Perú cedió a Ecuador 1 km² de terreno del Cenepa, bajo la condición de propiedad privada ecuatoriana. (Composición Infobae: cenae.org / Difusión)

El conflicto fronterizo entre Perú y Ecuador tiene raíces que se remontan a los inicios de la independencia sudamericana. Ambos países, como herederos de territorios coloniales del Imperio español, asumieron la administración de zonas cuya delimitación nunca había sido definida con claridad. Esta falta de precisión en las fronteras fue la causa principal de los desacuerdos limítrofes que perduraron hasta finales del siglo XX.

En 1830, Ecuador se separó de la Gran Colombia para constituirse como un país independiente. Este país heredó las aspiraciones territoriales del Estado americano sobre varias áreas que alguna vez pertenecieron al Virreinato del Perú, como Guayaquil, Tumbes (anteriormente parte de Piura), Jaén, y la Comandancia General de Maynas, que había sido reincorporada al Virreinato del Perú por la Real Cédula de 1802.

Para comprender las razones por las que Perú cedió Tiwinza, un territorio de apenas un kilómetro cuadrado, a Ecuador, es fundamental conocer los eventos que precedieron a este hecho. Debido a las desavenencias constantes, en 1924, ambos países firmaron un protocolo que establecía la posibilidad de recurrir al arbitraje del presidente de los Estados Unidos en caso de discrepancias.

(ecured.cu)

12 años después, el Acta de Lima dispuso que las dos naciones debían mantener el statu quo en sus posesiones territoriales mientras se esperaba el arbitraje de Washington. En ese contexto, la cancillería envió una circular a Perú y Ecuador; en el documento se delimitaba el área máxima de presencia ecuatoriana en la Amazonía. Sin embargo, poco después de este comunicado, tropas ecuatorianas realizaron incursiones en territorio peruano.

Ante esta situación, las Fuerzas Armadas del Perú desplegaron unidades en la frontera para defender su soberanía. Con el transcurrir del tiempo, las tensiones aumentaron. En julio de 1941, el ministro de Guerra del país ordenó al general Eloy Ureta Montehermoso lanzar un ataque contra las fuerzas ecuatorianas.

La consigna de los connacionales fue controlar la región desde donde se originaban las incursiones ecuatorianas. La ofensiva nacional, tras la victoria en la batalla de Zarumilla, avanzó de manera imparable. Por ejemplo, ocupó la provincia de El Oro y obligó a las tropas enemigas a retroceder.

No obstante, la intervención diplomática de Estados Unidos, Brasil, Chile y Argentina logró detener el avance peruano. De esta manera se evitó que se implementaran nuevas fases de la campaña. A pesar de que se decretó un cese al fuego, los enfrentamientos continuaron hasta la firma del Protocolo de Río de Janeiro en enero de 1942, un acuerdo que estableció las fronteras definitivas entre ambos países. (www.afsdp.org.pe)

Este tratado, que debía ser implementado por una comisión mixta, reconocía la soberanía peruana sobre río Amazonas. Sin embargo, un tramo de 78 kilómetros en la cordillera del Cóndor quedó sin demarcar, ya que Ecuador no cooperó en la colocación de los hitos correspondientes.

La falta de demarcación de este tramo alimentó nuevas tensiones y, décadas después, desencadenó el conflicto del Cenepa en 1995. Tras finalizar esta contienda, ambos países lograron poner fin a su disputa fronteriza, gracias a la firma del Acta de Brasilia, que selló finalmente este largo periodo de conflictos y estableció la paz.

El conflicto del Cenepa y lo que pasó con Tiwinza

En agosto de 1991, los cancilleres de Perú y Ecuador, Carlos Torres y Torres Lara y Diego Cordovez, respectivamente, alcanzaron un acuerdo oral de carácter provisional. Este entendimiento, conocido como el ‘Pacto de Caballeros’ en Perú y como el ‘Acuerdo de Distensión’ en Ecuador, establecía el compromiso de ambas naciones de buscar soluciones pacíficas para resolver sus diferencias.

Aunque no era un documento formal, el acuerdo significó un esfuerzo para reducir las tensiones y abrir el camino al diálogo entre ambos países. Sin embargo, a finales de 1994, el aumento de la presencia militar de ambos lados en la región indicaba que el conflicto se intensificaría.

El 26 de enero de 1995, la contienda armada estalló en la zona del Cenepa. Los primeros enfrentamientos se dieron entre patrullas fronterizas de ambas naciones, y la situación escaló cuando una patrulla del Perú fue atacada por un equipo de combate ecuatoriano en la llamada Base Norte.

Las operaciones militares se extendieron a distintos puntos estratégicos como Cueva de los Tayos, Base Sur, Coangos, y Tiwinza, que se convirtió en un objetivo medular para ambas fuerzas. (Difusión)

Durante el mes de febrero de 1995, representantes de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro —Estados Unidos, Brasil, Chile y Argentina— se reunieron con delegados de ambos países en un esfuerzo por mediar la situación. Esto resultó en la firma de la Declaración de Paz de Itamaraty, que establecía un cese al fuego inmediato. Sin embargo, días después, un ataque sorpresa peruano a varias posiciones ecuatorianas provocó bajas considerables.

Tres años después, específicamente el 26 de octubre de 1998, se firmó el Acta de Brasilia, un acuerdo histórico que puso fin al prolongado conflicto limítrofe. Los entonces jefes de Estado Alberto Fujimori y Jamil Mahuad suscribieron este documento, ratificando la culminación del proceso de demarcación de la frontera en el tramo de 78 kilómetros de la cordillera del Cóndor, conforme a las recomendaciones de los países garantes y las disposiciones del Protocolo de Río de Janeiro.

En virtud del acuerdo, Perú mantuvo la soberanía sobre la zona del Cenepa, incluyendo Tiwinza. No obstante, cedió a Ecuador un kilómetro cuadrado de terreno en Tiwinza, bajo la condición de propiedad privada ecuatoriana, sin menoscabo de la soberanía peruana. Este espacio, donde descansan los restos de 14 soldados ecuatorianos, se ha convertido en un lugar simbólico de reflexión.

(www.elcomercio.com)

Es pertinente recalcar que los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro establecieron que las cumbres de la Cordillera del Cóndor y la zona del Cenepa, incluyendo el kilómetro cuadrado de Tiwinza, serían parte del territorio peruano. No obstante, se otorgó a Ecuador el territorio de Tiwinza (1 km²) bajo la condición de propiedad privada y sin perjuicio de la soberanía peruana.

Esta área, que no podrá ser expropiada, está destinada exclusivamente para actos conmemorativos y no militares. Asimismo, se estableció que cualquier persona nacida en Tiwinza será considerada peruana.

Además, el Acta de Brasilia incluyó acuerdos adicionales de Comercio, Navegación e Integración Fronteriza, así como la creación de una comisión binacional para promover la confianza y la seguridad entre ambas naciones. Con esto, se cerró un capítulo de más de un siglo de disputas territoriales, dando paso a una etapa de paz y cooperación.