Marcelo Pérez fue asesinado tras salir de su misa este domingo. (Captura de pantalla)

El asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez ha conmocionado a la comunidad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y ha generado una ola de indignación entre los feligreses y activistas de derechos humanos en México.

Marcelo Pérez, de 51 años, fue baleado el domingo 20 de octubre de 2024, tras oficiar misa en la parroquia del barrio Cuxtitali. Un video de una cámara de vigilancia captó el momento exacto del ataque contra el sacerdote por parte de dos hombres a bordo de una motocicleta.

El clip muestra al padre tzotzil saliendo de la iglesia bajo una ligera lluvia, cargando una bolsa roja y vistiendo una chamarra. Los feligreses aún se retiraban del templo mientras él se dirigía a su camioneta Ford Edge Titanium.

Según la grabación de las cámaras de seguridad, a las 8:52 horas una motocicleta se emparejó con el vehículo del sacerdote, y segundos después se escucharon los disparos. El cuerpo del padre Marcelo quedó sin vida dentro del automóvil, a unos 200 metros del lugar donde acababa de dar misa.

En las imágenes se puede ver cómo las personas corrieron despavoridas al escuchar las detonaciones, mientras que otros, tras el primer impacto de shock, corrieron hacia el vehículo del sacerdote en un intento por socorrerlo.

El crimen, atribuido de manera extraoficial al grupo criminal Los Motonetos, ha dejado al descubierto la violencia rampante que azota esta región del sur de México.

Homenaje póstumo y demandas de justicia

Este lunes, cientos de personas se congregaron para rendir homenaje al sacerdote en su pueblo natal, San Andrés Apóstol, ubicado a unos 24 kilómetros al norte de San Cristóbal de las Casas. La iglesia católica de Chiapas, encabezada por el cardenal Felipe Arizmendi, ofició una misa de cuerpo presente en la que reclamó acciones contundentes por parte del gobierno para frenar la violencia en la región.

“Que se desarme a estos grupos que están causando tanto daño en todas partes. Este es un reflejo de todo el país”, declaró el cardenal Arizmendi ante medios de comunicación, refiriéndose a la presencia del crimen organizado en Chiapas.

Los feligreses rodean el ataúd con el cuerpo del sacerdote Marcelo Pérez, quien fue asesinado el domingo en San Cristóbal de las Casas después de oficiar una misa, durante un funeral, en San Andrés Larrainzar en el estado sureño de Chiapas, México, el 21 de octubre de 2024. REUTERS/Gabriela Sanabria

Entre oraciones y lágrimas, los feligreses se acercaron al féretro del padre Marcelo para despedirse. El orador de la ceremonia lanzó un emotivo grito de “¡Viva el padre Marcelo!”, que fue respondido por la multitud con energía, levantando los brazos en señal de respeto y lucha por la memoria del sacerdote.

En un comunicado, la Diócesis de San Cristóbal exigió el fin de la criminalización y persecución de sacerdotes y defensores de derechos humanos.

“Cese a la criminalización y persecución de sacerdotes, misioneros, misioneras, hermanos laicos y laicas, defensores y defensoras de Derechos Humanos”, se lee en el documento. Además, se exigió que las autoridades esclarezcan el crimen y se llegue hasta los autores intelectuales y materiales del asesinato.

Amenazado y perseguido por su activismo

Feligreses y familiares rodean el ataúd con el cuerpo del sacerdote Marcelo Pérez, quien fue asesinado el domingo en San Cristóbal de las Casas después de oficiar una misa, durante una misa fúnebre, en San Andrés Larraínzar, en el estado sureño de Chiapas, México, el 21 de octubre. 2024. REUTERS/Gabriela Sanabria

El párroco Marcelo Pérez Pérez era conocido por su incansable labor en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y su lucha contra el crimen organizado en Chiapas. Originario de la etnia tzotzil, el sacerdote había denunciado en repetidas ocasiones las amenazas que recibía debido a su activismo, especialmente por su oposición a la venta de drogas y a los grupos criminales que operan en la región.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le había otorgado medidas de protección cautelares debido a los constantes riesgos que enfrentaba. Sin embargo, estas medidas no fueron suficientes para evitar su asesinato.

La Iglesia católica en México ha señalado que, en los últimos cinco años, nueve sacerdotes han sido asesinados, lo que refleja el creciente nivel de violencia e impunidad en el país. Entre los casos más notorios se encuentra el homicidio de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, asesinados en 2022 en Chihuahua por un líder criminal local.

La gente lleva el ataúd con el cuerpo del sacerdote Marcelo Pérez, quien fue asesinado el domingo después de oficiar una misa, en San Cristóbal de las Casas, en el estado sureño de Chiapas, México, el 20 de octubre de 2024. REUTERS/Gabriela Sanabria IMÁGENES TPX DEL DÍA

La Diócesis de San Cristóbal también recordó que el padre Marcelo sufrió un largo periodo de persecución y hostigamiento.

Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lamentó el asesinato y aseguró que la Fiscalía local ya está investigando el caso en coordinación con las autoridades eclesiásticas y el gobierno de Chiapas.

“Estamos coordinándonos para poder avanzar en la investigación y que este crimen no quede impune”, dijo Sheinbaum durante su conferencia de prensa matutina de este lunes.