En México existe una tradición que se realiza año a año para conmemorar a los difuntos. El Día de los Muertos se ha popularizado en el mundo y se ve cómo una celebración colorida y llena de misticismo. Entre los elementos que más llaman la atención son los altares u ofrendas, que se colocan principalmente en las casas, y deben contar con componentes especiales. Estos son los días y detalles que hay que considerar.

El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) de México, precisa que: “La ofrenda del Día de Muertos es una mezcla cultural donde los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; los indígenas le agregaron el sahumerio con su copal y la comida y la flor de cempasúchil (Zempoalxóchitl)”.

Cómo poner un altar para el Día de Muertos y cuándo

La celebración se lleva a cabo los días 1º y 2 de noviembre, en la primera fecha se conmemora a “Todos los Santos” y a los llamados “muertos chiquitos” o niños y el segundo a los Fieles Difuntos. Es decir, a los adultos. “Ofrendar, en el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino”, señala la dependencia.

También es una forma de estar cerca de los difuntos de las familias, ya que son momentos en los que se les recuerda. De forma común, el altar es elaborado por los familiares cercanos, y desde días antes se preparan con los elementos necesarios para colocarlo.

Cuáles son los elementos necesarios para poner una ofrenda de muertos:

• El agua: representa la fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que sacien su sed después de su largo recorrido de regreso a la tierra.
• La sal: es un elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año, señala el INPI.
• Velas y veladoras: la flama que producen significa la luz, la fe, la esperanza. Es una guía para las ánimas, para que puedan llegar a sus antiguos hogares y alumbrar el regreso a su morada.
• Copal e incienso: se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.
• Las flores: la tradición marca hacer senderos con las flores de cempasúchil, desde el camino principal hasta el altar de la casa, con la finalidad de guiar a las almas hacia los altares. También se coloca el alhelí y nube, cuyo color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños.

• El petate: se cree que en él, las ánimas descansarán. También representa el mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.
• El pan: representa la generosidad de quien lo recibe y el regalo de la tierra misma.
• Las calaveritas: pueden ser de azúcar o chocolate, y representan la muerte acorde a la tradición de las culturas mesoamericanas.
• El papel picado: este elemento no solo le da color y alegría a la ofrenda, sino que representa el aire, como uno de los cuatro elementos que debe estar presente en cualquier altar.
• La comida: la comida tiene el objetivo de deleitar a los muertos que visitan la ofrenda, se acostumbra a poner los alimentos y bebida favorita del difunto.
• Un retrato: la fotografía del ser querido quiere decir que ella o él serán quienes visitarán la ofrenda.

Algunos elementos de los altares se consideran esenciales para ponerlos, sin embargo, la tradición ha cambiado con el pasar de los años, y ha tenido modificaciones. Además, en algunas regiones de México se añaden componentes locales.