BELGRADO (Enviado especial).- Pese a los aproximadamente 12.000 kilómetros de distancia, la Argentina y Serbia son mucho más contiguos de lo que parece. Actualmente se califica la relación bilateral como “muy positiva” y, en forma oficial, se destacan los “casi cien años de relaciones diplomáticas ininterrumpidas”. Ambos países, además, “comparten un interés en el respeto a la integridad territorial”, atentos a las controversias de soberanía en Malvinas y Kosovo, y suelen apoyarse mutuamente en los foros internacionales donde dicho principio es llevado a la mesa de debate.

Entrevista exclusiva. Novak Djokovic, el hombre y la leyenda: “¿Qué me hace frágil? Más de lo que cualquiera se pueda imaginar”

Existe un vínculo desde hace décadas. La embajada serbia en la Ciudad de Buenos Aires, cuyo embajador es Veljko Lazic, no tiene una precisión sobre la cantidad de serbios que viven en nuestro país. Sin embargo, sí se sabe que hay una pequeña comunidad en General Madariaga. En el país balcánico, según la embajada argentina en la capital serbia, viven “entre 50 y 80″ compatriotas, repartidos entre Belgrado y Novi Sad (en el norte de la región). El comercio bilateral se encuentra en crecimiento: Javier Chalian, jefe de la Sección Comercial de la embajada en Serbia, comunicó que se logró abrir el mercado de carne bovina argentina en el país balcánico y se presentó una oportunidad para empresas nacionales vinculada a las máquinas agrícolas. El embajador argentino en Serbia, Osvaldo Mársico, también cubre Montenegro.

Novak Djokovic durante la entrevista exclusiva con LA NACION, en Belgrado, la capital serbia

La literatura, la música y el cine también son puntos de conexión entre ambos países que la embajada promueve en Belgrado. El furor por el tango aumenta año tras año: hay cada vez más escuelas de baile dedicadas a nuestro género musical. El deporte, claramente, es otro lugar de encuentro. Los serbios adoran a Diego Maradona y a Lionel Messi. De hecho, caminar por la feria de artesanías del emblemático parque de la fortaleza Kalemegdan permite cruzarse con imágenes de los dos astros del fútbol argentino en remeras, llaveros y medias, junto a artículos con referentes locales, como el científico e inventor Nikola Tesla, “rival” de Thomas Edison.

Maradona y Messi, muy queridos en Serbia: caminar por la feria de artesanías del emblemático parque de Kalemegdan, en Belgrado, permite cruzarse con merchandising con la imagen de los astros

Novak Djokovic tiene vínculo con los argentinos. Como junior nunca se enfrentó con jugadores de nuestro país, pero sí como profesional, obviamente. La primera raqueta albiceleste que enfrentó fue la de Guillermo Coria. Durante el tercer año como profesional de Nole, en 2005, como 153° del mundo, en la segunda ronda de Roland Garros: el Mago, que era 9° del ranking y en 2004 había perdido la final en el Bois de Boulogne, se impuso por 4-6, 6-2, 3-2 y retiro. Ese año, Djokovic también se enfrentó -y venció- a Juan Mónaco en la primera ronda de Wimbledon y superó a Mariano Puerta en la segunda rueda del -por entonces Masters Series- de París (el cordobés jugaba su penúltimo torneo antes de ser suspendido por el doping en la final del Abierto francés).

Djokovic y Nadal durante una acción promocional en el glaciar Perito Moreno, en 2013

Los desafíos de Nole ante los argentinos se repitieron desde entonces, una y otra vez. Con David Nalbandian jugó en cinco oportunidades (el cordobés lo venció sólo en las semifinales de Madrid 2007, cuando obtuvo el título derrotando a Rafa Nadal en los cuartos de final y a Roger Federer en la final). A Diego Schwartzman lo venció las siete veces que lo enfrentó (la final de Roma 2020, una de ellas). Claro que los mayores cruces fueron con Juan Martín del Potro: se midieron 20 veces, entre 2007 y 2019, con cuatro éxitos especiales del tandilense, sobre todo los de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (le permitió a Del Potro ganar la medalla de bronce) y Río de Janeiro 2016 (en la primera ronda; el serbio se marchó desconsolado). El último en jugar contra Nole fue Francisco Cerúndolo, en los octavos de final de Roland Garros, en junio pasado: en un match memorable de casi cinco horas, el europeo triunfó 6-1, 5-7, 3-6, 7-5 y 6-3, se lesionó y no pudo presentarse en los cuartos de final.

“Cuando representás a tu país lo hacés con el corazón, el alma, el cuerpo: lo das todo. Y en eso, creo que los argentinos y los serbios somos parecidos, apasionados y con temperamento, energía, orgullo, alegría, en particular en los deportes. Por eso me gusta la gente de Argentina, porque viven con corazón. Cuando uno está con un argentino, es algo que se siente”, le dijo Nole a LA NACION.

Nadal y Djokovic en 2013 durante la visita a la cancha de Boca

Djokovic visitó la Argentina por primera y -hasta que regrese en diciembre para medirse con Del Potro en Parque Roca- última vez en 2013. Jugó una exhibición con Nadal en la Rural, estuvo en la despedida de Nalbandian y participó de una acción promocional en el glaciar Perito Moreno. También hizo una clínica con alumnos de una escuela de Villa Soldati, donde recibió una camiseta de San Lorenzo y el carnet de socio. Ello le valió unos cuantos silbidos e insultos a las pocas horas cuando pisó el césped de la cancha de Boca para patear penales, junto con Nadal.

