Vivienda con el cartel de

En España, el precio medio del metro cuadrado en alquiler en el mes de septiembre fue de 13 euros, según el portal inmobiliario Idealista. Con respecto al mismo mes del año anterior, ha aumentado un 10,2%, lo que está dificultando cada vez más el acceso a la vivienda, sobre todo en las zonas más tensionadas de España.

Este fenómeno no se limita a nuestro país, pues en los últimos años ha evolucionado hasta convertirse en un reto a nivel mundial. Sin embargo, varios países ya han logrado encontrar soluciones.

Las regulaciones de Alemania

Un caso ejemplar de este tipo de políticas de vivienda es Alemania, donde se han implementado innovadoras regulaciones que han servido de modelo para otras naciones. En este país, cada estado federado (land) tiene la facultad de permitir que sus municipios establezcan normativas específicas en áreas de alta densidad poblacional, conocidas como zonas tensionadas, donde los precios de alquiler crecen por encima del promedio estatal y el gasto de los inquilinos supera la media nacional.

Para llevar a cabo estas regulaciones, se establece un precio de referencia en cada zona, y los nuevos contratos o las subidas en los contratos existentes no pueden exceder ese límite.

Los precios de referencia de Suecia o Francia

En Suecia, por otro lado, el precio de referencia se establece mediante negociaciones colectivas entre inquilinos, empresas de vivienda municipales y propietarios privados. Sin embargo, esta medida puede tener como consecuencia una reducción en la oferta de viviendas y un aumento de los precios en las propiedades del mercado libre que no están reguladas.

En el caso de Francia, el índice de referencia que utilizan está vinculado al Índice de Precios al Consumidor (IPC). Además, las ciudades tienen la opción de limitar el incremento de los alquileres hasta un 20% por encima del valor promedio de referencia. Esta política se acompaña, además, de iniciativas orientadas a garantizar que el parque de viviendas en alquiler cumpla con estándares ecosostenibles. Por ejemplo, a partir de este año está prohibido arrendar viviendas con un mal aislamiento térmico que implique un consumo energético excesivo.

El alquiler social de Países Bajos o Austria

En Países Bajos y Austria, el 30% y el 24% de sus viviendas, respectivamente, están destinadas al alquiler social. En estos países, los precios de los alquileres se ajustan según la inflación y se mantienen por debajo de los valores del mercado, garantizando así el acceso a la vivienda para todos los ciudadanos.

Pero en España, las viviendas sociales representan actualmente solo el 2,5% del total residencial, alrededor de 452.000 unidades, lo que coloca al país entre los más rezagados de la Unión Europea en este aspecto. El Gobierno de Pedro Sánchez ha establecido como objetivo alcanzar las 184.000 viviendas en alquiler social para el final de la legislatura, una cifra que cubriría apenas el 12% del déficit de vivienda pública existente.

Bonificaciones fiscales de Portugal

Portugal no regula los precios de los alquileres y se encuentra entre los países con menor intervención en este ámbito. No obstante, cuenta con un sistema de ayuda al alquiler que consiste en incentivos fiscales para las viviendas que se arriendan a un precio por debajo del valor de mercado.

El límite por indexación de Italia

En Italia, la regulación del mercado de alquileres es mínima. Sin embargo, existe un límite basado en la indexación. De acuerdo con la normativa vigente, que data de 1998, el sistema se fundamenta en un mercado libre en el que se establece una renta inicial para un período de cuatro años. Durante todo ese periodo no se puede aumentar el precio al inquilino.