La pareja celebró más de dos décadas juntos con una serie de postales y recuerdos ante sus seguidores (Instagram)

Celebrar más de dos décadas de amor en el mundo del espectáculo no es algo común, pero Mónica Ayos y Diego Olivera lo lograron y lo hacen con la misma frescura de siempre. A poco más de 23 años de haberse casado y con 25 juntos, los actores aprovecharon la fecha especial para recordar su historia en redes sociales con nostalgia, guiños cómplices y una serie de fotos que recorren desde los primeros tiempos hasta el presente. Con una hija en común y una familia ensamblada que los acompaña en cada paso, la pareja repasa un recorrido lleno de aventuras, anécdotas y amor del bueno, de ese que sobrevive a todo.

Fue Diego quien se encargó de abrir el álbum familiar y volcar sus sentimientos públicamente. En un posteo que rápidamente cosechó mensajes de cariño y complicidad, el actor compartió postales del pasado y del presente, hilando recuerdos con frases cargadas de ternura y, también, mucha cuota de realidad cotidiana. “Contigo aprendí… que la vida en pareja es como una buena serie: temporadas intensas, capítulos inesperados, plot twists hermosos… y uno que otro episodio donde uno de los protagonistas se duerme en el sillón”, escribió Diego, imprimiendo el tono descontracturado y sincero que lo define como padre, esposo y compañero de viaje.

El mensaje, dirigido a Mónica, continuó con agradecimientos y guiños propios de quienes recorren la vida juntos: “Gracias por estos años, mi amor. Por bancarme, por reírte conmigo, por elegir este viaje juntos… y por ser la mejor protagonista que podría tener. 23 años de casados. 25 juntos”.

La pareja en sus primeros años junto al hijo de Mónica, FedericoLa pareja esperando a su primera hija juntos, Victoria

Lejos de dejar la historia solo en palabras, Diego eligió acompañar el texto con fotos que repasan el camino compartido. El repertorio viaja suave desde las imágenes de juventud y piel bronceada en la playa, copas en mano, miradas enamoradas, abrazos y peinados noventeros, hasta el presente familiar con hijos, rutinas y nuevas etapas. Entre los recuerdos más emotivos, sobresale una foto de Diego agachado y feliz, besando o tocando la panza de Mónica durante el embarazo de Victoria, la hija que tienen en común.

El recorrido visual no es solo un repaso de logros: también deja ver las idas y vueltas, los momentos difíciles y las pequeñas anécdotas que pueblan más de dos décadas de convivencia. Diego, con humor, lo resume: “Y acá seguimos: dos hijos increíbles (Fede y Victoria), miles de aventuras, discusiones que terminan siempre en risas… bueno, casi siempre, y un amor que, por suerte, todavía no pide servicio técnico”. Ese guiño a la vida doméstica y los desafíos de pareja sumó cercanía y empatía entre sus seguidores, que no tardaron en sumarse al brindis digital por la pareja.

 “Contigo aprendí… que la vida en pareja es como una buena serieEntre recuerdos emotivos y divertidos, Diego destacó el gran amor que siente por su esposa

Con miles de likes y mensajes de apoyo, la publicación funcionó como un espejo de relaciones reales y, al mismo tiempo, como postal de una historia singular: la de dos figuras públicas que supieron sostener el lazo pese a giras, mudanzas, cambios de país, rutinas laborales exigentes y ese vaivén de la vida frente y detrás de cámara. El aniversario se celebró en familia, con risas y recuerdos de viajes, guiños de humor y la misma calidez de siempre.

Mónica, por su parte, respondió al gesto de amor con un mensaje simple y contundente, sumando un “te amo” en los comentarios, sin necesidad de grandes declaraciones. Ese ida y vuelta terminó de confirmar lo que el álbum relata en imágenes: que los años juntos no solo se cuentan, sino que se viven con intensidad, renovando la promesa de seguir eligiéndose cada día.

La pareja junto a su hija, Victoria (Instagram)

A 23 años del “sí” y 25 de relación, Mónica y Diego siguen brindando, creciendo, riendo y transitando juntos el viaje de la vida. Una historia de amor con muchas temporadas, algunos giros inesperados y una convicción férrea: hay lazos que ni la distancia, ni las dificultades, ni el correr del tiempo pueden desgastar. Y la de ellos, sin dudas, es una historia con presente, con archivo y con mucho futuro por celebrar.