Reunión cumbre -como ocurrió en un par de ocasiones, durante los dos últimos años- de la pianista Martha Argerich y el director Daniel Barenboim. Se volvieron a cruzar sobre un escenario. Fue este jueves 24 en la sala de Filarmónica de Berlín, donde compartieron un concierto con esta orquesta, que se completa con otras dos funciones programadas (viernes y sábado). La yapa, para todos los que vivimos a tantos kilómetros de Berlín, es que desde la web de la Filarmónica este sábado se podrá ver el programa que ofrecen juntos, a las 14, con una repetición el domingo, a las 8.

“La Berliner”, junto con estos dos próceres vivos de la cultura argentina, ofrece un repertorio que consta del Concierto para piano y Orquesta N° 1 en Do Mayor, op.15, de Beethoven, y luego, sin la pianista, la Sinfonía N° 4 en Mi menor, op. 98, de Johannes Brahms. Durante el intervalo, para el streaming, algunos miembros de la Berliner Philharmoniker hablarán sobre Barenboim.

Martha Argerich, en el primero de los tres conciertos que está dando junto a Daniel Barenboim y la Filarmónica de Berlín

Los medios locales no dejan pasar oportunidad para hacer foco en estas reuniones, que incluso para aquel país europeo tienen una gran relevancia, especialmente por la trascendencia de sus protagonistas. “El hecho de que Martha Argerich y Daniel Barenboim vuelvan a hacer música juntos puede considerarse un regalo de otoño. Las dos estrellas mundiales de la música clásica se conocen desde pequeños en Buenos Aires, ya tienen más de 80 años y Barenboim también padece una grave enfermedad. Le lleva mucho tiempo subir a su puesto en la Filarmónica, con entradas agotadas. Y la orquesta sigue con cariño sus pocos gestos”. Así comienza la crónica que escribió Ulrich Amling, en el portal alemán Tagespiegel, a propósito del concierto del jueves. El comentario no solo viene a cuento porque es otoño en este momento en Alemania sino porque Argerich tiene 83 años y Barenboim cumplirá 82 a mediados del mes que viene.

El director acaba de ser nombrado miembro honorario de la Staatsoper Unter den Linden y director titular honorario de la Staatskapelle Berlin. Es desde hace mucho tiempo director honorario de la Filarmónica de Berlín y con esta orquesta, donde es invitado habitual desde hace muchas décadas, ofrece estos conciertos que resultan tan emotivos.

A pesar de sus problemas de salud, Daniel Barenboim sigue activo en las salas europeas de conciertos

El primer contacto de Barenboim con la filarmónica fue en 1954, cuando todavía no era director sino un prodigio del piano, que tenía apenas 12 años. Sin embargo, tras aquella invitación no se avanzó para que tuviera una participación en los conciertos del organismo. Ya convertido en un veinteañero, tuvo una segunda oportunidad, que aprovechó para interpretar el Primer concierto para piano de Béla Bartók. Como director recién subió al podio de la Berliner en 1969, con las partituras de la Sinfonía N° 95 en Do Menor, de Haydn (conocida como la tercera de las denominadas Sinfonías de Londres), luego la Cuarta Sinfonía de Schumann y el Cuarto Concierto para piano y orquesta de Beethoven. Por su parte Martha Argerich también hizo su debut con este organismo, pero en 1968, con una obra de Bartók. En este caso fue el Tercer concierto para piano y orquesta.

La primera transmisión que la web de la Filarmónica de Berlín hizo de estas dos estrellas de música clásica fue del concierto del 7 de enero de 2023, con un programa que incluyó el Concierto para piano de Robert Schumann, una de las obras predilectas de la pianista, la Segunda Sinfonía de Johannes Brahms y una pieza de Bizet, Jeux d’enfants Op. 22.

En diciembre del último año abordaron a los mismos compositores que ahora retoman en Alemania. En esa ocasión se escuchó el Segundo Concierto para piano de Beethoven y la Tercera Sinfonía de Johannes Brahms.

Dos ídolos: más cerca, desde lejos

Cada encuentro de Barenboim y Argerich deja algo para contar, incluso cuando no están dando conciertos. En diciembre del año pasado fueron condecorados por el presidente de Francia con la Legión de Honor. Y por supuesto que ojos y oídos siguen puestos en lo que ocurre sobre los escenarios. Según las reseñas de algunos críticos alemanes, en estos conciertos Argerich sigue mostrando su vigor interpretativo, juvenil. Barenboim dirigió sentado en todos estos últimos conciertos, sin atril ni partituras y con discretas indicaciones de batuta. Sin embargo, y más allá de algunos detalles técnicos de derivan en cuestiones que se traducen directamente en las versiones de las obras (en general, no fuero elogiadas por la crítica), hubo quienes resaltaron que la comunicación que el director tiene con esta orquesta va más allá de cualquier ampulosidad gestual.

Las transmisiones parecen una buena oportunidad para volver a estar más cerca de estos ídolos. Por un lado, los problemas de salud de Barenboim no le permiten disponer de una agenda como la que llevaba hace algunos años atrás. Por otro, este año no se realizó en el Teatro Colón el Festival Argerich, a pesar de que venía ocurriendo en años anteriores.

Si bien nunca hubo confirmaciones de artistas, repertorios ni fechas concretas, meses atrás, el mismo día que el Teatro Colón había fijado como comienzo del Festival Argerich 2024, la pianista envió un mensaje desde Europa, para confirmar que este año no habría edición, pero dejaba la puerta abierta para un próximo encuentro con el público argentino.

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Barenboim sigue activo, aunque con menos carga de trabajo. El 31 de enero de 2023 renunció a la Opera de Berlín, conocida como Staatsoper Unter den Linden, luego de varias décadas como director. “Es un trabajo de tiempo completo y no lo puedo hacer más, no quiero hacerlo más”, dijo durante una entrevista, semanas después. Desde ese momento, y a causa de una enfermedad neurológica que había definido como “grave”, comenzó a seleccionar minuciosamente sus compromisos, que también incluyen los conciertos con la Orquesta del Diván, que él mismo fundó hace 25 años.