La inseguridad ciudadana genera pérdidas equivalentes al 2,8% del PBI. Foto: Universidad de Lima

De acuerdo con una encuesta reciente de Datum, un alarmante 94% de los habitantes de Lima y Callao manifiestan sentirse inseguros al transitar por las calles. Este sentimiento de inseguridad persiste a pesar de que 14 distritos han sido declarados en estado de emergencia en un intento por controlar la situación. Sin embargo, los reportes semanales de delitos como el sicariato y la extorsión continúan incrementando el temor entre la población.

Lima se ha convertido en la región con el mayor número de homicidios registrados en 2024, con un total de 638 casos, según datos del Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef). Esta cifra coloca a la capital peruana por delante de otras regiones como La Libertad, que reportó 198 homicidios, y Callao, con 90 casos. La situación de inseguridad en estas áreas ha generado preocupación entre los ciudadanos, quienes se sienten cada vez más vulnerables ante la criminalidad.

La problemática de la criminalidad en Lima y Callao no es un fenómeno aislado, sino parte de un contexto más amplio de violencia que afecta a varias regiones del país. Piura e Ica también figuran entre las zonas con mayor incidencia de homicidios, registrando 81 y 67 casos respectivamente, completando así el listado de las cinco regiones más afectadas por este tipo de muertes violentas.

Gamarra, el emporio comercial más importante del país, viene siendo tomado por mafias y casos de extorsión, por lo que la fuerza policial se viene desplegando hacia este lugar. (Mininter)

La declaración de estado de emergencia en varios distritos de Lima y Callao busca implementar medidas más estrictas de seguridad, pero hasta ahora no ha logrado revertir la percepción de inseguridad entre los ciudadanos. La situación plantea un desafío significativo para las autoridades, que deben encontrar formas efectivas de combatir la criminalidad y restaurar la confianza de la población en las medidas de seguridad pública.

La mitad de peruanos señala haber sido víctima de la inseguridad ciudadana

La inseguridad ciudadana se ha convertido en una preocupación predominante para los peruanos, con un 87% de la población sintiéndose insegura en las calles, según una encuesta reciente de Datum Internacional. Este sentimiento es aún más pronunciado en Lima y Callao, donde el 94% de los residentes reportan inseguridad, especialmente en distritos que han sido declarados en estado de emergencia debido al aumento de la criminalidad.

Criminalidad avanza mientras ministro del Interior se enfrenta a graves acusaciones| Ministerio del Interior

La encuesta de Datum también revela que la mitad de los peruanos ha sido víctima de la inseguridad en los últimos tres meses, lo que subraya la gravedad de la situación. Este contexto ha generado una creciente desconfianza hacia las autoridades encargadas de la seguridad y la justicia. Los jueces y fiscales son vistos con escepticismo por el 87% y 86% de los encuestados, respectivamente, mientras que los serenos distritales gozan de mayor confianza que la Policía Nacional del Perú.

Pérdida de confianza en las autoridades

La confianza en el sistema judicial también está en crisis. Un 87% de los peruanos desconfía de los jueces, y un 86% tiene la misma percepción sobre los fiscales. Estos operadores de justicia son señalados como responsables de los problemas de inseguridad por el 31% de los encuestados, superados solo por el Congreso (40%) y la Presidencia (44%).

La percepción ciudadana señala a Dina Boluarte y al Congreso de la República como responsables del incremento de inseguridad en el país, según Datum.

El estudio señala a Dina Boluarte y al Congreso como los principales responsables de la crisis de seguridad, reflejando una percepción de ineficacia en las políticas de seguridad ciudadana. A pesar de los esfuerzos del gobierno por concentrar recursos en la capital, la sensación de inseguridad se extiende a todas las regiones del país.

El impacto de la criminalidad se refleja también en las cifras de homicidios, que ya han superado las del año anterior, según el Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef). Se anticipa que 2024 podría ser el año con el mayor número de asesinatos en los últimos ocho años, lo que agrava la percepción de inseguridad entre los ciudadanos.