la Cámara Baja para el envío al extranjero de material militar como el que se está mandando actualmente a Ucrania.