Aunque el Halloween es una festividad con origen celta que se ha ido transformando con el tiempo, la única constante que se mantiene es que sigue siendo el 31 de octubre y los niños se disfrazan para ir a pedir dulces.
La mayoría de las personas no sigue la tradición original y actualmente esta fecha especial está más centrado en la diversión; sin embargo, la Arquidiócesis de León hizo un llamado para que los niños no se disfracen de monstruos, zombies, brujas y prefieran usar el traje de algún santo.
Para la representación religiosa de Guanajuato, este tipo de disfraces “abre puertas a situaciones del mal”, además de que se adora a la muerte.
Marco Cortés Muñiz, vocero de la Arquidiócesis de León, enfatizó la importancia de mantener el respeto hacia los fieles difuntos, sugiriendo que las celebraciones de Halloween invocan monstruos y no son apropiadas. En cambio, la iglesia católica propone que los fieles se unan en oración por los difuntos, esperando que Dios les conceda el descanso eterno.
El 3 de noviembre, algunas parroquias de León planean realizar una celebración especial que incluirá una caminata y otras actividades, con el objetivo de inculcar estas costumbres en los niños desde una edad temprana. Cortés Muñiz reiteró su llamado a la comunidad para que se enfoque en lo positivo durante esta época del año, evitando celebraciones que puedan ser vistas como una exaltación del mal.
La Arquidiócesis de León busca así fomentar una celebración que refuerce los valores culturales y religiosos, promoviendo una alternativa a las tradiciones importadas que no se alinean con la fe católica.
Prohiben bodas otaku en León
El Arzobispo Jaime Calderón Calderón de la Arquidiócesis de León ha prohibido las bodas temáticas en los templos de la ciudad, tras una ceremonia que generó controversia. El evento, que tuvo lugar el 5 de octubre en el Templo Expiatorio de León, fue protagonizado por una pareja que decidió casarse disfrazada de personajes de la serie de anime “Saint Seiya”. La ceremonia, que incluyó a los novios Olaf Montaño y Natalia Alba vestidos como Hades y Atena, respectivamente, atrajo la atención de las autoridades eclesiásticas.
La decisión de la arquidiócesis se produjo después de que la boda, que también contó con invitados disfrazados de personajes de la serie, fuera considerada una falta de respeto hacia la solemnidad de los sacramentos y el ambiente sagrado de los lugares de culto. En un comunicado, el arzobispo expresó su preocupación por mantener la dignidad de los templos consagrados, que son espacios destinados al encuentro con Dios.