Gideon Sa’ar, ministro de Relaciones Exteriores de Israel

Gideon Sa’ar es una figura clave del gobierno de Israel que lidera Benjamin Netanyahu. El ministro de Relaciones Exteriores vino de visita a la Argentina para ratificar la alianza estratégica con Javier Milei, participar de un foro económico en el cual expuso las posibilidades de crecimiento en el comercio bilateral y anticipar que en 2026 el presidente argentino viajará nuevamente a Israel para completar la mudanza de la embajada a Jerusalén.

En una entrevista exclusiva con Infobae, el funcionario habló sobre cómo ve la presidencia de Milei, el cercano vínculo con Israel, la alianza a nivel global que incluye a Estados Unidos, el acuerdo de paz alcanzado en Gaza, los lazos terroristas de Nicolás Maduro en América Latina y el crecimiento antisemitismo en todo el mundo.

Entre otras cosas, anticipó que en 2026 habrá vuelos directos entre Buenos Aires y Tel Aviv y que el Estado de Israel está dispuesto a subsidiar esa medida: “Es una excepción que normalmente no hacemos”.

-¿Cuál es su evaluación de su gira por Paraguay y Argentina en estos días?

-Muy buena visita. Demuestra los lazos estrechos con ambos países, y también suma esfuerzos significativos para establecer más vínculos económicos. Llegué con una delegación seria de negocios. Algunos representan y otros lideran organizaciones económicas en Israel. Otros son representantes de empresas privadas muy exitosas. Todo con el fin de fortalecer la cooperación económica que beneficiará a ambos pueblos. Desde el punto de vista político, nuestras relaciones con Argentina y Paraguay son muy cercanas, muy íntimas y basadas en valores compartidos. Ambas reuniones, con el presidente Milei y con el presidente Peña, fueron más que reuniones políticas ordinarias.

-¿Cómo fue la reunión con el presidente Javier Milei? ¿Qué temas abordaron?

-Muchos temas. Ante todo, le dije: “Sabe, como democracia amiga, nunca podemos intervenir en los procesos políticos y electorales de otros países, pero sí podemos rezar”. Y realmente rezamos para que Milei ganara tanto en las elecciones presidenciales como en las parlamentarias. Creo que su elección es un milagro tanto para Argentina como para el pueblo judío. Argentina fue un país muy exitoso y atractivo en el pasado. Atraía inmigrantes de todo el mundo, especialmente de Europa. Mi difunto abuelo David llegó aquí hace 99 años. Llegó siendo muy joven, de una familia pobre, pero se convirtió aquí en un hombre exitoso y próspero. Lo más interesante es que todos ellos, viniendo de España, Alemania, Italia o Europa del Este, creían y sabían que Argentina era un país de oportunidades.

Con los años, diría con delicadeza, que el liderazgo político no llevó a Argentina por el camino correcto y la condujo a una situación económica muy peligrosa. El presidente Milei está devolviendo a Argentina al camino correcto, y creo que el país tiene todos los recursos naturales y humanos para ser exitoso si sigue la dirección económica apropiada.

Y, por supuesto, para el pueblo judío, tener un presidente amigo que cree firmemente en nuestra causa es muy significativo. Un gran amigo del pueblo judío, con un sentimiento profundo. Lo sentí apenas entré a su despacho porque recité una plegaria que todo judío conoce, llamada Shehecheyanu, en la que se agradece a Dios por permitir llegar a este día. Es algo que se dice en un contexto de felicidad. Fue muy emotivo, y creo —aunque no puedo hablar en nombre del presidente— que no fue emotivo solo para mí.

Luego abordamos varios temas. Informé al Presidente sobre Líbano, sobre nuestras operaciones allí, sobre el hecho de que Hezbollah no se está desarmando, sino todo lo contrario. Planteé la cuestión de la Guardia Revolucionaria iraní, que espero que Argentina designe como organización terrorista.

Hablamos también del seguimiento a la declaración del presidente Milei en Jerusalén sobre trasladar la embajada argentina en Israel a Jerusalén en 2026.

Javier Milei junto al ministro de Relaciones Exteriores de Israel

-¿Es una posibilidad real que ocurra el traslado de la embajada?

-Creo que es más que una posibilidad. Según la conversación que tuvimos, ocurrirá tal vez en abril o mayo de 2026. Estamos muy entusiasmados.

-Sería considerado un gran gesto político de Milei.

-Es un gran gesto político que surge de una convicción interna. Creo que el presidente Milei es un hombre de valores y convicciones. Y él conoce la verdad: Jerusalén fue siempre la capital del pueblo judío desde los días del rey David, hace más de 3.000 años. Es la capital eterna del pueblo judío. Y que nuestros enemigos intenten negar nuestra conexión histórica con Jerusalén es ridículo. Cualquiera que conozca la Biblia lo sabe.

Hasta ahora, siete países trasladaron sus embajadas a Jerusalén. Creo que Argentina será el octavo. Lo valoramos. Es importante para nosotros, pero mi sensación es que también es importante para el presidente.

