Imagen de la ceremonia masiva para despedir al sacerdote Marcelo Pérez Pérez, en Chiapas. REUTERS/Gabriela Sanabria

La ciudad de San Cristóbal de las Casas, ubicada en el municipio del mismo nombre, fue incluida en el programa de Pueblos Mágicos en el año 2003 por sus atractivas construcciones virreinales, sus fiestas y sus artesanías. Sin embargo, tal reconocimiento no impidió que el crimen organizado se asentara en la región.

El pasado 20 de octubre, esta emblemática ciudad de Chiapas acaparó los reflectores de la prensa nacional e internacional. ¿El motivo? Un par de hombres armados asesinaron al sacerdote y activista tsotsil Marcelo Pérez Pérez al salir de misa.

Después de la ceremonia dominical en la parroquia de Cuxtitali, Marcelo Pérez subió a su camioneta con la intención de trasladarse a la Iglesia de Guadalupe. Fue ejecutado antes de iniciar su viaje y, mientras las personas alrededor del lugar permanecían sorprendidas por el ataque, sus agresores escaparon.

Información compartida por el periodista Héctor de Mauleón señala que San Cristóbal de las Casas era en 2023 la segunda ciudad turística con mayor narcomenudeo en el país, sólo detrás de Cancún, Quintana Roo.

Este municipio se encuentra ubicado en la región de Los Altos Tsotsil-Tsetsal de Chiapas, a la cual también pertenecen demarcaciones como Pantelhó, Amatenango del Valle, Chamula, entre otras.

Miles de familias del pueblo tsotsil han sido desplazadas por la violencia en Chiapas. (Foto: Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, A. C.)

A principios de la década de los 2000, Los Zetas se establecieron en esta zona con el objetivo de controlar el trasiego de droga, la tala ilegal de madera, el robo de hidrocarburos y el tráfico de armas y personas.

Hacia 2009, cuando comenzó el declive el cártel de la última letra, circularon los primeros reportes sobre la aparición del Cártel de San Juan Chamula (CSJC), un grupo de origen indígena que adoptó las tácticas de Los Zetas y convirtió a San Cristóbal de las Casas en su principal bastión. Posteriormente se extendió a regiones como Zinacantán, Oxchuc, Tenejapa, Huixtán, Teopisca y Chenalhó.

Investigaciones del medio Reforma señalan que en aquella época, cuando el gobernador de Chiapas era Juan Sabines Guerrero, el CSJC comenzó a incursionar en actividades como la venta de discos piratas, narcomenudeo, trata de personas y prostitución de mujeres y menores de edad.

Para 2013 ya se difundían informes sobre la presencia de pandillas conocidas como Los Motonetos, integradas por jóvenes encapuchados que portaban chalecos antibalas, armas largas y se comunicaban por radios.

Con el paso de los años, estas bandas se consolidaron como una especie de brazo armado del Cártel de San Juan Chamula y se hicieron cargo del tráfico de drogas, migrantes y armas, así como del robo de combustible. Reportes periodísticos de El Sol de México precisan que en la zona urbana de San Cristóbal de las Casas, Los Motonetos se dedican principalmente a la extorsión, el secuestro, narcomenudeo y asalto a mano armada.

Marcelo Pérez fue asesinado tras salir de su misa este domingo. (Captura de pantalla)

Datos compartidos por el periodista Isaín Mandujano a Once Noticias refieren que ‘Los Motonetos’ no es el nombre de una organización establecida, sino que se usa como un término genérico para referirse a los múltiples grupos de sicarios que operan en la ciudad y se caracterizan por su desplazamiento en estos vehículos de dos ruedas.

“Han proliferado gatilleros y sicarios que se rentan al mejor postor, son jóvenes que andan en motocicletas. Alrededor de entre 10 y 12 pandillas se movilizan en San Cristóbal de las Casas”, expuso Mandujano.

En el año 2022, el alcalde Mariano Alberto Díaz Ochoa reconoció que la Policía Municipal de San Cristóbal de las Casas está rebasada, en número de hombres y armamento, por los grupos del crimen organizado, por lo que resulta incapaz de brindar seguridad a la población.