PINAMAR.– En poco menos de un mes los balnearios estarán con sus toldos a la vista y a la espera de los clientes. Diciembre a marzo abarca la temporada de sombra asegurarse uno de esos espacios, con el agregado de los servicios adicionales que acarrea la propuesta, tendrá este verano un costo que oscilará entre los 800.000 y poco más de dos millones de pesos por todo el mes de enero, según el destino elegido.

Esos números promedian un ajuste por encima del 120% con respecto a los que regían para esta misma época, señalada como de preventa, ya que se empiezan a concretar reservas y cerrar contratos bastante antes de que los paradores se abran al público. Esos precios irán en alza en la medida en que se acerque la fecha de uso efectivo de estas prestaciones.

La temporada de sombra va de diciembre a marzo

Por lo pronto las playas pinamarenses lucen todavía despejadas de lonas y sombrillas. El único indicio de proximidad de la temporada son las obras que se advierten en infraestructura donde funcionan sanitarios, restaurantes y otros amenities pensados para la clientela. Se repara, se amplía y por sobre todo se limpia y se pinta.

En todo este frente de costa del distrito se completó durante los últimos años una renovación integral de los balnearios. El plan incluyó la demolición de las unidades originales, en su mayoría dominadas por cemento y ladrillos, para su reconversión en estructuras con menor ocupación de superficie sobre la arena y con utilización de materiales de mejor convivencia con el entorno natural. Por eso abunda la madera desde los pilotes que sostienen las terrazas hasta los revestimientos y pisos.

Las primeras carpas en pie se vieron a partir del pasado fin de semana largo en la zona sur de Cariló. Allí, en el parador Cozumel, los clientes que llegaron para disfrutar de jornadas muy soleadas tuvieron esa opción de reparo tanto para el sol, que abundó, como para el viento, que siempre amenaza por esta zona.

Arreglos antes de la temporada en el parador Cozumel

En ese extremo del partido de Pinamar donde se concentra la demanda de turismo de mayor categoría hay cuatro paradores. Por allí una carpa durante enero, que es el período de mayor presencia de turistas y demanda, se paga entre 1,7 y 2,3 millones de pesos. Es una oferta limitada y que en el arranque de este año, que es reconocido como muy bueno en términos de rendimiento, encontró en Cariló una ocupación promedio superior al 85%.

“No hemos tenido variaciones en los precios durante estos últimos meses y el ritmo de consultas y cierres para esta fecha es casi idéntico al del año pasado”, confirmó Pedro Gartia, al frente del parador Hemingway de Cariló. Allí aseguran que las reservas tomadas y confirmadas ya superan el 60% de las unidades de sombra que tendrán en playa, por lo que esperan una temporada buena como del año pasado.

Varios de estos paradores salen a ofrecer sus productos a partir de agosto y septiembre. Este año se encontraron con un ritmo inflacionario más moderado, lo que ayudó a tener un cálculo de costos algo más preciso con miras a la temporada.

Cultura de alquiler de sombra

Aquí la oferta de balnearios es bien diferente de Mar del Plata, que incluso tiene desde fines de cada temporada algunas opciones de pago de carpa o sombrilla para el verano siguiente. Una tendencia que se quebró el año pasado, con los picos inflacionarios, y que poco a poco se retoma. Con una cualidad que no tiene ningún otro destino de esta zona: la mayoría de los clientes son los propios residentes, los vecinos que viven en Mar del Plata.

En algunos balnearios marplatenses ya armaron las carpas

En el resto de las localidades no solo no hay cultura de alquiler de sombra: la mayoría de quienes allí tienen domicilio poco disfrutan de la arena y el mar porque aprovechan y trabajan ante la oportunidad de hacer diferencia económica que significa este pico de movimiento turístico en el año.

“Año pasado tuvimos un enero con una segunda quincena muy fuerte y la primera muy buena”, recuerda Luis Sanza, responsable del parador Paradise Beach Club de Pinamar, donde a partir de mediados del mes próximo comenzarán con las tareas de armado para ofrecer servicio a partir de inicios de diciembre.

La preventa la lanzaron en septiembre y confirma que las consultas se concretaron en su mayoría, con 75% de ocupación asegurada ya para la segunda mitad de enero. “Se abrió con un precio promocional, con aumento de 10% en dólares por sobre enero pasado”, dijo a LA NACIÓN. Una quincena se ofrece por 600.000 pesos, el mes completo por 968.000 y 1,3 millones la temporada.

“Este verano va a ser bueno en la medida que los precios sean lógicos”, anticipó Adrián Calabrese, propietario del balneario San Javier, que inició su padre y que hoy administra. “Mi papá decía siempre que el alquiler de una carpa por enero debe tener un valor de 600 a 650 dólares”, menciona como una guía de precios que se sostiene como parámetro. La temporada completa, de cuatro meses, ronda los 1,2 a 1,3 millones de pesos.

Los operadores esperan una buena temporada

El valor de los servicios de sombra y demás prestaciones en balnearios suelen alarmar. Lo cierto es que cada vez más se aproximan, inversiones de por medio, a formatos de clubes de playa: no solo es el toldo que protege sino también seguridad, vestuarios, recreación y piscinas. Un formato que tiene su máxima y más generalizada expresión en Mar del Plata.

Los operadores de balnearios también advierten que en esos costos que les toca afrontar convergen el canon que se les cobra en términos de permiso o concesión por uso de ese espacio fiscal municipal. A ese presupuesto suman el servicio de seguridad en playas –guardavidas– y otras obligaciones que tienen que ver desde manejo de residuos hasta la certificación de normas IRAM.

A favor de la ocupación de los balnearios también juegan los convenios que suelen tener con complejos de alojamiento, sean aparts u hoteles. En varios de estos casos el paquete de pernocte suele incluir el servicio de sombra en playa como un adicional diferencial.