
En busca de mejorar y modernización aspectos relacionados con la Seguridad Vial y el funcionamiento del tránsito en Argentina, las reformas introducidas durante 2025 en la Ley Nacional de Tránsito 24.449, fueron las más profundas de los últimos 30 años.
La iniciativa partió del área que conduce Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, quién en marzo pasado elaboró el decreto 196/2025 por medio del cual se introdujeron varias modificaciones, tan variadas como la simplificación de trámites que permitan circular en el territorio argentino a los autos importados, las Verificaciones Técnicas Obligatorias (las populares VTV), hasta el formato y validez de las licencias de conducir particulares.
Uno de los puntos de ese extenso decreto establecía un cronograma de tres instancias a través las cuales se transformarían el sistema de cobro de peajes en las rutas nacionales de todo el país, pasando de una matriz esencialmente análoga y manual a una totalmente digital y automatizada.
En su génesis, esta transformación buscaba lograr que en un período de dos años, las rutas nacionales adoptarán peajes libres de cabinas y con cobro automático, generando esencialmente, un flujo de tránsito constante que evitara frenadas a cero, zonas de peligro ante ese obstáculo en el trayecto de los vehículos, como así también los típicos embotellamientos que se generan tanto al abrirse a múltiples carriles para el cobro, como al regresar a los carriles originales de esa vía de circulación una vez traspasada la zona de cabinas.

Pero a lo largo del año, y con otras varias transformaciones tanto en organismos oficiales como en concesiones de rutas nacionales, las fechas cambiaron y las exigencias fueron flexibilizadas.
En el decreto de marzo se habían establecido tres etapas con sus correspondientes metas. La primera fase de la transformación llegaba hasta el próximo 31 de diciembre de 2025, fecha en la cual debía existir al menos una cabina de cobro automatizado Telepase en cada estación de peaje de las rutas nacionales.
En una segunda etapa, que finalizaba el 31 de diciembre de 2026, al menos la mitad de los peajes de todas las rutas nacionales tendrían que tener paso libre tipo free flow, es decir sin cabina ni barrera y con un cobro automático desde un arco que cruza la vía sobre los vehículos. Para esa fecha, además, la otra mitad de los carriles de cobro deberían tener cabinas sin barreras con sistema de pago automático.
Finalmente, se había establecido que para el 30 de junio de 2027, todas las rutas nacionales deberán tener exclusivamente con sistemas free Flow.
Sin embargo, como parte de las transformaciones que aplicó el mismo ministerio incluyeron las reasignaciones de las funciones de la Secretaría de Transporte, incluyendo el cierre frustrado de Vialidad Nacional y de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, los plazos no se pudieron cumplir como estaba previsto, por lo tanto, ya en el mes de octubre se publicó un nuevo decreto que lleva el número 733/2025, en el que se explicaron las razones de la readecuación del cronograma previamente informado.

El nuevo decreto sustituyó el artículo 20 del Decreto 196/2025, estableciendo un único plazo que es ahora el 31 de diciembre de 2026, para que todas las rutas nacionales concesionadas cuenten con sistemas de vías automáticas canalizadas con barreras y/o con vías free flow, sin establecer porcentajes de uno y otro. Tampoco se menciona la eliminación del cobro manual, por lo que se deduce que esta alternativa podría seguir teniendo validez.
Además, se le otorgó a la Dirección Nacional de Vialidad la facultad de modificar el plazo cuando las características de cada tramo o estación de peaje lo justifiquen.
Entre los considerandos de la decisión se destaca que el Gobierno prioriza la construcción y consolidación de la infraestructura vial, buscando asegurar la conexión entre regiones de manera segura y previsible, lo que requiere la participación del sector privado.
También se señala la necesidad de garantizar una implementación eficaz y eficiente de las nuevas tecnologías de cobro, promoviendo un tránsito vehicular más fluido y seguro, pero considerando las particularidades técnicas, operativas y contractuales de cada tramo de la red vial nacional.
En ese sentido, fuentes del Gobierno explicaron que “el sistema free flow avanza conforme a lo establecido en la normativa vigente, que prevé una implementación progresiva. Este tipo de despliegues requiere etapas sucesivas de adecuación técnica, operativa y contractual, previstas desde el inicio del proceso, y que en ningún caso implican un atraso”.
En medio de nuevas concesiones a algunos corredores viales, la Secretaría de Transporte y la Dirección Nacional de Vialidad consideraron conveniente adecuar el cronograma de implementación de los sistemas de cobro free flow, permitiendo que se puedan modificar los plazos teniendo en cuenta las particularidades de los distintos tramos de la red, lo que exige un enfoque flexible para la implementación.

Esa adecuación requiere observar cada ruta y cada estación de peaje con sus distintas cualidades y características.
“Por ejemplo, el pliego de la Ruta Nacional 5 establece la implementación obligatoria de sistemas electrónicos de cobro (Telepase) y la adopción progresiva del free flow. Las modalidades de cobro manuales o mixtas se encuentran previstas únicamente como transitorio. Así, mientras el peaje de Olivera tal vez siga siendo canalizado con barrera y cobro automático, probablemente en el de Gorostiaga sea instalado directamente un arco de free flow”, dijeron las mismas fuentes.
Asimismo, y con cierto fundamento lógico, se intenta promover el uso del dispositivo Telepase, que es válido en todo el país, como base para el funcionamiento de los nuevos sistemas de peaje, tanto de cobro automáticos como free flow.
Como todo proceso de cambio, el período de transición entre el sistema anterior y el nuevo genera confusiones, protestas, rechazos y adhesiones. Más allá del crecimiento del parque automotor y el mayor caudal de tránsito actual, las demoras actuales en algunas estaciones de peaje son el síntoma de un desorden mayor al habitual. La extensión de un año en la implementación de esta transformación puede significar que ese mismo desorden se prolongue más aún, aunque en el Gobierno son optimistas y dicen que “tal vez para diciembre 2026 tengamos más del 50% cabinas free flow”.
En principio, la mayoría de los accesos a CABA como Ricchieri, Acceso Oeste y Norte adoptarán ese sistema que elimina las cabinas de peaje y las barreras, aunque es probable que lo hagan en el transcurso del año con un cronograma parcial por el cual convivan el arco y la cabina, ambos de cobro automático.