El dilema existencial en que quedó envuelto el Pro desde que Javier Milei puso un pie en la Casa Rosada ya aviva diferencias subterráneas en el seno de la familia Macri. Incómodo con los gestos de hostilidad que exhiben los libertarios hacia Pro, el jefe de gobierno porteño discrepa de la forma en que su primo y conductor del partido se planta frente al Presidente.

Para Jorge Macri, un mensaje que le hizo llegar al exmandatario en las últimas reuniones privadas, el Pro debe diferenciarse de una manera más nítida de La Libertad Avanza (LLA) y tomar distancia gradualmente de Milei por diversas razones. En primer lugar, sospecha que la mesa chica del Presidente no tiene interés en anudar un acuerdo integral con Pro, ya sea para converger en una coalición de gobierno o repartir lugares en las listas de 2025. En todo caso, vislumbra que los libertarios ambicionan borrarlos del tablero y licuar su base de sustentación electoral, para capitalizar la crisis de representación que atraviesa el partido amarillo tras la difícil digestión del resultado de 2023. A su vez, prevé que tarde o temprano Santiago Caputo y Karina Milei lanzarán una ofensiva para arrebatarle a Pro el control de la Ciudad, el gran bastión del macrismo.

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“Jorge está preocupado. No está de acuerdo con la estrategia de Mauricio y se lo dice. Hay que apoyar al Gobierno, pero marcando las diferencias. Nosotros somos oposición”, puntualiza uno de los interlocutores de confianza del jefe porteño. El exintendente de Vicente López y sus seguidores difieren de movimientos puntuales que ejecutó Macri tras las cenas con Milei en Olivos y los encuentros secretos con Caputo. Por caso, piensan que debería haber marcado un límite a la Casa Rosada en la discusión por la defensa del veto a la ley de financiamiento universitario. En concreto, arguyen que el expresidente tendría que haber exhibido firmeza, como ocurrió con la impugnación del DNU que asignaba 100 mil millones de pesos a la SIDE, y retacearle el respaldo a Milei para forzarlo a impugnar de manera parcial la normativa que disponía un aumento de las partidas para la educación superior. “Con el DNU de la SIDE estuvimos bien, pero después volvimos para atrás. Tenemos que fortalecer a Pro y diferenciarnos de manera más concreta”, señalan entre los feligreses de Jorge Macri. En ese sector de la fuerza están convencidos de que Pro debe prepararse para colocar en la cancha un candidato a presidente en 2027. Jorge Macri anhelaría ser él.

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En el entorno de Macri niegan que haya divergencias entre el jefe de Pro y su primo. Al contrario, aseguran que ambos “están muy alineados”. Fernando de Andreis, mano derecha del expresidente, trabaja desde la campaña pasada codo a codo con los equipos del exjefe municipal. “Ellos [por los libertarios] tensan y aflojan. Hay una ambigüedad. Y Mauricio trata de encontrar soluciones”, esgrime un fiel colaborador del exmandatario. El jefe de Pro, justifican los suyos, es prudente e intenta mantener la concordia porque sabe que comparte electorado con Milei y se siente una pieza crucial del esquema de gobernabilidad. Lo puede palpar en sus contactos con el “círculo rojo”.

En el mundillo de Macri se esmeran en aclarar que si bien el Gobierno dio señales de que levantó el bloqueo de los amarillos y habilitó el ingreso de María Tettamanti a la Secretaría de Energía -que llegó de la mano de Emilio Apud– aún “no hay un acuerdo formal” con Milei para que Pro ocupe cargos en el Ejecutivo. “No hay un desembarco de Pro en el Gobierno”, subrayan. Eso sí: precisan que podría haber refuerzos puntuales en algunas áreas, como el Banco Nación o YPF. Desde Capital Humano pidieron asistencia para fortalecer el área de Trabajo tras las últimas salidas.

El expresidente coopera en diversos frentes con el Gobierno. Por caso, en plena guerra de Milei con Claudio Tapia por su reelección en la AFA -la IGJ amenazó con una intervención-, Macri activó gestiones reservadas para hacer control de daños ante una posible suspensión de la FIFA a los clubes argentinos y la selección.

División en Pro

En la cúpula de Pro hay diversas visiones sobre qué hacer con Milei. Por un lado, están los que creen que, frente al reseteo del mapa político, no hay margen ni narrativa para diferenciarse de LLA. Y, por otro, los que procuran pasar a una fase defensiva ante el destrato que sufren por parte de los libertarios. En las últimas reuniones de la mesa ejecutiva de Pro, Jorge Macri transmitió que la fuerza debe prepararse para ser una alternativa de poder. “No podemos ser el furgón de cola, como el radicalismo”, retrata un colaborador del alcalde.

