El BCRA anticipó que la flexibilización del cepo cambiario a empresas dependera de la estabilidad del tipo de cambio y el acceso a los mercados. - Crédito Unsplash/Giorgio Trovato

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) expuso los lineamientos que aplicará en 2026 y fijó la estabilidad del tipo de cambio y el regreso del Tesoro Nacional al mercado voluntario de deuda como requisitos indispensables para considerar la eliminación del cepo cambiario que todavía afecta a empresas.

En una hoja de ruta con los objetivos y planes para el año que viene, el BCRA anunció que “en la medida que se observen progresos en el fortalecimiento del equilibrio en el mercado cambiario y un acceso fluido a mercados externos por parte del Tesoro, BCRA podrá considerar oportuno continuar flexibilizando las restricciones cambiarias que persisten sobre stocks de dividendos y pago de deudas comerciales previas al 2023”.

En caso de liberarse las restricciones para compañías, implicaría el levantamiento total del cepo que heredó el gobierno de Javier Milei. En abril de 2025, se levantaron las trabas para la compra de dólares por parte de personas físicas. De hecho, desde el cuarto mes del año y hasta noviembre, los argentinos adquirieron USD 24.206 millones en el circuito formal.

Por otra parte, la autoridad monetaria remarcó que la confianza en el peso y la flexibilidad para operar en dólares facilitarán la competencia entre monedas, lo que podría ampliar la intermediación financiera tanto para sectores transables como no transables. El organismo consideró que, en conjunto con la inversión bajo el Régimen de Incentivos a Grandes Inversiones (RIGI), una mayor intermediación financiera podría contribuir a la expansión de la actividad productiva.

El documento institucional detalló la importancia del monitoreo y control de los agregados monetarios en la etapa de remonetización prevista. Allí, la oferta monetaria acompañará la recuperación de la demanda de dinero, priorizando el abastecimiento a través de la acumulación de reservas. En efecto, la entidad que preside Santiago Bausili pondrá en marcha un programa de compra de reservas internacionales a partir del 1 de enero de 2026, “consistente con la evolución de la demanda de dinero y la liquidez del mercado de cambios”.

En una primera fase, el monto de ejecución diaria del programa de adquisición de divisas estará alineado con una participación del 5% del volumen diario del Mercado Libre de Cambios (MLC). Además, el Central aclaró que podrá realizar compras en bloque cuando sea necesario, con el objetivo de no afectar la estabilidad del mercado. De esta manera, el equipo económico estimó que podría atesorar entre USD 10.000 millones y USD 17.000 millones, dependiendo del nivel de remonetización de la economía.

“Central a este proceso será el proceso paralelo de recuperación del acceso a los mercados internacionales de deuda para refinanciar los vencimientos de capital del Tesoro Nacional. Ese proceso, junto al crecimiento de financiamiento en el mercado externo de las empresas permitirá que el flujo de compra de reservas, en esta oportunidad, se traduzcan en un aumento del stock de las reservas internacionales del BCRA, toda vez que estas no deban emplearse para atender vencimientos de capital e intereses”, sumó el plan de acción oficial.

En cuanto a la política monetaria, el BCRA sostuvo que la calibración se realizará considerando la evolución de la inflación, su vínculo con el nivel de actividad y las condiciones financieras que inciden en la demanda de dinero. Mientras la inflación observada se mantenga por encima de la inflación internacional, la autoridad monetaria señaló que mantendrá un sesgo contractivo respecto de la trayectoria de la demanda estimada en el Programa Monetario para 2026.

Para administrar la cantidad de dinero derivada del programa de compra de reservas, el organismo seguirá usando herramientas convencionales y prudenciales. Entre ellas, se incluyen operaciones de mercado abierto y operaciones con compromiso de recompra (repos pasivos) con entidades financieras, pactadas diariamente a la tasa de interés definida por el propio banco, tomando como referencia el mercado secundario de LECAPs. La ventanilla de pases activos continuará vigente, aunque con las restricciones actuales en monto y plazo disponibles. La tasa de interés sobre estas operaciones será fijada aplicando un premio sobre la tasa observada en el mercado de LECAPs de corto plazo.

El titular del BCRA, Santiago Bausili, aclaró que la compra de divisas estará sujeta a la demanda de dinero y la liquidez del mercado cambiario.

Respecto al régimen cambiario, el comunicado indicó que el mercado de cambios seguirá operando bajo un régimen de flotación entre bandas. A partir del 1 de enero de 2026, el techo y el piso de la bandas de flotación cambiaria evolucionarán mensualmente conforme al último dato de inflación informado por el Indec, con un rezago de dos meses. Los límites del esquema mantendrán su función de controlar el riesgo de movimientos extremos y abruptos en el tipo de cambio.

El BCRA también destacó que continuará avanzando con la normalización de la política de encajes bancarios, reconociendo el impacto de esta medida sobre el equilibrio monetario y la intermediación financiera. Las modificaciones futuras se alinearán con la estabilidad de precios y la recuperación del crédito.

En los meses previos a las elecciones legislativas de octubre, el equipo económico había implementado un “apretón monetario” para limitar la cantidad de pesos circulante a fin de mantener a raya el tipo de cambio y la inflación. Esta dinámica derivó en un faltante de liquidez en el mercado y, en consecuencia, en una suba de las tasas de interés.

Entre las medidas adoptadas, se elevaron los encajes bancarios, que son un porcentaje de dinero que los bancos deben mantener inmovilizados en el Central. De a poco, ese sendero restrictivo comenzará a desandarse para otorgarle mayor dinamismo a los créditos a familias y empresas, un pilar crucial del programa del Gobierno para “remonetizar” la economía.