La incertidumbre marca la recta final de las elecciones del próximo 5 de noviembre en Estados Unidos. Las encuestas revelan una contienda muy cerrada entre los dos principales candidatos: la actual vicepresidenta Kamala Harris y Donald Trump, quien aspira a regresar a la Casa Blanca tras su derrota en 2020.

En unas elecciones consideradas como las más importantes de la historia reciente de Estados Unidos, los sondeos reflejan la competitividad de la carrera y plantean la incógnita de si el país elegirá a su primera mujer presidenta o si Trump logrará un segundo mandato.

Harris, quien asumió el liderazgo de la campaña demócrata después de la sorpresiva salida de Joe Biden en julio, mantiene una ligera ventaja sobre Trump en los sondeos nacionales. Sin embargo, tras un repunte en sus números durante sus primeras semanas como la nueva candidata, las encuestas se han mantenido estables desde septiembre, incluso después del único debate entre ambos candidatos, con una diferencia que nunca superó los tres puntos, y en el que el excandidato se aproximó ligeramente.

Kamala Harris y Donald Trump, en una pelea voto a voto en las elecciones de EE.UU.

El sistema electoral norteamericano, basado en el colegio electoral, otorga a cada estado un número de votos proporcional a su población, lo que confiere una relevancia especial a un pequeño grupo de estados clave o “swing states”, donde los resultados son inciertos y tienen el potencial de inclinar la balanza electoral. Este año son siete los principales campos de batalla: Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Arizona, Georgia, Nevada y Carolina del Norte, donde las encuestas muestran una contienda extremadamente cerrada, con ventajas para uno u otro candidato dentro del margen de error.

En Michigan, Wisconsin, Pensilvania y Nevada, Harris mantiene una pequeña ventaja, mientras que en Arizona, Georgia y Carolina del Norte, Trump está apenas por delante en las últimas semanas. Sin embargo, ninguna ventaja es lo suficientemente sólida como para ser definitiva, ya que el promedio de sitios como Real Clear Polling y FiveThirtyEight, muestra que las diferencias entre los candidatos en los estados clave son mínimas, lo que resalta la importancia de la participación de los votantes en estos territorios, donde cada voto podría definir el resultado final.

Las encuestas han mostrado imprecisiones en elecciones anteriores, incluso subestimaron el apoyo a Trump en 2016 y 2020, por lo que este año los analistas están atentos a posibles errores en las mediciones.

Con una carrera tan ajustada y estados clave donde cualquier candidato podría triunfar, el panorama electoral de este año permanece incierto. La respuesta final solo llegará después de que los norteamericanos acudan a las urnas el 5 de noviembre. Y quizás ni siquiera esa misma noche.