
Darío Cvitanich optó por cerrar su cuenta de Instagram en medio de las crecientes especulaciones sobre su separación de Ivana Figueiras. En un gesto que sorprendió a sus seguidores y encendió las alarmas en el mundo del espectáculo, el exfutbolista decidió desaparecer de las redes sociales justo cuando los rumores cobraron más fuerza.
El final, más bien abrupto, de una historia corta y expuesta, dejó a todos preguntándose: ¿cuánto puede resistir una pareja bajo el peso de la opinión pública y las redes sociales?
Todo estalló durante el fin de semana. Ivana Figueiras dedicó varios posteos contundentes en redes sociales acerca de su vida, de la exposición pública y hasta enfrentó las críticas de algunos internautas cuando la tildaron de “Tatiana”, en clara alusión a la China Suárez por su noviazgo con el exfutbolista. Nada escapó a la mirada de los seguidores, ni al radar implacable de la prensa de espectáculos. “Separados”, destacó Paula Varela en su cuenta de Twitter. La noticia no necesitó más confirmaciones: los gestos, los silencios y el eco de las redes hablaron por sí mismos. Luego, la propia empresaria aseguró en una respuesta que “se encontraba sola”.

Cvitanich, quien venía de cerrar una larga historia de catorce años y tres hijas con Chechu Bonelli, se había lanzado de lleno a una relación con la modelo. Ilusión, entusiasmo, sonrisas compartidas, fotos en redes y declaraciones… Todo parecía avanzar sin fisuras. Pero solo pasaron cuatro meses. La conductora Marcela Tauro, en Infama, exhibió la señal inequívoca del quiebre: “Para mí que ella se hartó y dijo ‘Basta querido, yo te quiero mucho, pero no me banco todo este conventillo’, porque hace cuatro meses que salen y ya pasó todo esto”, arriesgó.
La ruptura no solo impactó en los protagonistas. Las declaraciones de Chechu Bonelli, las fotos públicas y los posteos —sumadas todas en apenas una semana ardiente, según Tauro— dibujaron el entorno perfecto para el estallido final. “Ella se cansó, se hartó de todo este quilombo mediático. Cree que esto no es para ella… no le gusta verse expuesta, cuida mucho su intimidad. Está recaliente, muy enojada”, detalló Iavícoli, dibujando el ánimo de Figueiras.
Del otro lado, el exfutbolista tampoco ocultó su propio naufragio emocional. “Recontra caliente, enojado, triste. Primero por haberla perdido a Ivana”, reveló la periodista refiriéndose a Cvitanich, y agregó: “Está muy enamorado, siente que todas estas intervenciones de Chechu afectan”.
Figueiras eligió el camino de las indirectas claras. “Yo hoy estoy sola. Muy tranquila. No soy mediática. Entiendo que esto le sirve a personas que quieren resurgir al medio y no voy a dejar que me usen. Gracias por tan lindos mensajes”, escribió en las últimas horas en Instagram, al apuntar sin nombrar directamente a Bonelli. Dejó además una frase contundente: “Que quede claro: yo no rompí ninguna familia”.

De hecho, en los últimos días el enojo de Figueiras escaló a límites nunca antes vistos luego de que Ángel de Brito compartiera un video donde Ivana y la hija menor de la empresaria con Cvitanich aparecen en un shopping, lo que motivó a la empresaria a poner límites y realizar un fuerte descargo en sus redes sociales para defender su privacidad y la de su familia. “Me encantaría que saques a mi hija de tus redes. Cualquier persona que me conoce sabe el cuidado a mis hijas más que nadie. Son mi límite. No soy parte de ningún circo mediático que generen personas que viven de esto. Mis hijas. Mi límite. Gracias”, escribió Ivana sobre la imagen, y añadió en una segunda historia: “Y al menos aprendé mi nombre, amor. Con mis hijas no. GRACIAS”.
En el telón de fondo de todo este drama, el desconcierto. Solo unas horas antes de que la ruptura fuera tema del espectáculo, el exdeportista había publicado una foto romántica, sellada con un “Te amo. Gracias por tanto”.
Ya en las últimas horas, el ex Boca y Racing decidió cerrar su cuenta de Instagram. Un gesto que dice más que mil palabras. Por ahora, ni Figueiras ni Cvitanich confirmaron oficialmente la separación. Pero los mensajes, los silencios, la distancia asumida y las palabras compartidas dejaron abierta la puerta a todo tipo de especulaciones.