-El martes se llevó a cabo un foro económico en el que usted participó. ¿Qué oportunidades de inversión ve Israel en Argentina?

-En todos los sectores. Las reformas económicas que está liderando el presidente Milei están volviendo a Argentina más atractiva para los negocios. Creo que quienes vengan primero serán quienes ganen. Tuve una reunión con nuestra delegación empresarial esta mañana y me dijeron que ayer tuvieron más de 40 reuniones business-to-business en Buenos Aires, muy exitosas, y están muy entusiasmados. Hay algunas cuestiones por seguir y reformas por hacer para alcanzar todo el potencial, pero lo haremos. También decidimos traer una oficina de agregado económico a Buenos Aires, que representará a nuestro Ministerio de Economía. Esto es otra señal de que estamos comprometidos seriamente con fortalecer los lazos económicos.

Otra medida será abrir vuelos directos desde Buenos Aires a Israel. Eso ocurrirá también en 2026. Incluso, si fuera necesario, subsidiaríamos esos vuelos, una excepción que normalmente no hacemos.

Tenemos también una gran comunidad de argentinos que hicieron aliá, que emigraron a Israel. Uno de ellos es mi padre. Y Argentina tiene una de las comunidades judías más grandes del mundo. Así que existe también un puente humano que será muy efectivo para fortalecer las relaciones.

El canciller Pablo Quirno recibió a su par israelí Gideon Sa’ar

-¿Usted tiene raíces argentinas?

-Sí, mi padre nació aquí, en Córdoba. Vivió aquí hasta los 29 años, cuando emigró a Israel como sionista. Pero siempre tendremos un sentimiento por Argentina.

Le contaré nuestra historia personal. Mi difunto abuelo David, del que hablé antes, emigró a Argentina en 1926. Tenía 18 años y provenía de una familia pobre. Llegó y comenzó a trabajar al segundo día en la tierra argentina. Era un hombre muy talentoso. Le fue bien en su negocio. Con el dinero que ganó envió pasajes a su madre y a dos de sus hermanas. Vinieron a Argentina y formaron aquí sus familias. Y tuvieron suerte, porque el resto de la familia que quedó en Chisináu fue asesinada en el Holocausto.

Así que, para mí, ese movimiento de mi abuelo hacia Argentina salvó a mi familia. Puede entender por qué, en un plano personal, siempre tendré sentimientos positivos hacia este país.

Siempre apoyo a Argentina en el Mundial, pero eso es fácil porque Israel…

-Tenemos a Messi.

-Sí. No, incluso antes de Messi. Yo ya apoyaba a Argentina en 1978. Tenía 11 años. El mejor jugador era Mario Kempes. Y creo que todavía recuerdo a los once que salieron a la cancha en la final contra los Países Bajos. Pero era bastante raro en esa época apoyar a Argentina contra los Países Bajos en Israel, porque allí eran bastante populares. Pero Israel no logra clasificarse al Mundial, así que no tengo conflicto de interés.Solo apoyo a Argentina.

-Hoy parece que la alianza global entre Argentina, Israel y los Estados Unidos es una de las más fuertes del mundo. ¿Está de acuerdo? ¿Qué puede decir?

-Creo que es un triángulo fuerte, basado en una orientación ideológica compartida por los tres estados bajo sus líderes actuales: apoyo a la libertad, a la economía de libre mercado, lucha contra el terrorismo y contra el mal. Participé de la reunión entre el primer ministro Netanyahu y el presidente Milei cuando Milei visitó Israel. Hablan el mismo idioma. Estoy seguro de que lo mismo ocurre entre el presidente Trump y el presidente Milei.

Creo que el presidente Milei también aportó algo importante para Argentina en términos del compromiso estadounidense para ayudar al país a recuperar su economía. Por eso veo su elección como un milagro para Argentina. Estamos rezando por su éxito y el de su gobierno.

-¿Qué tan significativo fue el rol de Donald Trump en el acuerdo de paz recientemente anunciado en Gaza? ¿Y cómo cree que se han comportado desde entonces Israel y Hamas?

-Trump fue muy significativo. Pero me gustaría describir lo que pasó, porque finalmente Hamas aceptó en octubre hacer cosas que no aceptó durante dos años. Primero, liberar a todos los rehenes. Aún tenemos dos cuerpos de rehenes en Gaza. Espero que pronto sean devueltos. Durante toda la guerra, Hamas dijo: “Solo entregaremos los rehenes si Israel se retira completamente de Gaza”. Desde su punto de vista tenía lógica: querían permanecer en el poder. Tomaron a los rehenes como ficha de negociación para asegurar su supervivencia personal y política. Nosotros no aceptamos eso porque no podemos poner en riesgo la seguridad del Estado con un régimen terrorista en Gaza.

