
La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, reconoció esta semana la presencia de marines estadounidenses en la isla de Tobago, tras haber negado días antes su estadía en el territorio nacional. La rectificación surge en un contexto de colaboración militar con Estados Unidos para fortalecer las capacidades de vigilancia y control ante el incremento de operaciones contra presuntos narcotraficantes en el Caribe y áreas próximas a Venezuela.
Durante un encuentro con medios celebrado el jueves, Persad-Bissessar explicó que los efectivos estadounidenses están en el Aeropuerto Internacional ANR Robinson de Tobago, trabajando en la instalación y mejora de infraestructura clave como el radar, la pista y las vías de acceso. Según declaraciones recogidas por medios locales, la mandataria afirmó: “Ellos nos ayudarán a mejorar nuestra vigilancia y la inteligencia de los radares para los narco-traffickers en nuestras aguas y fuera de nuestras aguas”. No especificó si se trata de una instalación nueva o una modernización del sistema ya existente, ni si el gobierno estadounidense podría utilizar la infraestructura para otras operaciones.
La confirmación de la jefa de gobierno responde, en parte, a reportes de ciudadanos que identificaron a marines estadounidenses en un conocido hotel de Tobago y a registros de plataformas de seguimiento aéreo que detectaron el aterrizaje de aeronaves militares en la isla. Funcionarios locales señalaron que al menos uno de estos vuelos corresponde a una operación de reabastecimiento.
Desde el 16 al 21 de noviembre, unos 350 efectivos de la 22 Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina de EEUU realizaron ejercicios conjuntos con la Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago, en una serie de maniobras centradas en la interoperabilidad y la lucha contra el crimen organizado en la región.
El martes, la primera ministra se reunió con el jefe del Estado Mayor de EEUU, Dan Caine, quien viajó a Puerto España para dialogar sobre los desafíos de seguridad en el Caribe y el avance de organizaciones criminales transnacionales. Persad-Bissessar aseguró un día después que durante este encuentro no se mencionó el uso del país como base para operaciones contra Venezuela y negó haber recibido solicitudes de apoyo para acciones militares en ese sentido.
A pesar de ello, la presencia y cooperación militar estadounidense en el área ha generado inquietud en el contexto del aumento de fuerzas en el Caribe. Según informaron expertos citados en medios estadounidenses, el despliegue es el mayor en varias décadas y apunta a ejercer presión sobre el dictador venezolano Nicolás Maduro, aunque las autoridades trinitenses reiteran que su participación se limita a la lucha contra el narcotráfico.
La situación en la región se ha intensificado tras el anuncio del presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, quien accedió a facilitar a EEUU el uso temporal de instalaciones en una base aérea y en el aeropuerto internacional para apoyar la campaña antidrogas. Paralelamente, el presidente estadounidense Donald Trump advirtió el jueves que sus fuerzas armadas actuarán “muy pronto” en territorio venezolano contra presuntos narcotraficantes, en un contexto en el que Maduro exhibió el poder de su aviación militar y llamó a la defensa del territorio nacional.
Ni el fiscal general de Trinidad y Tobago ni los ministros de Defensa y Seguridad Interna han respondido a consultas sobre el alcance de la cooperación militar con Estados Unidos. Tampoco está claro si los sistemas de radar instalados se utilizarán exclusivamente para el monitoreo del narcotráfico o podrían emplearse para otras operaciones estratégicas en la zona.
(Con información de EFE y AP)