La novena gala de eliminación de MasterChef Celebrity (Telefe) dejó una de las noches más sensibles y comentadas de la temporada. No solo porque la competencia terminó con la eliminación de Julia Calvo, sino porque el cierre del programa tomó un giro inesperado con una confesión que descolocó por completo a Wanda Nara y reavivó, de manera indirecta, uno de los conflictos mediáticos más resonantes de los últimos años.

La consigna de la noche estuvo enmarcada en el cierre de la semana de las olimpiadas. Antes de cocinar, los participantes participaron de un juego inspirado en el pato, el deporte nacional, y como no podía ser de otra manera, el ave fue también el ingrediente obligatorio del desafío culinario. La dificultad no era menor: una proteína compleja, con exigencia de punto justo de cocción y una salsa que debía acompañar correctamente.

La mayoría de los famosos logró sortear la prueba con buenos resultados, al punto de que los jurados coincidieron en que había sido una de las mejores noches del certamen. “No hubo un pato mal hecho”, reconocieron, aclarando que la eliminación se definiría por detalles mínimos. Sin embargo, dos platos quedaron por debajo del resto y pusieron en riesgo a dos actrices con una historia compartida que marcó a toda una generación: Julia Calvo y Emilia Attias, ambas actrices e integrantes del elenco de Casi Ángeles.

Emilia Attias y Julia Calvo, ambas exintegrantes de Casi Ángeles, se enfrentaron en una emotiva definición que conmovió al público

Emilia presentó un pato con zanahorias glaseadas y peras a la manteca y romero, que generó devoluciones encontradas. Damián Betular la cruzó cuando ella definió su guarnición como una “ensalada fresca” y cuestionó algunos componentes que no convencieron al jurado. Germán Martitegui, por su parte, valoró la estética del plato, pero marcó la falta de salsa y manteca. Con crudeza, la propia Emilia anticipó su destino: “Mi plato está rozando la despedida”.

Julia, en tanto, llevó un pato a la naranja con puré de papas, que terminó siendo el más cuestionado. Betular señaló errores en la presentación —como la presencia de la parte blanca de la naranja— y remarcó que la cebolla estaba cruda. Martitegui coincidió en que el emplatado estaba bien resuelto, pero sostuvo que al pato le habían sobrado minutos de cocción, un error clave en una noche tan pareja.

Tras la deliberación, el jurado dejó en claro que los mejores platos habían sido los de Agustín “Cachete” Sierra y Susana Roccasalvo, mientras que la definición final quedaba entre Julia y Emilia. El clima fue de absoluta emoción: ambas actrices hablaron del cariño que se tienen, del tiempo compartido durante los años de Casi Ángeles y de lo difícil que era quedar enfrentadas en esa instancia.

Julia Calvo fue eliminada por detalles mínimos en la cocción y presentación de su pato a la naranja con puré de papas

Finalmente, fue Donato De Santis quien anunció la decisión: Julia Calvo se convertía en la novena eliminada del certamen. El chef italiano intentó suavizar el golpe con palabras cargadas de afecto: “Fue por muy, muy, muy poquito. Tu mejor plato en esta última instancia será tu sello en esta despedida”. A lo largo del momento, los tres jurados destacaron su compañerismo, la entrega en cada desafío y el amor con el que encaró cada preparación.

Sin embargo, cuando parecía que la despedida iba a cerrarse en ese tono emotivo, la actriz sorprendió a todos con una confesión inesperada dirigida directamente a Wanda Nara. Agradecida por las palabras de la conductora, que le dijo que era una actriz que “sí o sí tiene que estar en un elenco”, Calvo respondió con halagos… y una frase que cambió por completo el clima del estudio. “Una gran amiga, compañera, ‘oriental’, a quien quiero mucho. En ningún momento pensé ‘uy, es la enemiga de mi amiga’”, dijo, en clara referencia a la China Suárez, la enemiga pública número uno de Wanda desde el escándalo con Mauro Icardi.

La confesión cayó como una bomba. Julia explicó que conoce a la China desde hace años por el trabajo compartido en Casi Ángeles y que su vínculo con ella siempre fue desde el afecto y la compañerismo, sin cargar con los conflictos ajenos. Lejos de incomodarse del todo, Wanda reaccionó con una mezcla de ironía y frontalidad que no pasó desapercibida.

Entre risas, pero con una frase filosa, cerró el momento con humor ácido: “Te voy a dar un abrazo. Te iba a dar un cuchillazo si sabía que eras amiga de la oriental”. El estudio estalló en risas nerviosas, aplausos y sorpresa, sellando uno de los momentos más relevantes de la gala.