El expresidente, en cambio, machaca ante propios y extraños con que Pro debe colaborar con el Gobierno y respaldar el rumbo económico y la disciplina fiscal de Milei. Macri está convencido de que si Milei fracasa en su paso por el poder, también arrastrará al abismo a Pro.

En todo caso, dicen a su lado, el Pro puede reafirmar su identidad a la hora de defender la institucionalidad o el valor de la gestión. Ponen como ejemplo el pronunciamiento que emitió el partido hace dos semanas para explicar el aval al veto universitario.

No es la primera vez que el jefe porteño presiona a su primo para que vaya al choque con Milei. En julio pasado, tras la aprobación de la ley bases y el paquete fiscal en el Congreso, lo empujó a emitir un pronunciamiento público para denunciar que Milei no cumplía con la sentencia judicial de la Corte Suprema respecto del reparto de los fondos de coparticipación. “Jorge ve que el apoyo que le damos a Milei en el Congreso no se traduce en la Legislatura”, relativizan.

Inquieto por los movimientos de los libertarios en su terruño -lo desafían en la Legislatura, y amagan con prescindir de un acuerdo con Pro y competir con lista propia-, Jorge Macri ya contempla un posible desdoblamiento de los comicios porteños. Después de la aprobación de la Boleta Única de Papel en el Congreso, evalúa dos opciones: apostar por la concurrencia -se vota el mismo día con los dos sistemas- o separar la elección local de la compulsa nacional -es decir, convocar en una fecha distinta-. De esa forma, podría amortiguar el efecto arrastre de los posibles candidatos del Gobierno, como Manuel Adorni o Patricia Bullrich.

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Allegados a Macri teorizan que Milei y Caputo, su estratega, se verán forzados a consensuar con Pro en la Ciudad. Meditan que un escenario de desacuerdo pondría en jaque el sostén político del Presidente en el Congreso, lo que podría provocar consecuencias en los mercados financieros. “Se les puede poner cuesta arriba. Ahora disfrutan este veranito económico porque el Pro puso los votos”, presumen.

En la Casa Rosada calculan que podrían pactar ir separados para garantizarse los tres senadores que se pondrán en juego en la Capital. En el macrismo no le cierran la puerta a esa posibilidad, pero desconfían. Perciben, ante todo, que Caputo ansía limitar la influencia del partido de Macri de cara una eventual negociación por la conformación de las listas. “Ellos quieren reducirnos a la mínima expresión para que les salgamos barato”, estiman. Dicho de otro modo: especulan que les ofrecerán pocos lugares si Milei llega vigorizado al test en las urnas por los resultados de su programa económico.

Por ahora, en Pro tantean como posibles candidatos a Waldo Wolff, como diputado nacional, y María Eugenia Vidal, como senadora. Eso sí: no descartan de plano que Mauricio Macri se vuelva a poner el taje de postulante en caso de que su primo requiera un aventón. Se jactan de que estarían conformes con igualar la performance de los comicios de 2009, cuando Macri obtuvo un 30% de los votos.

Mauricio Macri, en Mar del Plata, donde se reunió con empresarios y militantes de Pro

Hay referentes macristas que lucen alarmados en la intimidad. Asumen que Pro corre el riesgo de quedar tercero en la Ciudad en 2025 si no logra un acuerdo con LLA o preserva el esquema de alianzas con radicales y fuerzas progresistas que edificó Horacio Rodríguez Larreta durante sus mandatos. Es la estructura que hoy sobrevive en la Legislatura porteña y que le permite a Jorge Macri blindar la gobernabilidad. El radical Daniel Angelici asoma como una pieza clave de una eventual negociación para sostener un pacto con un sector de la UCR porteña. Parece difícil que la línea interna de Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti siga conviviendo bajo el mismo paraguas que Pro después de la ruptura a nivel nacional.

El año próximo, Pro renueva un senador y tres bancas de diputados de la ciudad: Vidal, Fernando Iglesias y Sabrina Ajmechet. Pero un dato no menor en la mesa de arena del macrismo es que el partido pone más escaños en juego en la provincia de Buenos Aires, donde siete legisladores terminan su mandato. Por esa razón, Ritondo y otros jefes partidarios le advierten a Macri que sería un error atar la negociación con Milei por la Ciudad con la provincia.

En Uspallata reconocen que Macri no ha ocultado su disconformidad con el resultado de los primeros meses de gestión de su primo. Los números que arrojan las encuestas encendieron las luces de alerta en el tablero de Pro. “Pasamos una etapa de zozobra, pero estamos saliendo”, señalan cerca del exmandatario.