El Rey Felipe VI ha elogiado la labor y función de las empresas familiares españoles, «un pilar fundamental» de la sociedad y «el motor que mueve nuestra economía y el principal empleador del sector privado», por lo que cree que «debe hacerse un esfuerzo para ganar en productividad y en competitividad», objetivos «primordiales» para el «crecimiento y relevancia» de estas sociedades en el mercado global.

«En un contexto económico extraordinariamente complejo, os enfrentáis a una presión creciente para adaptaros y diferenciaros. Es aquí donde aspectos calve como la incorporación del talento, la apertura a la innovación y la adopción de la tecnología tienen un rol crucial. Si el objetivo es mantenerse y prosperar, el camino es adaptarse. Lo habéis hecho en épocas pasadas y más recientes, y estoy seguro de que lo seguiréis haciendo».

El monarca se ha expresado en estos términos este martes en Santander, en la clausura del XXVII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que se ha desarrollado durante tres días en el Palacio de Exposiciones de la ciudad, con Italia como país invitado, y en el que ha destacado a estas empresas como «un pilar fundamental» de la economía y la sociedad.

En el cierre de esta cita también han intervenido la ministra de Inclusión, Elma Saiz; el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Ignacio Rivera; el presidente del Instituto Jacques Delors y exprimer ministro de Italia, Enrico Letta; y la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga.

En el acto, el jefe del Estado ha subrayado la importancia de la empresa familiar, no solo para el crecimiento económico del país, sino también para las personas: «Desempeñáis un papel calve en la estabilidad y bienestar, de empleados o clientes, sí, pero también de la sociedad en general», ha apuntado.

En el fin de esta edición, que ha reunido en la capital cántabra a más de 600 representantes de empresas familiares bajo el lema ‘Somos futuro’, el rey ha resaltado precisamente el compromiso de estos empresarios con el futuro de la economía, la sociedad y de España. Cree además que son «la prueba» de que es posible «crecer e internacionalizarse sin renunciar a los orígenes».

«A pesar -ha apostillado- de los desafíos y costes adicionales que conlleva todo proceso de expansión, existen compensaciones significativas que hacen que la ecuación ‘origen y competitividad’ sea viable», ha apostillado Felipe VI, para quien estos empresarios no contemplan ambos conceptos como «opuestos», sino como «fuerzas complementarias».

ORIGEN Y COMPETITIVIDAD

En su discurso, seguido también por la delegada del Gobierno en Cantabria, Eugenia Gómez de Diego; la presidenta del Parlamento regional, María José González Revuelta; o la alcaldesa de Santander, Gema Igual; el rey ha considerado que «el origen no limita la competitividad, sino que la potencia», punto en el que ha resaltado la implicación de la empresa familiar con el territorio, subrayando las oportunidades de progreso y crecimiento que suponen para aquellos municipios donde se implantan.

Y en esa doble dimensión, espacial -de apoyo al territorio- y temporal -visión de largo plazo- el monarca ha señalado que estas sociedades son «origen y futuro», aspecto este último que a su juicio debe contemplar un «potente y claro esfuerzo neto» hacia la innovación y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

De ahí que haya llamado a un esfuerzo para garantizar la continuidad y supervivencia de estas firmas y en un entorno «tan cambiante, a menudo inestable y siempre exigente» y que ganen en productividad y competitividad. Y «si se puede favorecer en Europa un entorno más sencillo y atractivo para las inversiones y el empleo, la energía social y el compromiso de empresas como las familiares seguramente harían el resto», ha añadido.

El Rey, que estuvo por última vez en Santander hace seis meses, para presidir el Princesa de Girona CongresFest, ha aprovechado su discurso para felicitar a la Asociación Cántabra de la Empresa Familiar, que este año cumple su 25 aniversario, y para mostrar también su «alegría» por regresar a esta ciudad, «evocadora» de la «especial relación» con sus antepasados.