La comisión bicameral Mixta de Cuentas, que comanda el diputado del peronismo disidente Miguel Pichetto, dilató ayer una definición sobre el Programa de Acción Anual (PAA) 2026 de la Auditoría General de la Nación (AGN), que está sin su colegio de auditores -Diputados y el Senado nunca eligieron a los tres representes por Cámara- y funciona en soledad a través de la presidencia que sostiene el legislador porteño electo Juan Manuel Olmos. Para la semana próxima se intentaría acercar posiciones por última vez: si no ocurre, el organismo de control externo por excelencia sobre los gastos del Estado -a posteriori, claro está- quedaría lesionado de cara al primer trimestre del año próximo.
En la bicameral de este jueves se pinceló una realidad. La comisión avanzó mucho -clave Pichetto en esto- con la insólita -aunque no sorprendente- mora que hubo para revisar temas relacionados con las administraciones de Cambiemos y del gobierno kirchnerista de Alberto Fernández. Ahora, la oposición está desesperada por auditar lo más pronto posible a la gestión de Javier Milei -es lo lógico, más allá de las tardías ganas para trabajar-, y el oficialismo quiere ampliar hacia atrás las revisiones, lo que genera un tapón de compleja resolución.
Fue el propio Pichetto el que contó, sin tapujos, la cronología de las últimas 48 horas, y advirtió los potenciales problemas en caso de no resolver el PAA 2026. Para la reunión de ayer debían presentarse los titulares de las comisiones de Presupuesto del Senado y Diputados, los libertarios Ezequiel Atauche y Alberto Benegas Lynch, respectivamente. El primero cumplió y el segundo falló: dio aviso de un problema personal. La oposición desconfió y criticó al amigo de Milei por la ausencia.
Luego de un ida y vuelta que involucró a Pichetto; el jefe del kirchnerismo en la Cámara alta, José Mayans, y el propio Atauche, la sentencia que agitó el avispero vino desde la saliente senadora y legisladora porteña electa Guadalupe Tagliaferri, que responde al exalcalde de la Ciudad de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta. “Los que no querían ganaron y es una debilidad institucional grande. Si no hay un plan de trabajo, cerremos la auditoría y cerremos esto”, alertó.
Desde hace meses que la AGN se convirtió en un problema para el Congreso. Es que Diputados y el Senado nunca votaron a sus representantes -tres por cada Cámara- y Olmos quedó al frente, en soledad. Con Pichetto a la cabeza, la bicameral más que agilizó todo el trabajo demorado. Para tener una idea, el rionegrino recordó días atrás, más allá de los 550 expedientes tratados en la comisión, la definición de las Cuentas de Inversión 2017, 2018, 2019 y 2020. Es decir, de las administraciones de Mauricio Macri y el kirchnerista Fernández. En poco más de un mes finaliza 2025.
A modo de resumen, los libertarios acusan al kirchnerismo de querer incorporar cambios extra en un momento de tensión por el PAA y, con esa excusa, aprovecharon para reclamar la reapertura de procesos del pasado, algo que chocaría con el trabajo realizado por la AGN y la propia bicameral.
En octubre pasado, una mayoría opositora avanzó con la firma de un dictamen que avala el plan de gastos de 2020 del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, año en el que estalló la pandemia COVID. Lo más insólito de todo este camino, que se acerca a su final, fue el retaceo de datos sobre las vacunas que se compraron y sobre otros ministerios que negaron información.
Sobre esto y diversos casos similares es que el oficialismo sugiere extender el tiempo de inicio de las futuras auditorías. No piensa lo mismo el resto de bloques, que pretenden agigantar la lupa en exclusiva a la gestión Milei.