Cali se ha convertido en refugio para los asistentes a la COP16, la cumbre de biodiversidad de la ONU. La llegada masiva de delegados, científicos y periodistas ha desbordado la capacidad hotelera de la ciudad, obligando a muchos a buscar alojamiento en moteles, según informó Semana.
Humberto Villegas, propietario del motel Kissme, explicó a que sus habitaciones temáticas, como la popular “Polar”, han captado la atención de los visitantes con 185 habitaciones, cada una con una decoración única. El motel ha sido un recurso valioso para quienes no encontraron espacio en los hoteles tradicionales, sostuvo en conversaciones con Semana.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Villegas destacó que el precio por noche no supera los sesenta mil pesos, lo que ha resultado atractivo para los visitantes, además de sus decoraciones.
“Yo creo que les gustan nuestras habitaciones porque son biodiversas, mire todos esos animales. En otras habitaciones les tenemos guacamayas y monos, como en la propia selva que ellos quieren salvar”, afirmó.
La situación ha sido similar en el motel Deseos, ubicado en el sector de Menga, conocido por su alta concentración de moteles y discotecas. Robert Baluku, delegado de Uganda, se alojó allí y compartió con The Guardian su sorpresa al encontrar una habitación con un espejo en el techo y una cama circular. Aunque inicialmente desconcertado, Baluku admitió que la experiencia fue divertida.
La demanda de alojamiento ha llevado a algunos moteles a adaptar sus instalaciones. Diana Echeverry, gerente del motel Deseos, comentó a Semana que retiraron algunos elementos característicos de las habitaciones, como los columpios del amor y otros accesorios, para acomodar mejor a los nuevos huéspedes.
El impacto económico de la cumbre es significativo. Óscar Guzmán, presidente ejecutivo de Cotelco Valle del Cauca, estimó que el evento generará alrededor de 14.3 millones de dólares para el sector de alojamiento.
Sin embargo, no todos los moteles han podido beneficiarse de esta bonanza. Ricardo Giraldo, vocero de Asoamar, expresó a Semana su descontento por no haber sido considerados oficialmente en las reuniones con las autoridades locales, a pesar de representar a unos setenta moteles en la ciudad.
La situación ha llevado a un aumento en los precios del alojamiento, con algunos apartaestudios elevando sus tarifas de 150.000 a 700.000 pesos por día. Giraldo criticó esta práctica y lamentó que los moteles, con más de 200 en la ciudad, no fueran aprovechados adecuadamente.
A pesar de las críticas, Villegas ve la situación como una oportunidad para mostrar la creatividad caleña. “Los europeos nunca han visto algo tan biodiverso como nuestras habitaciones temáticas”, comentó al medio ya mencionado.