El dictador venezolano, Nicolás Maduro, apeló este jueves al discurso militarista y la retórica de confrontación al asegurar que Venezuela está preparada para imponerse en caso de una “república en armas”, en un contexto marcado por la escalada de tensiones con Estados Unidos, el aislamiento internacional y la crisis interna de conectividad aérea.

Si la historia exigiera que esta patria se declare una república en armas, sé que nuestro destino será la victoria”, afirmó Maduro en la conmemoración del 105 aniversario de la Aviación Militar Bolivariana, transmitida por el canal de propaganda VTV.

Maduro ordenó a la fuerza aérea “permanecer alerta, lista y dispuesta a defender los derechos de la patria”, repitiendo que ninguna “amenaza ni agresión” lo intimida.

El discurso se da mientras Estados Unidos consolida un fuerte despliegue militar en el Caribe y la región, con la llegada del portaaviones USS Gerald R. Ford y la intensificación de la Operación Lanza del Sur, oficialmente orientada a combatir redes del narcotráfico y al llamado Cartel de los Soles, grupo terrorista operado por altos funcionarios del chavismo y sostenido bajo el amparo de Maduro.

El portaaviones USS Gerald R. Ford y los buques que integran su grupo de ataque avanzan hacia el Caribe escoltados por F/A-18 Super Hornet y un bombardero B-52 de la Fuerza Aérea de EEUU (REUTERS)

El dictador chavista acusó a Estados Unidos de usar como pretexto la lucha antidrogas para instalar una amenaza directa sobre su permanencia en el poder e insistió en que “jamás nada ha quebrado la voluntad de Venezuela, ni el bloqueo, ni las sanciones ni esta guerra psicológica”.

El régimen aceleró en las últimas semanas los ejercicios militares, la movilización de milicias civiles y el discurso de “unión popular-militar-policial”.

La radicalización coincide con un aumento en el aislamiento internacional de Venezuela, profundizado por la decisión del régimen de revocar las concesiones a las principales aerolíneas europeas y latinoamericanas.

El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) ordenó la suspensión de operaciones a Iberia, TAP Portugal, Turkish Airlines, Avianca, Latam Colombia y Gol, bajo el argumento de que estas compañías “se sumaron a acciones de terrorismo de Estado” y “cancelaron vuelos unilateralmente en complicidad con el enemigo”.

Viajeros esperan en la sala principal del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, Venezuela, después que varias aerolíneas internacionales cancelaran vuelos tras una advertencia de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos sobre una situación peligrosa en el espacio aéreo venezolano (Foto AP/Ariana Cubillos)

Las empresas habían cesado sus rutas tras la advertencia de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que instó a “extremar la precaución” al sobrevolar Venezuela y el sur del Caribe ante la posibilidad de una escalada militar.

El régimen respondió con amenazas y concedió 48 horas a las compañías para que retomaran sus operaciones, ultimátum que venció sin resultado y agudizó el aislamiento aéreo para ciudadanos y residentes extranjeros.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) exigió al régimen “reconsiderar” la medida y restaurar la conectividad, señalando que las aerolíneas solo buscan preservar la seguridad de pasajeros y tripulaciones.

Las aerolíneas reafirman su compromiso con Venezuela y su disposición a reanudar servicios de manera segura y eficiente tan pronto como las condiciones lo permitan”, sostuvo IATA en un comunicado.

El cierre de fronteras aéreas complica la situación de quienes buscan abandonar el país, mientras los países europeos y América Latina llaman a sus ciudadanos a extremar la vigilancia. Los avisos de alerta y las advertencias sobre la ruptura de servicios básicos se multiplican ante la inestabilidad política y el aumento del militarismo.

Maduro ordenó a la fuerza aérea “permanecer alerta, lista y dispuesta a defender los derechos de la patria”, repitiendo que ninguna “amenaza ni agresión” lo intimida (REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)

Mientras tanto, el régimen de Maduro mantiene la narrativa de resistencia y acusa a “fuerzas imperialistas” de buscar su caída.

La militarización y la represión interna siguen, en un contexto de sanciones, crisis económica y creciente aislamiento internacional. Washington y los aliados de la región monitorean la evolución de las tensiones, atentos a la posibilidad de nuevas acciones que profundicen la ruptura entre Venezuela y la comunidad internacional.

(Con información de EFE)