BELO HORIZONTE.– El primer partido de una semifinal por la Copa Sudamericana enfrentó en Belo Horizonte a dos protagonistas de realidades similares dentro de sus múltiples diferencias. Tanto Cruzeiro, el local, como Lanús conservan el torneo subcontinental como único objetivo de la temporada, tras encadenar alarmantes rachas negativas en sus campeonatos domésticos. Así como por un lado el equipo preparado por Ricardo Zielinski no hace pie en la Liga Profesional, contando ya nueve partidos sin victorias, la actualidad de la Raposa no es muy diferente, debido a que desde que Fernando Diniz asumió como director técnico no obtuvo victorias en cinco partidos, lo que lo dejó relegado al octavo lugar del Brasileirão.

Otra mala racha en la que coincidían los semifinalistas que se vieron las caras en el Estadio Magalhães Pinto va más allá -o tal vez sea una causa- de los resultados; se trata de las lesiones. El Granate llegó al Gigante de la Pampulha con las bajas confirmadas de Nicolás Morgantini, Ezequiel Muñoz, Abel Luciatti, Raúl Loaiza, Leonardo Jara, Nery Domínguez y, en las últimas horas, la sensible pérdida de Eduardo Toto Salvio, que fue reemplazado por el juvenil Bruno Cabrera.

William y Boggio disputan una pelota que salió por el lateral

Por el lado de Cruzeiro, Diniz esperó hasta último minuto para incluir a dos piezas fundamentales, como el arquero Cássio y el volante Matheus Henrique, que finalmente comenzaron como titulares. Sin embargo, no pudo contar con los argentinos Lautaro Díaz y Juan Dinenno. Por su parte, otro argentino del equipo mineiro, Lucas Romero, capitán y estandarte cruzeirense, estuvo ausente tras haber sido expulsado en la vuelta de los cuartos, contra Libertad, de Paraguay.

Lo más destacado de Cruzeiro 1 – Lanús 1

Con ese panorama, a pesar de que Cruzeiro intentó ejercer presión desde el primer minuto, Lanús logró acomodarse en el campo rápidamente, sin sobresaltos, y hasta tuvo la primera situación de peligro, con un disparo de Marcelino Moreno. Siguieron aguantando Izquierdoz, Soler, Pérez y compañía las, hasta ese momento, tímidas arremetidas de Gabriel Verón, Matheus Pereira y Álvaro Barreal. De esa forma, empezó a sentirse cómodo, casi como en casa, el Granate en el Mineirão.

A los 27 minutos, un potente disparo de Walter Bou venció a Cássio, pero el gol fue anulado por una posición adelantada que hasta ahora se discute. De todas formas, sirvió para enmudecer el estadio y darle más confianza al conjunto argentino que, con un Marcelino Moreno inspirado, se amigó con la pelota y, durante un buen rato, maniató a los locales.

Recién sobre el final del primer tiempo Matheus Pereira, el más desequilibrante de Cruzeiro, se hizo cargo del ataque azul y, a los 40, Matheus Henrique hizo revolcar a Nahuel Losada con un disparo que se fue a pocos centímetros del palo derecho del Granate. Pero no mucho más. Bajo silbidos e insultos se fueron los locales al entretiempo. Con el pecho inflado y el aliento incesante de más de 2.000 hinchas, salieron los de Lanús.

Matheus Henrique se cubre del salto con vuelo de Boggio para llegar a la pelota

El segundo tiempo, sin embargo, empezó muy diferente. Todo cambió en apenas cuatro minutos, cuando Kaio Jorge abrió el marcador al pescar un rebote corto que dejó Losada, tras un remate de Barreal. Lanús parecía aletargado y Cruzeiro, ahora con el apoyo de una multitud, se mostraba activo. Otra versión de los de Diniz, que parecían decididos a atropellar a los de Zielinski en ese inicio. Así y todo, a pesar de la sorpresa, el Granate tuvo el empate dos veces en los pies de Moreno, que no supo definir.

La ventaja y el vértigo arrollador mostrado en el comienzo de la etapa complementaria, no obstante, no alivió los nervios de Cruzeiro que, a medida que pasaban los minutos, parecía conformarse con la delgada ventaja. Los de Zielinski olieron la sangre en el aire y, de a poco, se adueñaron del juego hasta conseguir el empate antes de la media hora, con un cabezazo de Ramiro Carrera, tras un centro preciso de Moreno. Buscado y merecido.

Los minutos finales le pesaron a Cruzeiro y Lanús siguió mostrándose valiente, convencido de que podría llevarse algo más que un empate del Mineirão. El triunfo no parecía una utopía y, a esa altura, ya nadie recordaba que los de Zielinski llegaron diezmados y con muchas dudas a Belo Horizonte. Al final, fue empate. Lo festejó Lanús, porque lo luchó y lo mereció. Lo sufrió Cruzeiro que, una vez más, se retiró abucheado por los suyos. La serie está abierta y el próximo capítulo se escribirá en La Fortaleza.