
Un inesperado temporal interrumpió este martes la rutina del Aeroparque Jorge Newbery en la Ciudad de Buenos Aires, provocando un escenario de complicaciones en plena víspera de las Fiestas. La tormenta eléctrica, que sorprendió tanto a los pasajeros como a los trabajadores de la terminal aérea, obligó a suspender las operaciones durante aproximadamente dos horas, afectando a miles de personas que buscaban movilizarse antes de la Nochebuena. El fenómeno meteorológico azotó la capital argentina con ráfagas intensas, precipitaciones y una abrupta caída de la temperatura, generando demoras generalizadas y un fuerte impacto en el servicio aeroportuario.
La jornada, que había iniciado con un movimiento incesante de viajeros debido a la alta demanda típica de fin de año, se vio alterada cuando la visibilidad en la zona de la Costanera se redujo a escasos metros y las autoridades activaron el protocolo de alerta roja. Esta medida prohibió la carga de combustible y el desplazamiento de aeronaves en pista, ocasionando demoras en al menos 11 vuelos y la necesidad de desviar algunas partidas hacia aeropuertos alternativos, como Ezeiza, según explicaron fuentes de Aeropuertos a Infobae. La alerta se mantuvo hasta las 19.15, momento a partir del cual comenzó a restablecerse gradualmente la normalidad en las operaciones.
Hubo además ocho vuelos programados entre las 18 y las 19 resultaron retrasados y debieron ser reprogramados, la mayoría para después de las 20, explicaron desde Aerolíneas Argentinas. La compañía comunicó que el aeropuerto se encontraba operativo normal después de las 19.
El episodio climático se produjo en una jornada de calor agobiante, en la que la sensación térmica alcanzó los 34°C. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) registró precipitaciones de magnitud en barrios como Colegiales, Villa Urquiza, Balvanera, Constitución, Monserrat, Villa Crespo y Liniers, así como en varias localidades del Conurbano bonaerense. Además de la caída de granizo y anegamientos en distintas zonas, el temporal provocó la interrupción del suministro eléctrico para miles de usuarios, conforme datos brindados por el Ente Regulador de la Electricidad (ENRE), Edenor y Edesur.
Los efectos del diluvio se extendieron al interior de la terminal aérea, donde los servicios de rampa debieron suspender actividades “por la intensidad de la lluvia acompañada de actividad eléctrica”, según señalaron fuentes consultadas por NA. Esta situación generó un efecto cascada en las partidas hacia distintos destinos nacionales y en la llegada de vuelos previstos para la tarde. Aeronaves que ya se encontraban en pista fueron obligadas a mantener posiciones de espera, mientras otras debieron ser redirigidas a aeropuertos alternativos, generando una congestión inusual en el flujo habitual de operaciones.

La combinación de la tormenta inesperada y la alta demanda de viajes en las vísperas de las Fiestas provocó contratiempos para los pasajeros, muchos de los cuales afrontan desplazamientos de reencuentro familiar tras meses de trabajo, algo que se vio reflejado en las salas de embarque.
En paralelo, las autoridades aeroportuarias y las principales compañías aéreas como Flybondi y JetSmart— recomendaron a los viajeros “consultar vía web” el estado de sus vuelos antes de dirigirse a la terminal y pidieron “paciencia en la reprogramación”, debido a la ocupación plena de los servicios en esta época del año.

El fenómeno meteorológico también se sintió en otros puntos de la ciudad y el Gran Buenos Aires, donde el SMN reportó ráfagas de viento, intenso granizo y descenso abrupto de la temperatura. En el shopping Unicenter, las lluvias provocaron filtraciones en las paredes del tercer piso, mientras que la mejora en el clima se espera para las próximas horas, aunque se prevé la posibilidad de nuevos chaparrones aislados en la tarde y noche del miércoles 24.
El nivel de alerta se desactivó a las 19.15 cuando las demoras comenzaron a resolverse y la terminal comenzó a trabajar de modo normal según su cronograma.