Encuentro de grandes, en 2011

Nole tuvo una gran admiración por Maradona, con quien coincidió varias veces. Una de ellas, a fines de 2011, en Abu Dhabi, cuando Maradona era DT de Al Wasl de Emiratos Árabes, generó un momento muy simpático, con risas y condimentos, con ambos haciendo un fútbol-tenis. Cuando el ex N° 10 murió, en noviembre de 2020, Nole posteó: “Descansa en el paraíso, leyenda”.

Durante la entrevista exclusiva en Belgrado, LA NACION le propuso a Djokovic que mirara tres videos en los que aparece en distintos momentos con Maradona (en Abu Dhabi), con Messi (en la gala del Balón de Oro 2023 en París) y Del Potro (consolando al argentino tras superarlo en la final del US Open 2018), y que reaccionara ante ellos. El tenista respondió en un español fluido.

Emoción por Maradona

“Que linda memoria con Diego, un fenómeno. Muy muy lindo. Recuerdo muy bien este momento, cuando estaba en Abu Dhabi o Dubai, que Diego en ese momento trabajaba como un entrenador ahí. Era la tercera vez que lo veía en mi vida. Yo sé que estaba muy fan del tenis, muy fan de David Nalbandian, de Delpo, de todos los argentinos. Una persona de mi equipo, mi manager, me dice: ‘Diego está aquí y te quiere ver’. ‘¿Me estás cargando? ¡Claro que sí!’. Jugamos un poquito al tenis, comimos alguna cosa, hablamos de la vida. Fueron cuatro o cinco horas de un sueño para mí, honestamente. Diego no es solamente una leyenda del deporte. Es un humano, una persona con muchas emociones, con mucha calidez en la vida, pasión… También con un corazón grande. Todo el mundo que se encontró a Diego dice lo mismo. Es como todo el país de Argentina. Esa es la verdad”.

-¿Qué te generó su muerte?

-Pfff… Como todo el mundo, me puse muy, muy triste. Un shock, un shock en ese momento. (Piensa). Porque no tenía muchos años [60 años]. Con su vida, muchas oscilaciones. Pero estuve semanas, meses, un año muy triste. Fue triste para el deporte global, para mí, para Serbia, porque Serbia ama a Diego.

-Maradona jugó en Belgrado en 1982, durante un partido entre Barcelona y Estrella Roja [por la Recopa de Europa; anotó un golazo por encima del arquero].

-Sí, sí. Lo recuerdo. Me dijo mi papá. (El de su muerte) Fue un día muy, muy triste.

Messi, el “fenómeno”

“Otro fenómeno. Charlé un poquito, no he hablado mucho con él, no lo conozco tanto como persona, pero todo lo que observo de él, desde su familia, es muy positivo para mí. Tiene una imagen muy humilde, muy modesto, también una persona muy buena con la familia que está cerca, con sus niños, todos valores que tengo yo también, que es muy lindo porque en este mundo moderno de hoy es muy fácil perder estos valores, esta conexión, esta unión de la familia que es más importante, lo más significante de la prosperidad de la sociedad, de todo el mundo. Soy muy fan de Leo, muy fan de todo lo que hace. Espero que pueda continuar jugando todo el tiempo que juegue yo, porque estamos en la misma edad. Espero que lo pueda ver otra vez”.

Lionel Messi y Novak Djokovic juntos en Nueva York, en agosto de 2023

-Él pudo ganar el Mundial en 2022 y vos el oro olímpico este año, que era lo único que les faltaba a los dos.

-Sí, sí, creo que estamos contentos. Estamos felices (sonríe).

La amistad con Del Potro

-Jugaste muchas veces con Del Potro y generaron una relación muy fuerte. ¿Por qué?

-Porque tenemos el corazón, la energía, la pasión de la vida. Como he hablado antes de la mentalidad serbia y argentina, que estamos cerca. Esa es una de las razones más grandes que tiene esta relación. Delpo es uno de los rivales más grandes que tuve en muchos años. Es normal que cuando estamos en una pista, en una cancha, quieras ganar, pero como este momento, que miramos el teléfono [por el video], para mostrar una pasión, una empatía con el otro, para estar en fair play es muy importante porque al fin estamos todos en el mismo show, en el mismo sport y yo conozco muy bien la sensación cuando uno pierde, cuando llora, cuando uno tiene las sensaciones duras. Entiendo eso. Y más que todo con Delpo, por las lesiones, por los momentos de sacrificios físicos y mentales. Por eso, por todo lo que tuvo, por su resiliencia, lo amo más. Estoy muy contento de que me llamara para jugar en Argentina.

Djokovic consolando a Del Potro tras derrotarlo en la final del US Open 2018

-¿Por ese motivo no dudaste en decirle que sí para jugar en la Argentina? Entiendo que recibís un montón de ofrecimientos.

-En el mismo momento, cuando supe que jugaría con Delpo en su último desafío, acepté, porque lo extraño, lo echo de menos. Todo el deporte lo extraña a Delpo, por eso será un momento muy especial en Argentina.