La familia real británica aprovecha las vacaciones escolares para fortalecer lazos familiares (X/@KensingtonRoyal)

Durante las vacaciones de otoño en la Escuela Lambrook, la familia real británica disfruta de un merecido descanso. Los tres hijos del príncipe William y Kate Middleton, George, Charlotte y Louis, han tenido la oportunidad de desconectar de la rutina escolar, compartiendo tiempo de calidad con sus padres. Estas pausas en el calendario académico son aprovechadas por la pareja real para reducir al mínimo sus compromisos oficiales y dedicarse plenamente a sus hijos, permitiéndoles disfrutar de actividades recreativas juntos. Entre esas actividades, se sugiere que podrían haber seguido el entusiasmo de su padre por el fútbol, en especial por su equipo favorito, el Aston Villa.

Tiempo en familia y tradiciones reales

Es sabido que los Príncipes de Gales organizan su agenda en torno a las vacaciones de sus hijos para asegurar tiempo de calidad en familia. Este enfoque familiar es una tradición que han mantenido desde que sus hijos eran pequeños. Durante los periodos sin clases, como ahora en octubre, los compromisos oficiales se reducen considerablemente. Estas pausas coinciden este año con la gira real de Carlos III y Camila por Australia y Samoa, lo que deja a William y Kate en una posición menos visible en el escenario internacional, pero más dedicados a su vida familiar.

Durante las pausas escolares, William y Kate minimizan compromisos oficiales y comparten actividades recreativas con sus hijos (princeandprincessofwales)

Pasión por el fútbol y la conexión con sus amigos

Aprovechando esta temporada de descanso, el príncipe William asistió con entusiasmo al partido del Aston Villa contra el Bayern Munich el pasado 2 de octubre en el estadio Villa Park. Acompañado por amigos cercanos a la familia, entre ellos Thomas van Straubenzee, padrino de la Princesa Charlotte, y Harry Aubrey-Fletcher, padrino de Louis, el príncipe disfrutó de una emocionante victoria de su equipo por 1-0. Para William, este tipo de eventos no solo son una vía para relajarse, sino también una manera de fortalecer sus lazos con amigos de toda la vida y compartir momentos únicos con ellos.

La influencia del fútbol en la familia real

Las pausas y triunfos deportivos ayudan a la familia real a recargar energías y fortalecer sus lazos

El príncipe George ha seguido los pasos de su padre en cuanto a su interés por el fútbol. William, conocido por ser un apasionado seguidor del Aston Villa, ha inculcado esta misma pasión en su hijo mayor, con quien ha asistido a varios partidos a lo largo de los años. Esta tradición deportiva fortalece los lazos familiares y genera momentos memorables entre padre e hijo, demostrando que más allá de las responsabilidades reales, el deporte es una actividad que une a la familia.

Reconocimientos y relaciones deportivas

Otro vínculo especial de William con el fútbol se refleja en su relación con Ally McCoist, exjugador y comentarista, a quien entregó la medalla de la Orden del Imperio Británico por sus servicios al fútbol. Este galardón, otorgado en una ceremonia en el Castillo de Windsor, subraya el compromiso del Príncipe con el deporte. Durante la entrega, ambos discutieron sobre el Aston Villa, una conversación que McCoist comentó en tono privado, lo que refleja la cercanía y camaradería que tienen.

El seguimiento del fútbol provee al Príncipe William de alivio emocional en tiempos difíciles (REUTERS)

Para el Príncipe William, el fútbol ha sido una válvula de escape emocional en tiempos difíciles. Con la Princesa Kate y el Rey Carlos III recibiendo tratamiento médico, el seguimiento de los partidos del Aston Villa ha representado una fuente de alegría y alivio. Una fuente cercana a la familia real reveló que los recientes triunfos de su equipo han tenido un efecto positivo en el ánimo del Príncipe, mostrando el papel que el deporte juega no solo en su vida pública, sino también en su bienestar personal.

Estas pequeñas pausas en sus rutinas, acompañadas de victorias deportivas, permiten a la familia real recargar energías y disfrutar de momentos que fortalecen sus lazos en tiempos complejos.