Marina Calabró y Rolando Barbano volvieron sobre uno de los episodios más comentados y polémicos de su historia personal y profesional: el tenso desplante que protagonizaron durante los Premios Martín Fierro de Radio y que, con el paso del tiempo, terminó convirtiéndose en un punto de inflexión dentro de su vínculo. Invitados juntos a La Divina Noche de Dante (Eltrece), la pareja habló sin rodeos del momento que los expuso ante todos y que dejó una marca imborrable tanto en ellos como en el público.

El episodio ocurrió en la gala de los Martín Fierro de Radio, cuando la conductora de La Nación+ subió al escenario para recibir su estatuilla y sorprendió con una dedicatoria pública al periodista de policiales, quien se encontraba sentado en la mesa. Minutos después, cuando fue el turno del periodista de agradecer su premio, evitó mencionarla, generando un silencio incómodo, abucheos en la sala y una ola de repercusiones que se extendieron durante semanas.

Con el paso del tiempo y ya con la relación formalizada, ambos decidieron contar qué estaba pasando realmente puertas adentro en aquel momento. Fue el experto en policiales quien tomó la palabra y dio su versión sin eufemismos: “Era un momento de la relación que, en mi forma de ver, no ameritaba un agradecimiento, no ameritaba una dedicatoria. Nosotros estábamos peleados en ese momento, ese fue el tema. Habíamos cortado la relación”, explicó frente a Dante Gebel.

El comunicador profundizó aún más en el contexto emocional de aquella noche. “No éramos novios, la relación se había discontinuado. Cuando Marina agradece y me dedica el premio, en las mesas de alrededor me empezaron a mirar. Y claro, yo estaba peleado, enojado y no quería agradecerle”, relató, dejando en claro que su silencio fue reacción genuina desde el enojo y la incomodidad.

Ese gesto, sin embargo, no fue gratuito. Barbano reconoció que quedó rápidamente instalado en el rol del villano de la historia. “Yo salía a la calle y había mujeres que me insultaban. Yo era el malo”, recordó, entre risas y resignación, al describir cómo el público tomó partido casi de manera automática por Calabró.

Desde su lugar, Marina también repasó lo que vivió aquella noche y el impacto posterior. Admitió que el momento la tomó por sorpresa y que recién dimensionó lo ocurrido cuando escuchó la reacción del público en las grabaciones posteriores. “Yo estaba en shock. No escuché el ‘uh’ en el momento, lo escuché después. Fue un antes y un después”, confesó. Aun así, dejó en claro que no se arrepiente de lo que hizo.

“No me arrepiento. Fue cero premeditado, recontra genuino, sin vocación de daño ni de incomodar”, sostuvo la periodista, quien explicó que su dedicatoria nació de un impulso sincero. “A mí me nació y a él no. Los dos fuimos genuinos. Y fue muy loco todo lo que se generó después”, reflexionó, destacando que ambos fueron juzgados por razones opuestas: a ella, por no haberse privado; a él, por no haber correspondido públicamente.

Hoy, Calabró y Barbano consideran que el escándalo fue un punto de inflexión que fortaleció su vínculo sentimental

La charla también dejó espacio para el análisis más íntimo del vínculo. Barbano reconoció que le cuesta salir del enojo y que su forma de procesar los conflictos es muy distinta a la de Marina. “Yo soy muy de enojarme, me cuesta mucho salir del enojo”, admitió. Ella, en cambio, se definió como todo lo contrario.

Con el diario del lunes, ambos coincidieron en que aquel episodio, por doloroso e incómodo que haya sido, terminó siendo parte del camino que los llevó al presente. “Quizás no estaríamos acá si no hubiera pasado eso”, deslizó el comunicador.

Hoy, ya reconciliados y con la relación afianzada, Marina Calabró y Rolando Barbano pueden mirar hacia atrás sin rencor y con una lectura más serena. El episodio de los Martín Fierro de Radio quedó grabado como uno de los momentos más escandalosos de la ceremonia, pero también como un punto bisagra en una historia de amor que supo atravesar tensiones, miradas ajenas y juicios públicos para reinventarse.