La última Nochebuena tuvo para Lizy Tagliani un significado completamente distinto a cualquier otra que haya vivido. No fue una celebración más ni una postal festiva destinada solo al recuerdo: fue la primera Navidad como madre, apenas días después de que la Justicia confirmara la adopción plena de su hijo Tati, el hecho que coronó uno de los procesos personales más profundos y transformadores de su vida.
A través de un video que compartió en su cuenta de Instagram, la conductora decidió abrir la intimidad de esa noche especial junto a su marido, Sebastián Nebot, y el pequeño, en una secuencia cargada de emoción, humor, ternura y reflexión. Lejos de los brillos y la espectacularidad, Lizy mostró una celebración atravesada por los afectos, los nervios, la ilusión infantil y la emoción adulta.

Las imágenes comienzan dentro de la casa, ambientada con detalles navideños: el arbolito iluminado, regalos desparramados en el piso, ventanas decoradas con dibujos blancos que simulaban un pequeño pueblo nevado y una atmósfera cálida que anticipaba lo que estaba por venir. Lizy aparece vestida de rojo, jugando con Tati, acompañándolo en cada paso y, al mismo tiempo, intentando controlar su propia ansiedad.
El momento más conmovedor llegó a la medianoche. Con Tati en brazos, Lizy salió al jardín para ver la llegada de Papá Noel. La cámara captó la escena desde atrás: madre e hijo mirando hacia el techo de la casa, iluminado tenuemente, mientras la ilusión hacía su trabajo. En ese instante, un Papá Noel apareció caminando por lo alto, desatando la sorpresa del niño y la emoción incontenible de Lizy.
La secuencia se volvió viral, tanto por la ternura del momento, como también por reflejar algo genuino: una madre viviendo, quizás por primera vez, la Navidad desde un lugar completamente nuevo. Y ella misma fue consciente de eso. Junto al video, escribió un extenso texto en el que combinó humor y honestidad brutal, enumerando las “cosas a mejorar como madre para la próxima Navidad”.

“Emocionarme menos que el niño cuando aparece Papá Noel”, “gritar menos”, “iluminar más donde sale Papá Noel”, “dejar que Tati abra los regalos”, “respetar más los carbohidratos” y hasta “no gritar con Tati a upa”, fueron algunos de los ítems que Lizy marcó con tilde verde, riéndose de sí misma y de la intensidad con la que atravesó la noche.
Pero el mensaje fue mucho más profundo que una simple lista divertida. En el cierre, Lizy puso en palabras el sentido real de esa Navidad: “Qué magia tiene el vivir, sorprende día a día, y de repente amigos, seis perros, dos gatos, un amor, un hijo, y entre todos le cambiamos a una simple casa el nombre: Familia Nebot. Feliz Navidad”.
La frase sintetizó un camino largo, cargado de incertidumbres, exposiciones mediáticas y momentos difíciles. Durante los meses previos, la conductora había manifestado públicamente su preocupación por el impacto que los conflictos públicos pudieran tener en el proceso de adopción. Sin embargo, la confirmación judicial llegó y, con ella, la posibilidad de celebrar sin miedo.

Además del momento de Papá Noel, el video mostró otros instantes íntimos: la apertura de regalos en el piso del living, Lizy y Sebastián ayudando a Tati a descubrir cada sorpresa y un clima de complicidad familiar que se sostuvo durante toda la noche. Incluso hubo espacio para una reflexión, cuando Lizy compartió otra publicación en la que se los ve divirtiéndose con espuma y expresó su deseo de que quienes usan pirotecnia encuentren “otra forma de festejar”, en un claro mensaje de empatía hacia niños, personas mayores y animales.
La repercusión no tardó en llegar. Miles de seguidores, colegas y figuras del espectáculo dejaron mensajes de apoyo, felicitaciones y emoción, celebrando no solo la Navidad, sino el camino recorrido por Lizy para llegar hasta allí.