Algunos evitan mezclar familia y trabajo, otros lo ven como una oportunidad fantástica. Ese fue el caso de Mirna y su marido, propietarios de esta vivienda de 220m2 en un tranquilo barrio de Hudson: no dudaron un segundo en confiarle el diseño y la construcción de su primera casa a Sabrina Nerguizian, hermana de Mirna.
Mi idea era tener algo funcional, con pocos ambientes y fácil de mantener, porque −cuando vuelvo de trabajar− quiero disfrutar de mi casa, no convertirme en su esclava. Diría que ese fue mi pedido primordial.
Mirna Nerguizian, dueña de casa
Sabrina, muy consciente de la mentalidad y del estilo de vida de la pareja, aplicó su expertise, como primera medida, en descartar la tentación de los metros de más, sin por ello perder amplitud; en segundo lugar, se abocó a elegir materiales prácticos, pero con una estética cálida y refinada.
El foco en lo importante
La combinación de piedra y el distintivo ojo de buey no solo embellece el exterior: crea un punto focal, enmarca un patio interno y suma privacidad
Arq. Sabrina Nerguizian, responsable del proyecto
La particular fachada con muros en piedra San Luis y San Juan resume el espíritu del proyecto: una casa sencilla en la que los guiños de diseño y materiales hacen la diferencia. El patio interno -fundamental para las vistas y circulación pero también en términos de ventilación y luz natural- y la apuesta por materiales naturales como la piedra, el travertino y la cuarcita, son parte de esa apuesta.
¿El detalle que cautiva a todos? El patio interno de planta cuadrada que organiza la circulación. Accesible desde todos los ambientes sociales, en él crece un árbol de mango.
Espacios que integran
“Me encanta la cocina. ¡Y eso que no la uso! Ahora que tenemos una mesada enorme con banquetas, mi marido cocina con nosotros alrededor. Esta casa integra mucho a la familia”, asegura la dueña de casa.
El revestimiento de madera aporta calidez y sirve para ocultar la puerta del lavadero y del toilette. La mesada se hizo en Mirage ‘Statuario’ y se combinó con grifería monocomando y una lámpara colgante en la misma línea minimalista.
En clave neutra
“Les sugerí una paleta neutra, con acentos de color limitados a los objetos decorativos, para que les resultara sencillo transformar el ambiente con detalles”, puntualiza la arquitecta.
El mueble en el comedor cumple el doble propósito de ocultar y resaltar distintos elementos. Si la rejilla disimula el aire acondicionado, el nicho revestido en madera destaca con luz led la xilografía, y además da clima.
Salir de lo convencional
Escondido detrás de la puerta de pinotea, en el toilette, la mesada y bacha se hicieron en cuarcita. Las vetas marrones sugirieron las persianas de madera que junto con los cuencos aportan calidez.
“El toilette es siempre un buen lugar para salir un poco de lo convencional. Los tres coincidimos en que esta cuarcita era ideal para dar ese golpe de efecto”
Sumar textura
En el dormitorio los detalles en color se vuelven más notorios de la mano de la ropa de cama y lámparas colgantes. Del respaldo tapizado al juego de panas, rafia, lino, telar y mantas rústicas de la cama, la paleta va del crudo al caqui con un único detalle en verde seco.
