
A tres días de las elecciones, el Consejo Nacional Electoral (CNE) continúa sin proclamar al ganador de la presidencia en Honduras, en medio de una contienda extremadamente ajustada entre Salvador Nasralla, del Partido Liberal, y Nasry “Tito” Asfura, del Partido Nacional, respaldado por Donald Trump.
La demora mantiene al país en un clima de incertidumbre política mientras avanza lentamente el escrutinio preliminar.
Con el 74% de las actas procesadas, Nasralla registra 959.670 votos (40,22%), seguido muy de cerca por Asfura, que suma 946.462 votos (39,67%). La diferencia supera ligeramente los 13.000 votos, después de que el conteo se reanudara el martes tras fallas técnicas en el sistema de divulgación.
A mayor distancia figura la candidata oficialista Rixi Moncada, del Partido Libre, con 454.350 votos (19,04%), después de afirmar que no daba por “perdidas” las elecciones y denunciar presuntas manipulaciones en los resultados preliminares.
Hasta la tarde del martes, Asfura lideraba los cómputos desde la misma noche electoral con apenas 500 votos de ventaja, lo que configuraba un virtual empate técnico. La reactivación del conteo modificó el escenario y colocó a Nasralla al frente, aunque la diferencia sigue siendo estrecha. El candidato liberal expresó que la brecha crecería en las próximas horas y anticipó que el miércoles el CNE podría declararlo “presidente electo” de Honduras.
El avance de Nasralla abre un nuevo capítulo en una contienda marcada por acusaciones cruzadas y el involucramiento de actores externos. Asfura recibió un respaldo explícito del presidente estadounidense Donald Trump, quien pidió al electorado hondureño votar por él al describirlo como “el verdadero amigo de la libertad en Honduras”.
El retraso en la definición mantiene al país atento a la evolución del escrutinio, que continúa sin una fecha oficial para la proclamación definitiva. Más de 6,5 millones de hondureños estaban habilitados el domingo para elegir al sucesor de Xiomara Castro, cuyo mandato concluye el 27 de enero de 2026.
La incertidumbre electoral coincide con un acontecimiento inesperado: la liberación en Estados Unidos del ex presidente Juan Orlando Hernández (2014-2022), beneficiado por un indulto de Trump apenas un año después de recibir una condena de más de cuatro décadas por narcotráfico.
“Él era el presidente, y en su país se vendían drogas. Y como era presidente, lo persiguieron. Fue una horrible cacería de brujas de (Joe) Biden, y mucha gente en Honduras me pidió que lo hiciera, y lo hice. Me siento muy bien por ello”, declaró Trump en la Casa Blanca.
El paradero del ex mandatario no es público y no se sabe si regresará al país. Su liberación generó fuertes cuestionamientos en Tegucigalpa. La esposa del ex gobernante, Ana García, aseguró que Hernández “volvió a ser un hombre libre” y agradeció a Trump por lo que calificó como “un día que jamás” olvidarán.
Mientras el escrutinio avanza con lentitud, Honduras permanece sin claridad sobre quién ocupará la presidencia. La estrecha diferencia entre los principales candidatos, los señalamientos de fallas técnicas y la tensión política añadida colocan al país en una de sus jornadas postelectorales más inciertas en años.
(Con información de EFE)