
Hace un mes, las autoridades de la provincia de Misiones lograron capturar a una yaguareté que estaba herida junto a sus cachorros. Ahora, tras ayudar en su rehabilitación, “Pará” fue reintroducida en su hábitat natural para continuar con un monitoreo permanente por parte del Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio) y saber cómo es la evolución de la hembra y sus crías.
La historia reciente de “Pará” comenzó cuando fue detectada en zonas rurales, tras perder un ojo y enfrentar dificultades para cazar. En octubre, sus problemas para conseguir alimento la llevaron a acercarse a viviendas rurales en búsqueda de comida. Ante la situación crítica, y luego de verificar que otras estrategias de manejo no habían dado resultados, fue capturada y relocalizada junto con sus crías por un equipo interdisciplinario.
Esta intervención, considerada inédita a nivel global, fue acordada por las instituciones que integran la Subcomisión Selva Paranaense para la Conservación del Yaguareté. Entre ellas se encuentran el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables, el propio IMiBio, el Proyecto Yaguareté (CeIBA-CONICET), la Fundación Azara a través del Centro de Rescate y Conservación de Fauna Silvestre Güirá Oga, la Administración de Parques Nacionales y la Asociación Aves Argentinas.
Según informó el Gobierno de Misiones, el procedimiento de traslado priorizó el bienestar de la yaguareté y sus crías. Tras la apertura de las jaulas de transporte, cámaras trampa registraron el egreso de la hembra. Sin embargo, el movimiento de los cachorros no fue captado por los dispositivos. El IMiBio especificó que el operativo se diseñó con el objetivo de minimizar la presencia humana y evitar interferencias en el proceso de readaptación de los animales al ambiente silvestre.
Desde entonces, se realizó un rastrillaje en la zona de liberación, con la participación de guardaparques e integrantes del equipo de operaciones. No se hallaron indicios de los cachorros en las inmediaciones ni signos de intervención de otros depredadores. En los días posteriores, nuevas detecciones a través de cámaras trampa confirmaron desplazamientos de la hembra acordes a su comportamiento esperado y una adaptación adecuada al entorno.

El monitoreo de Pará se lleva adelante mediante un collar satelital dispuesto en el ejemplar adulto. Este dispositivo emite señales periódicas que permiten conocer su ubicación y movimientos dentro de la zona. La tecnología utilizada en el aparato está prevista únicamente para animales adultos; la razón es que los cachorros aún se encuentran en desarrollo y el uso de collares podría resultar contraproducente para su crecimiento.
Las señales emitidas por el collar indicaron, hacia finales de octubre, variaciones en los desplazamientos de la hembra dentro y fuera del área de influencia de su sitio de liberación. Las lecturas posteriores reflejaron un patrón de movilidad propio de yaguaretés en libertad, sin detectarse riesgos adicionales ni cambios inesperados en el proceso de adaptación.
Actualmente, no es posible determinar con exactitud el estado de los cachorros. “No existen elementos técnicos que indiquen que las crías no continúen su desarrollo en el ambiente natural, bajo las condiciones propias de la vida silvestre”, sostiene el IMiBio. En tanto, el área de liberación continúa bajo monitoreo permanente mediante patrullajes, cámaras trampa y recorridas técnicas, una estrategia que permite el seguimiento sin intervenir directa o invasivamente en el ciclo de vida de la especie.
La decisión de trasladar a Pará y sus cachorros surgió como única alternativa viable ante la emergencia que amenazaba su supervivencia. El proceso fue resultado de evaluaciones exhaustivas por parte de especialistas y consensuado por organizaciones involucradas en la protección del yaguareté, catalogado como Monumento Natural Nacional.
En Argentina, la situación de los yaguaretés es crítica. La especie perdió más del 95% de su área de distribución original y se estima que en la actualidad quedan menos de 200 yaguaretés en poblaciones fragmentadas. Es por ello que el caso de Pará representa una experiencia sin precedentes en la gestión y conservación de grandes felinos en la región, con las herramientas tecnológicas y el trabajo coordinado buscan asegurar la supervivencia de la hembra y sus cachorros en condiciones óptimas.