“Olééé, olé, olé, olééé, Francooo, Francooo…”. Quizás ni hacía falta el canto para que Franco Colapinto se desplazara unos metros y se entregara a los hinchas argentinos en Austin. Ya lo había hecho después del Gran Premio de Italia, y le gusta realizarlo, disfruta el contacto con los compatriotas. Sabe que lo idolatran muchos, y de hecho piensa que va a ser una locura su próxima visita al país –por ahora, sin fecha–. Una locura de gente.

También la Fórmula 1 está al tanto de lo que genera el chico de Pilar. Su cuenta de X postea bastante sobre él. Y las métricas hablan: cada publicación que lo involucra multiplica varias veces a cualquier otra. Pasó con la última, ésa que empieza con el “olééé, olé” y que quedó varias horas al tope de la lista por ser la última entre la noche del jueves y la madrugada del viernes.

Más tranquilo, en una conversación con varios periodistas en el Circuito de las Américas; Colapinto lo conoció en el simulador, y ahora lo hará en la realidad manejando su Williams.

Antes de la actividad en el Gran Premio de las Américas, cuando el piloto de Williams escuchó el canto de los suyos trotó esos metros de la calle de boxes, se quitó el casco y el HANS y dejó ver su sonrisa. Del otro lado de la valla los hinchas gritaban por él, lo filmaban con teléfonos y le daban cosas para que firmara. Entre ellas, una rareza: una bolsa con una zapatilla –una sola, sí–, que decía “BZRP”. Una referencia a Bizarrap, el productor musical amigo de Franco que lo ayudó a ser solventado en las alturas del automovilismo mundial.

Había por ahí una camiseta del seleccionado de fútbol, gorras de Mercedes (motorista de Williams) para que Colapinto autografiara en medio del sonido de pistolas usadas para cambiar neumáticos –el equipo practicó mucho eso este jueves en su FW46– y una bandera argentina que también quedó rubricada por el bonaerense. Mientras, personal de seguridad contenía la reja. No era una situación de descontrol, pero la pasión de los aficionados podía proyectar algún desborde.

Y la Fórmula 1, su community manager específicamente, no dejaron pasar la situación, tan visual, tan argentina. El video de 22 segundos fue disparado a las 20.25 de Buenos Aires y cinco horas después contaba 253 respuestas, más de 1000 republicaciones, más de 11.000 “me gusta”, 227.300 reproducciones y 238 guardados. ¿Muchos? ¿Pocos? ¿Más o menos? La referencia más cercana es un cercano posteo sobre Charles Leclerc, piloto de nada menos que Ferrari.

Allí, en el centro-sur de Estados Unidos, se le preguntó al ganador en Monza –donde debutó Franco en Fórmula 1– qué desearía como regalo de cumpleaños, a propósito de sus 27, edad estrenada este miércoles. Un regalo que no estuviera vinculado con el automovilismo. El monegasco dudó y contestó… “un triunfo el domingo”. Los 17 segundos de Leclerc en cámara cosecharon, en 50 minutos más de exposición, 30 respuestas, 376 retuiteos, más de 2000 “me gusta” y 95 guardados, consecuencia de 145.200 ejecuciones. En todos los ítems lo de Colapinto multiplicó varias veces a lo del hombre del Cavallino Rampante, salvo en reproducciones, lo cual hace proporcionalmente aun más “eficaz” en repercusiones al posteo sobre Franco.

Pasa cada vez que @F1 publica contenido relativo al argentino, como en aquella ocasión de hinchada celeste y blanca correspondida por su ídolo en Monza y como en otras en que el muchacho de 21 años hace alguna acción llamativa. Mediático es, está claro.

Y en Texas anda incentivado el conductor de Williams. La considerable presencia de compatriotas, aun cuando no se trate de un lugar turístico ni favorito de los argentinos, lo tiene a gusto. “Muy contento y muy entusiasmado por estar acá. Estas tres fechas en América son muy especiales para mí. ¿Sabés? Son los tres carreras más cercanas a mi país que tuve en mi vida y en la Fórmula 1. Estoy muy motivado en México, Brasil y, por supuesto, Austin. Hubo muchos argentinos ayer y ya puedo sentir el aliento de ellos. Es muy lindo de ver”, se complació, en otro video puesto en el éter por la categoría.

También hubo mucha gente en celeste y blanco en la Fan Zone, el sector en el que se reúnen hinchas que interactúan con los pilotos. Entre camisetas de la selección, dibujos de Franco y alguna bandera de Boca –su club favorito–, se entonó por el recién llegado a la elite del automovilismo: “Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar. Que de la mano, de Colapinto, todos la vuelta vamos a dar”.

Esto es Austin, Texas, Estados Unidos, a unos 8300 kilómetros de Buenos Aires. Se aguarda que entre el 1 y el 3 de noviembre, cuando se celebre el Gran Premio de San Pablo en Brasil, a unos 1600, haya una masiva presencia albiceleste. Y entonces quedará esperar qué posteará el community manager de la Fórmula 1…