La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, asiste a una rueda de prensa (REUTERS/Yves Herman)

En medio de las negociaciones sobre el cierre del tratado de paz en la guerra entre Rusia y Ucrania, este miércoles los países de la Unión Europea y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo para prohibir las importaciones de gas ruso a partir del otoño de 2027.

El consenso establece un cronograma que equilibra la postura del Parlamento, que impulsaba una aplicación más rápida, con la de los 27 Estados miembros, que buscaban posponer la medida.

El comunicado conjunto detalla que el veto a los contratos a largo plazo para la compra de gas ruso estará vigente como máximo desde noviembre de 2027. En el caso del gas transportado por gasoducto, la prohibición de contratos de larga duración —que pueden extenderse por décadas— entrará en vigor el 30 de septiembre de 2027, sujeto a que las reservas sean suficientes, pero se aplicará, en cualquier caso, desde el 1 de noviembre de ese año.

Para el gas natural licuado (GNL), los contratos largos quedarán prohibidos desde el 1 de enero de 2027, de acuerdo con lo anunciado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como parte de las sanciones contra Rusia. En cuanto a los contratos de corto plazo, la restricción comenzará el 25 de abril de 2026 para el GNL, y el 17 de junio del mismo año para el gas que llega por gasoducto.

El calendario acordado aún requiere la ratificación formal tanto de los Estados miembros de la UE como del Parlamento Europeo. Ursula von der Leyen sotuvo que el bloque está entrando en una “nueva era” sin combustibles fósiles rusos. “Este es el comienzo de la era de la plena independencia energética de Europa respecto de Rusia”, subrayó ante periodistas.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Bruselas, Bélgica (REUTERS/Yves Herman)

Bélgica mantiene por otra parte su preocupación ante la posibilidad de que, tras conceder un préstamo a Ucrania respaldado por activos rusos congelados, algún país de la Unión Europea —como Hungría o Eslovaquia— pueda bloquear la prórroga de las sanciones sobre Moscú.

Según las autoridades belgas, un levantamiento súbito de estas medidas obligaría a Bélgica a devolver de inmediato los fondos a Rusia. Para evitar este escenario, la Comisión Europea plantea limitar la facultad de cada Estado miembro para retirar las sanciones. Actualmente, estos castigos requieren consenso unánime y se renuevan cada seis meses, lo que permite que líderes como el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, puedan ejercer su veto.

La propuesta de la Comisión contempla recurrir al artículo 122 del Tratado de la UE, el cual habilita a los gobiernos a adoptar “medidas adecuadas a la situación económica, con espíritu de solidaridad entre los Estados miembros”. Con esta herramienta, las sanciones podrían prolongarse por mayoría cualificada, quitando a Hungría y otros países la capacidad de frenarlas unilateralmente.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, se reúnen en el Bella Center de Copenhague, Dinamarca (REUTERS)

La confirmación del acuerdo surge unos días después de la conversación entre el presidente ucraniano Volodimir Zelensky y Von der Leyen, la cual se centró en la necesidad de reforzar la protección de la infraestructura crítica de Ucrania frente a ataques dirigidos a su red energética y otros sectores estratégicos por parte del Kremlin.

Durante la llamada, tanto Von der Leyen como Zelensky analizaron los problemas más delicados para Ucrania en el marco del conflicto con Rusia, confirmando el consenso en la agenda bilateral y el alineamiento respecto a las negociaciones que se llevan adelante con Washington. La titular de la Comisión subrayó el compromiso de la UE con la postura de Kiev y su plena cooperación en este proceso.

(Con información de AFP)