En los últimos años, las aerolíneas implementaron políticas que prohíben el consumo de frutos secos en sus vuelos con el objetivo de proteger a los pasajeros alérgicos. Sin embargo, expertos en este tipo de reacciones sugieren que estas pueden no ser efectivas para prevenir un cuadro adverso. Una reacción alérgica puede derivar en una situación de anafilaxia, que puede tener síntomas como erupción cutánea, náuseas, vómitos, dificultad para respirar y hasta un shock.
Las reacciones alérgicas y los riesgos en el vuelo
Las reacciones alérgicas a los frutos secos, especialmente los maníes y nueces, son comunes y pueden ser extremadamente graves. El profesor Paul Turner, un reconocido especialista en alergias del Imperial College de Londres, afirmó que la transmisión de alérgenos a través del aire en los aviones es muy poco probable porque este se renueva en la cabina cada tres o cuatro minutos, lo que reduce significativamente el riesgo de dispersión de partículas de alimentos, según consignó BBC.
A pesar de la renovada calidad del aire, los peligros reales para los pasajeros alérgicos provienen de los restos de alimentos que pueden quedar en los asientos, bandejas y pantallas de entretenimiento. Pequeños trozos de frutos secos pueden adherirse a estas superficies y transferirse a las manos y la cara de otros pasajeros. La revisión indica que, si las áreas de los asientos no se limpian adecuadamente entre vuelos, la probabilidad de contacto con alérgenos aumenta considerablemente.
Esta percepción errónea sobre el aire y la dispersión, puede dar a los pasajeros una falsa sensación de seguridad y llevar a la inacción ante el riesgo real de residuos de alimentos.
Propuestas para mejorar la seguridad
Frente a esta realidad, los expertos proponen medidas más efectivas que simplemente prohibir el consumo de frutos secos. Una recomendación clave es permitir que los pasajeros con alergias sean los primeros en abordar el avión. Esto les ofrecería la oportunidad de limpiar su área utilizando toallitas húmedas o antibacterianas, lo que podría reducir el riesgo de reacciones accidentales. La capacidad de limpiar el entorno inmediato se considera crucial para la seguridad de quienes tienen alergias severas.
Para garantizar la seguridad de quienes padecen alergias severas, es esencial que estos pasajeros siempre lleven consigo autoinyectores de adrenalina. Además, se sugiere que las aerolíneas mantengan un suministro de estos dispositivos a bordo en caso de emergencia. También es vital que las políticas sobre alergias alimentarias sean claramente comunicadas en los sitios web de las aerolíneas, de manera que los pasajeros estén bien informados sobre los riesgos y las medidas disponibles para proteger su salud durante el vuelo.