En las primeras horas de este miércoles el gobierno porteño, a través de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) decidió clausurar el estadio Monumental tras corroborar la presencia de fuegos artificiales y bengalas en sectores no permitidos cuando el River de Marcelo Gallardo salía al campo de juego para disputar la semifinal del torneo continental contra Atlético Mineiro. Se trata de una clausura administrativa, que podría ser levantada mediante el pago de una multa, aunque resta conocer si la Justicia impondrá algún otro tipo de castigo.
El colorido y estruendoso recibimiento dejó impactantes imágenes este martes por la noche que se podían ver y escuchar desde distintos barrios porteños, pero terminó con un cierre momentáneo de la cancha. Según pudo saber LA NACION, la Policía de la Ciudad y la AGC encontraron pirotecnia en un baño de discapacitados.
“El uso de los fuegos artificiales estaba autorizado por el Comité de Fútbol en un lugar específico del estadio, con los técnicos de la empresa de fuegos por un tiempo determinado, pero el problema fue que esto no se cumplió y se arrojó en todos los sectores”, indicaron las fuentes consultadas.
Ahora, tras la clausura, la Justicia deberá determinar la gravedad de las sanciones y en la causa interviene el Ministro Público Fiscal. El levantamiento de la medida debe ser tramitado ante un controlador de faltar de la Dirección General de Administración de Infracciones de la Ciudad.
El partido entre River y Mineiro, que comenzó con 15 minutos de retraso, terminó en un empate en 0 y el conjunto millonario no pudo revertir el 3 a 0 sufrido en Brasil, por lo que no consiguió un lugar en la final de la Copa Libertadores que, por ahora, se disputará justamente en el estadio Monumental. Mineiro, que es dirigido por el argentino Gabriel Milito, se medirá en la final ante el ganador de la serie entre Botafogo (Brasil) y Peñarol (Uruguay), encuentro que tendrá lugar este miércoles.