Si hubo un escándalo judicial que indudablemente marcó el 2025 fue el que hizo famosa a Julieta Makintach, la exjueza que arrancó el año frente a su mayor desafío laboral y terminó destituida por mal desempeño tras frustrar uno de los juicios más esperados: el de la muerte de Diego Maradona.
Desde marzo, Makintach tenía la tarea de integrar el tribunal que determinaría, tras un extenso debate oral, si existieron responsabilidades médicas en el fallecimiento del Diez. Al tratarse del máximo ídolo del fútbol argentino, se anticipaba que todo lo que sucediera en esa sala de audiencias tendría una amplia repercusión pública. Y así fue.
El juicio arrancó en la fecha pautada y fluyó con cierta normalidad hasta el jueves 15 de mayo, cuando el proceso llevaba más de dos meses de desarrollo. Ese día, el nombre Julieta Makintach empezó a cobrar notoriedad: Julio Rivas, el abogado del neurocirujano imputado, Leopoldo Luque, la acusó en plena audiencia de haber autorizado a camarógrafos a filmar el debate, algo que estaba prohibido. Fue el principio del fin.
Makintach negó la acusación. No obstante, los abogados Fernando Burlando y Mario Baudry -representantes de Dalma y Giannina Maradona, y Verónica Ojeda- denunciaron la presunta irregularidad y, en consecuencia, se abrió una investigación en la UFI N°1 de San Isidro, a cargo de los fiscales José Amallo, Carolina Asprella y Cecilia Chaieb.
En pocas horas ya se había empezado a hablar de un “documental escandaloso”. Es que en el marco de la causa, los responsables de la investigación hallaron rápidamente pruebas que reforzaron la sospecha de que Makintach estaba filmando una miniserie sobre el juicio por Maradona. Y que la protagonista era ella.
Entre los elementos encontrados, descubrieron un teaser, un guion -que luego dijeron que era un punteo de ideas- y decenas de videos de alta calidad donde se veía a la exmagistrada desfilar por instalaciones del palacio judicial de San Isidro y hablar a las cámaras sobre su rol el caso por el Diez.
Luego se supo más: el documental se iba a llamar “Justicia Divina”, había sido idea de una amiga suya de la infancia junto a la pareja de otra compañera de su grupo, y habían contactado a un productor audiovisual para desarrollarla. El camarógrafo contratado para grabar también le admitió a los fiscales que lo habían llamado para hacer un film sobre Makintach y que la autorización para grabar la había dado ella.
Tras conocer toda esta prueba, el juicio por la muerte de Maradona fue declarado nulo por sospecha de parcialidad. Al mismo tiempo, empezaron a acumularse los pedidos de juicio político para que sea juzgada por sus irregularidades y la Suprema Corte Bonaerense decidió suspenderla temporalmente de su cargo hasta esclarecer el hecho.
En ese contexto, Makintach usó su última carta: presentó su renuncia al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, con la esperanza de evitar un jury y ser destituida. Pero el mandatario no la aceptó y permitió que el proceso constitucional avance. Meses después, se conformó un jurado de enjuiciamiento, los integrantes analizaron la prueba y admitieron las acusaciones contra la exjueza.
Antes de que se estableciera la fecha de inicio del juicio político, los fiscales de la UFI N°1 de San Isidro -que continuaron investigándola- informaron que habían recabado pruebas suficientes para endilgarle 5 delitos: cohecho pasivo, violación de los deberes de funcionario público, abuso de autoridad, malversación de caudales públicos y peculado de servicios. En este sentido, pidieron que sea destituida para poder avanzar con el debido proceso y poder llamarla a indagatoria, ya que con los fueros no podían.
En noviembre comenzó el juicio político, que duró apenas una semana. Un jurado integrado por 10 conjueces y presidido por Hilda Kohan, presidenta de la Suprema Corte Bonaerense, decidió destituirla por unanimidad.
El capítulo que falta
En diálogo con Infobae, Julieta Makintach dijo que, después de lo que pasó en este 2025, ya no quería ser parte de la Justicia, aunque subrayó que tampoco esperaba ser destituida. En este sentido, tras el veredicto, la exjueza presentó un recurso de inaplicabilidad de ley en el que sostuvo que la sentencia que la removió del cargo violó las garantías constitucionales.
Además, acusó al jury de arbitrario y dijo que la participación de Hilda Kohan en el jurado tornó inválido todo el proceso porque ya había intervenido previamente en la causa al disponer su suspensión disciplinaria. Dijo que tenía una opinión emitida.
La apelación fue rechazada por el propio jurado, aunque desde la defensa de Makintach -encabezada por Darío Saldaño- señalan que la denegaron cuando ya varios miembros habían asumido otros cargos, por lo que consideran que lo definió un tribunal desintegrado. Así, interpuso un recuso de queja a la Suprema Corte Bonarense para que se revise la destitución. Si este es rechazado, ya adelantaron que recurrirán a la Corte Suprema de Nación.
Al mismo tiempo, resta saber cómo procederán los fiscales a cargo de la causa penal contra la exjueza, quienes ahora pueden avanzar judicialmente cómo con cualquier ciudadano.
En diciembre, los funcionarios continuaron tomando algunas declaraciones testimoniales para conocer detalles de cómo se gestó el documental sobre el caso Maradona. No obstante, al cierre de esta nota, todavía no habían llamado a indagatoria a ninguno de los sospechosos que tiene el expediente. Probablemente, el último capítulo del escándalo judicial del 2025 se cierre en 2026.