
Pese a estar en el centro de cientos de polémicas, tanto en lo personal como en lo público, Wanda Nara mantiene el foco en sus proyectos y en sus afectos más cercanos. En medio de escándalos mediáticos, disputas judiciales y titulares que la experimentada empresaria y conductora suele capitalizar a su favor, Wanda avanza con determinación en un emprendimiento clave: la construcción de su nueva y lujosa residencia en Nordelta, una zona altamente exclusiva de la provincia de Buenos Aires. Si bien compartió el proceso de obras en sus redes de manera progresiva y controlada, un detalle relacionado al proyecto volvió a unir su historia con los nombres de Mauro Icardi y la China Suárez, y volvió a cebar el fuego de los debates en portales y plataformas.
El dato salió a la luz gracias al minucioso ojo de Juariu, apodo con el que es conocida Vicky Braier, especialista en detectar puntos calientes en la farándula desde la trastienda digital. Al responder preguntas de sus seguidores en Instagram, una usuaria le consultó sobre la “disputada casa de los sueños de Wanda”, acompañando el mensaje con una imagen donde se aprecia una vivienda en construcción, supuestamente similar a la que actualmente poseen Icardi y la China en el mismo megaemprendimiento.
Rápida en sus análisis, Juariu publicó la captura y la pregunta. “¿Acaso es la disputada ‘casa de los sueños’ de Wanda desde las vistas de su casa en obras?”. Ella misma sumó su observación, con picardía: “¿Vos decís que desde la nueva casa de Wanda se ve la casa de los sueños?”.

Aunque a simple vista la coincidencia de imágenes pueda avivar comparaciones, la realidad es que Wanda y su exesposo eligieron diferentes barrios dentro de Nordelta: la mediática se instaló con su proyecto en el selecto El Yatch, mientras que el futbolista del Galatasaray reside en La Isla, otro de los sectores premium del complejo. Sin embargo, el cruce de referencias no hizo más que sumar un nuevo capítulo al historial de guiños entre Wanda, Mauro y la China Suárez, quienes desde el Wandagate arrastran roces públicos, idas y vueltas y una saga interminable de memes y especulaciones.
El significado de la nueva propiedad para la empresaria es mucho más profundo que la simple adquisición de una vivienda. El inicio de este proyecto se da en un contexto sensible: tras la separación definitiva de Icardi, con quien mantiene a la fecha una disputa legal por la custodia de sus hijas menores, la empresaria apostó por invertir en una residencia propia como símbolo de su independencia y el deseo de plasmar un nuevo comienzo para ella y su familia ensamblada.
En sus redes compartió la importancia emocional que la obra tiene para ella: “Mi proyecto”, escribió en Instagram, mostrando los avances de obra, y tiempo atrás ya había definido la construcción como “la verdadera y propia casa de mis sueños”. Aquella frase, lanzada a principios de año, sonó para muchos como un mensaje indirecto hacia el círculo de su expareja y la exCasi Ángeles.
Los conceptos de lujo, confort y conciencia ambiental, forman parte de la filosofía con la que Nara encara la nueva casa, y cada publicación que realiza suma detalles de arquitectura moderna, vistas privilegiadas y ambientes espaciosos pensados para compartir con sus cinco hijos. La empresaria dejó ver, además, su faceta más abocada al hogar: posó con casco de obra, plantea cambios, elige materiales y comparte ideas sobre la decoración.
El aspecto económico del proyecto tampoco pasó desapercibido. Sin cifras oficiales, distintas fuentes especializadas estiman que la propiedad podría requerir una inversión cercana a los 3,5 millones de dólares, aunque figuras como la de Yanina Latorre aseguran que la suma se eleva hasta los 6,5 millones por el alto estándar de calidad y sofisticación del inmueble. Wanda ya había documentado en sus redes el momento de la firma de la escritura de compra, formalizando así el paso inicial hacia la concreción del ambicioso sueño personal.
Desde entonces y hasta ahora, la empresaria sigue de cerca cada etapa constructiva, exhibiendo en sus redes sociales cómo evoluciona su “casa soñada”, desde los cimientos hasta el más mínimo detalle. Para quienes la siguen, la obra es mucho más que una mudanza: es la declaración de una nueva Wanda, una etapa de autonomía y refugio emocional donde el glamour y la comodidad pueden convivir con momentos en familia y lejos del ojo del huracán mediático.
Entre rumores, comparación de propiedades y la eterna referencia a viejas polémicas, Wanda elige mirar hacia adelante y construir su fortaleza en el lugar y a su modo. Porque para ella, la casa soñada no es solo una dirección en Nordelta, sino un símbolo de una nueva etapa y una nueva identidad.