Este jueves se llevó a cabo en el Anexo a la Cámara de Diputados, una presentación promovida por una diputada del PRO, que buscaba cuestionar la campaña de vacunación contra el Covid-19, argumentando que generaba una serie de aparentes efectos de magnetismo en el cuerpo de las personas.
La iniciativa provocó el rechazo de la comunidad científica, organismos profesionales y autoridades sanitarias. La actividad, difundida bajo el título “¿Qué contienen realmente las vacunas Covid-19?”, recibió críticas por alimentar la confusión en la sociedad y por ser considerada una actitud irresponsable frente a las políticas públicas de inmunización.
La insólita exposición antivacunas duró más de cinco horas y fue organizada por la legisladora por Chaco, Marilú Quiróz, quien expresó: “Hoy estamos dando un puntapié inicial para avanzar en un anhelo compartido: la modificación de la obligatoriedad y compulsividad de la vacunación y la posibilidad de profundizar en qué se nos inoculó durante la pandemia”.
La charla contó con la presencia de varias personalidades reconocidas por considerarse antivacunas, algunos participaron también como oradores. De acuerdo con lo que trascendió, hubo una serie de argumentos no corroborados científicamente respecto a las presuntas consecuencias de la inoculación. Mientras se realizaba la exposición, en otra de las salas, se debatían temas correspondientes a las comisiones de Salud y Ciencia.
Entre los que participaron como oradores principales figuraba la licenciada en biotecnología Lorena Diblasi, quien minutos antes de comenzar, dejó un registro en las redes de la convocatoria. En su alocución, utilizó un presunto testimonio para validar sus argumentos.
De esta manera, un hombre de torso desnudo subió al escenario y aparentó padecer ciertos efectos de magnetismo en su cuerpo que, desde su punto de vista, habrían sido provocados por la vacuna contra el coronavirus, elaborada por uno de los laboratorios. “Me gustaría saber qué tienen para decir los médicos”, cuestionó Diblasi.

También se expresaron el oftalmólogo Oscar Botta, miembro del grupo Médicos por la Verdad, y la médica Viviana Lens. Los argumentos esgrimidos por ambos expositores ya fueron rebatidos en múltiples oportunidades por instituciones científicas y expertos en salud pública, quienes señalan que no existen pruebas que vinculen de manera causal las vacunas con trastornos neurológicos ni con efectos magnéticos sobre el cuerpo humano.
El evento fue autorizado por el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, pese al rechazo explícito de varios legisladores que reclamaron la suspensión de la jornada al considerarla una amenaza al esfuerzo colectivo en materia de salud pública.
Previo a que se desarrolle este encuentro, varias organizaciones, entre las que se incluyen la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (SADIP), la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y la Sociedad Argentina de Pediatría, presentaron un petitorio dirigido a Menem, solicitando suspender la actividad por tratarse de argumentos contrarios a la vacunación.
Las entidades científicas manifestaron que la propuesta inducía “al negacionismo científico” y carecía de sustento basado en evidencia validada, lo que podría generar mensajes erróneos en espacios institucionales.
“Desde SADIP, junto a otras sociedades científicas del país, expresamos nuestra preocupación por la difusión de actividades con mensajes tendenciosos o carentes de sustento científico sobre vacunas COVID-192″, dice el comunicado compartido por la institución. En esa misma línea, expresaron: ”Es fundamental cuidar la confianza pública en las vacunas y en las políticas de Salud Pública».
De esta manera, aclararon que “eventos que sugieren supuestos ‘contenidos ocultos’ o fomentan el negacionismo científico pueden generar confusión, rechazo y riesgo para toda la comunidad”.
En paralelo, la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), añadió: “Este tipo de eventos, con mensajes basados en el negacionismo científico, genera un gran riesgo en un contexto donde las tasas de vacunación son alarmantemente bajas. Enfermedades que habían sido controladas, gracias a la inmunización, hoy están reemergiendo como problemas sanitarios relevantes, como el sarampión o la coqueluche”.
En su comunicado, reafirmaron su rechazo al evento “por considerarlo inequitativo y propenso a difundir falsos conceptos que pueden favorecer la vacilación vacunal, poniendo en riesgo la prevención de enfermedades que pueden ser mortales, causantes de ciertos tipos de cáncer o de secuelas graves y permanentes”.