La inteligencia artificial está redefiniendo todos los sectores, y el financiero no es la excepción. En esta industria, la velocidad del avance tecnológico es especialmente visible: un estudio del MIT junto con EY mostró que el 70% de los bancos ya utiliza agentes de IA en algún estadio de adopción, especialmente en la detección de fraudes y seguridad.
En ese contexto, LA NACION mantuvo un mano a mano con Richard Harmon, vicepresidente y director global de servicios financieros en Red Hat (empresa que brinda soluciones flexibles de código abierto, que incluyen tecnologías de Linux, IA, virtualización y automatización), que visitó la Argentina esta semana. Su recorrido profesional por lugares como Citibank, JP Morgan, BlackRock y la Reserva Federal de Nueva York le han aportado una mirada global sobre qué hace falta para que esta industria aproveche todo el potencial que brindan las nuevas tecnologías.
-¿Las organizaciones están implementando inteligencia artificial de manera efectiva, o simplemente se están sumando a una tendencia?
-La inteligencia artificial generativa está siendo adoptada de forma muy activa en diversas áreas. Ahora bien, desde la perspectiva de los agentes de inteligencia artificial (sistemas que, a diferencia de un bot tradicional no tienen una respuesta predefinida escrita, sino que trabajan con una base de conocimiento que los habilita a realizar tareas más complejas e incluso a ejecutar acciones de forma autónoma) las organizaciones todavía están en una fase muy temprana de adopción. Pero la tecnología agéntica se está desarrollando muy rápido, al punto de necesitar orquestarlos como una nueva fuerza laboral.

-¿Cómo se aplica la inteligencia artificial en el mundo financiero?
-Los mercados de capitales que conllevan riesgo, tienen que ser gestionados; para lograrlo, es necesario predecir cuál será el precio en diferentes tipos de mercados. Hay muchos matemáticos y físicos que estudian este tema, para identificar no solamente cuál será el valor futuro, sino también la sensibilidad, volatilidad, entre otros factores.
Un grupo de personas se propuso hacer esto, pero utilizando agentes de IA. ¿Cuál fue el resultado? Lograron llegar a una fórmula que define el precio al mismo nivel que los matemáticos que han estado trabajando en ella durante una década y no solo eso: lo hicieron en unas horas.
Luego, al adoptarla en los flujos de trabajo, el tiempo se maximiza también. Conozco otro caso en el que una empresa, para incorporar clientes corporativos, debía llevar adelante diversos trabajos que le tomaba en total entre cinco y diez días; desde que implementaron la automatización, pueden hacerlo en dos o tres horas.
-¿Cómo influye la inteligencia artificial en la seguridad de las finanzas?
-Estos grandes modelos de lenguaje son increíblemente poderosos en el reconocimiento de patrones. En el caso del crimen financiero, pueden identificar anomalías que luego el banco investiga para comprobar si se trata de lavado de dinero o fraude.
Además de detectar signos anormales que un humano no podría encontrar, elaboran un informe de actividad sospechosa en minutos, algo que a cualquier persona podría tomarle días. Esto ahorra tiempo al investigador, quien puede ocuparse de otras tareas, porque cuenta con toda la información necesaria y, de esta forma, aumenta 50 veces su productividad.

-¿Y cómo cambiarán los trabajos en esta industria? ¿desaparecerán?
-Los veo como agentes que ayudarán al ser humano a tomar decisiones, a tener en cuenta una mayor variedad de opciones. No creo que el ser humano desaparezca en absoluto con la incorporación de estas tecnologías, pero sí pienso que podrá tomar decisiones más robustas.
-¿Qué industrias adoptaron primero la IA y es verdad que, sobre todo, se aplica al mundo de las finanzas y la tecnología?
-Los servicios financieros si no están en la cima de la lista, se ubican en segundo lugar. Algunas áreas de la ciencia, como la Medicina o el mundo farmacéutico también están teniendo mucha experimentación.
Pero también existen iniciativas que buscan cuidar el medio ambiente, por ejemplo. Entre ellas, un caso que trabajamos desde Red Hat es la solución Vital Oceans, que está apoyando la protección de cinco áreas marinas en Baja California, en México.

-¿Cómo ves la adopción de IA en la Argentina?
-Latinoamérica y la Argentina en particular están a la vanguardia en ciertos avances; es una región que creció mucho más rápido que otras en operaciones en tiempo real (en términos de pagos, de transacciones, etc), que se hacen a una velocidad mayor que otros lugares. Pueden realizar tareas desde el celular que no están disponibles en Estados Unidos o Europa.
Hace unos días ejecutivos del Banco Galicia, cliente nuestro, estuvieron en Londres y nos contaron los proyectos que tienen a futuro y debo reconocer que son muy sofisticados. No solo eso, sino que recuerdo que hace cuatro años ganaron un premio: usaban IA para procesar las solicitudes corporativas, por lo que, cuando estas llegaban, los sistemas extraían toda la información, la analizaban, procesaban y hacían todas las verificaciones según fuentes de datos y los requisitos que exigían. Si todo estaba en regla, el cliente era incorporado inmediatamente. De esta forma, lograron agilizar un proceso que les tomaba uno o dos meses a hacerlo en menos de un día.
-Trabajaste unos años en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Basado en esa experiencia, ¿qué tipo de regulación crees que sería buena para garantizar el éxito de la innovación de la IA?
-Por un lado, antes de construir algo con inteligencia artificial es importante pensar en el resultado final y desarrollar teniendo en cuenta ciertas protecciones: la transparencia, la confianza y la ética. De esa forma, es más probable que hayas construido un sistema robusto adecuado.
Por otro lado, en el marco regulatorio, contamos con la ley de IA de la Unión Europea, que se activó a mediados de enero. Tiene ciertos lineamientos sobre qué se puede y qué no se puede hacer con la inteligencia artificial. Creo que han hecho un trabajo razonablemente bueno, equilibrando la innovación y la seguridad. Cuentan con la normativa más completa de cualquier región, pero sin que sea algo detallado prescriptivamente.