Desde su estreno en 2020, Emily en París capturó audiencias con su tono ligero, comedia romántica y su peculiar visión de la vida en la capital francesa. Sin embargo, Lucas Bravo, uno de sus protagonistas, ha expresado públicamente su frustración con la dirección que ha tomado la serie en sus últimas temporadas.
En entrevistas recientes, el actor cuestionó tanto el desarrollo de su personaje, Gabriel, como la falta de libertad creativa en la producción. Si bien Bravo reconoció la oportunidad que ganó gracias a la ficción, admitió al mismo tiempo que se ha sentido desilusionado. Por ello, ha llegado a plantearse la posibilidad de dar un paso al costado en el proyecto.
“Mi personaje se ha convertido lentamente en guacamole”
En una entrevista con IndieWire, publicada el 29 de octubre, Bravo expresó su insatisfacción con la evolución de Gabriel, el chef que interpreta desde la primera temporada.
Según el actor, el personaje ha perdido la esencia que lo hacía divertido y carismático. “El ‘chef sexy’ era una parte muy grande de mí en la primera temporada y nos fuimos alejando temporada tras temporada por las decisiones que toma y la dirección que le dieron”, comentó. “Nunca he estado tan lejos de él como ahora”.
Argumentó que la trama de Gabriel ha pasado de ser atractiva a convertirse en algo repetitivo y sin riesgos. “En las primeras temporadas, había mucho de mí en él. Pero al volverlo inconsciente de su entorno y siempre victimizándose y siempre estando completamente perdido o malinterpretado, y ajeno a todo lo que sucede a su alrededor, y siendo manipulado por todos… Ya no era divertido para mí grabar, o ver al personaje que amo tanto y que me dio mucho convirtiéndose lentamente en guacamole”, se lamentó.
Esta pérdida de profundidad es una de las razones por las que Bravo está reconsiderando qué pasará en la quinta temporada: “Mi contrato termina con la cuarta temporada, y ahora mismo me estoy preguntando si quiero seguir”, dijo a IndieWire.
Quiere libertad creativa
Bravo señaló también que ha intentado aportar matices a su personaje, pero que las limitaciones del guion y de la dirección se lo han impedido. “No tenemos mucha libertad en el set. No podemos cambiar ni una palabra ni una emoción. Ellos saben lo que quieren y solo tenemos que acatar”, explicó el actor en la misma entrevista.
La falta de flexibilidad ha afectado su motivación, sobre todo comparándose con otros de sus colegas. “Pasar tres temporadas como un personaje melancólico, triste, deprimido y perdido ya no es divertido para mí”, dijo.
Asimismo, el francés lamentó que la producción esté demasiado aferrada a la fórmula que llevó al éxito inicial de la serie. “Ahora son muy cuidadosos para no cambiar la receta”, explicó Bravo. Según él, la narrativa evita el riesgo y sigue patrones predecibles: “¿Embarazada? No, falso positivo. ¿Vas a Roma? No, regresas. Hay muchas cosas así”.
La semana anterior, otra entrevista con Le Figaro revelaba críticas similares del actor. A su criterio, la ficción había caído en clichés “arcaicos” donde toda la trama se basa en malentendidos y falta de comunicación. “No quiero ser parte de un engranaje que no toma en cuenta la inteligencia de los espectadores”, afirmó.
A pesar de sus críticas, Bravo asegura que sigue sintiendo cariño por Emily en París y su equipo.
“Amo la serie. Empezó todo para mí y amo a las personas que forman parte de ella. Cuando amas algo, quieres que sea la mejor versión de sí mismo”, declaró a IndieWire.
Su futuro en la quinta temporada todavía es incierto, ya que en otra entrevista con The Telegraph emitió opiniones más positivas sobre su participación. “Darren Star fue la primera persona que confió en mí, y siempre estaré aquí para él”, afirmó sobre el creador de la ficción.