Antes del acuerdo hubo dos tipos de presión sobre Hamas: una militar, nuestra operación en la ciudad de Gaza, que generó una presión enorme; y una presión política generada por la coalición que Trump creó, que incluyó Estados árabes y musulmanes. Hamas enfrentó presión militar y política simultáneamente, sin salida, y eso los llevó a decidir aceptar el alto el fuego, devolver a los rehenes y aceptar la propuesta de Trump. Si uno mira la declaración original, en realidad no la aceptaron por completo, y aún dicen que no están listos para desarmarse. Pero hubo un momento específico de enorme presión militar y política, y nada de eso podría haberse logrado sin la coalición que Trump creó.

Donald Trump con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu (AP)

– ¿Cree que la paz perdurará?

-Haremos todo lo posible para que el plan sea exitoso. Liberar a los rehenes era uno de nuestros objetivos, pero los demás —el desarme de Hamas, la desmilitarización de Gaza, la garantía de que no vuelva a ser una amenaza para Israel— están en el corazón del plan de Trump, que cuenta con consenso internacional. Siempre dije que somos decididos para alcanzar nuestros objetivos, pero siempre estamos listos para hacerlo por medios políticos y diplomáticos. Eso no era posible antes del 25 de octubre porque Hamas era obstinado. Si existe una oportunidad de alcanzar nuestros objetivos mediante el proceso descrito en el plan de Trump, lo apoyaremos. Si no funciona, tendremos que hacerlo solos.

-¿Cómo siguió Israel la negociación y la situación de los rehenes argentinos?

-Seguimos el caso y vimos el sentimiento en Argentina. Recuerdo a un locutor muy famoso de fútbol, creo que Hernán Feler. Lo decía siempre en los partidos que transmitía. Fue muy poderoso y emotivo. Argentina alzó su voz, lo cual fue muy importante. Muchos de esos rehenes tenían ciudadanía argentina porque inmigrantes argentinos establecieron kibutzim cerca de la frontera y viven allí. Damos gracias a Dios que todos fueron devueltos, los vivos y los fallecidos.

Aún tenemos dos cuerpos de rehenes —no argentinos— uno israelí y uno tailandés. Estamos comprometidos a traerlos. Es un compromiso importante de nuestra nación. Hay estados que olvidaron a los rehenes durante estos dos años. Pero Argentina nunca los olvidó. En decisiones internacionales algunos países no mencionaban a los rehenes, pero Argentina insistió en cada foro en que el tema no fuera olvidado, y estamos agradecidos.

-Durante la guerra hubo denuncias de que Israel atacó zonas civiles. ¿Cree que esas acusaciones son injustas?

-Son completamente injustas. Si uno observa las proporciones entre bajas terroristas y civiles verá que las FDI actuaron de la manera más moral posible. En la guerra contra ISIS, por ejemplo, las proporciones no fueron tan buenas como en nuestro caso. Cuando uno combate contra terroristas que se esconden entre civiles, actúan desde hospitales, escuelas o mezquitas, debe decidir si pueden tener inmunidad.

Tenemos un sistema legal riguroso. Los asesores legales acompañan las operaciones, y cuando vimos que el daño colateral sería demasiado alto desistimos de ciertas acciones. Pero estamos hablando de un estado terrorista. Construyeron un sistema terrorista por encima y por debajo del suelo. Nunca enviaron a los civiles a los túneles para protegerse. Los terroristas se escondieron allí y dejaron a los civiles expuestos. Hamas comenzó la guerra el 7 de octubre. Hamas insistió en continuar durante dos años hasta aceptar el plan de Trump. Son los únicos responsables del sufrimiento de ambos lados —israelíes y palestinos— y no les importó. Creo incluso que consideraron conveniente la existencia de bajas civiles como herramienta en la guerra de propaganda.

Ningún país aceptaría que sus ciudadanos fueran rehenes durante tanto tiempo o que un estado terrorista estuviera a un kilómetro de sus comunidades. No teníamos otra opción. Nos retiramos totalmente de Gaza en 2005, pensando que contribuiría a la paz. Hamas tomó el control un año y medio después, sin razón para continuar su lucha salvo su ideología yihadista. Entre 2005 y 2023 dispararon miles de misiles a ciudadanos israelíes, pero conteníamos la situación. El 7 de octubre marcó un límite. En la guerra siempre hay bajas y cada vida inocente perdida es una tragedia. Pero la pregunta es: ¿quién comenzó la guerra? ¿Quién es responsable? Y solo hay un lado: Hamas.

-Vuelvo a América Latina. ¿Cuál cree que es el rol de Venezuela y Nicolás Maduro al permitir que organizaciones de Medio Oriente operen en la región?

-Ponen en riesgo a toda la región. Cooperan con Irán en materia militar, eso es bien sabido. Están conectados con organizaciones terroristas como Hezbollah. Maduro dijo que Venezuela es parte del “eje de la resistencia”. Eso es un eje terrorista. Abrir Venezuela a esas fuerzas oscuras es muy riesgoso para toda la región. Son organizaciones y estados muy negativos. También están vinculados al narcotráfico. En conjunto, Venezuela bajo Maduro es un actor muy negativo en el escenario internacional y en América Latina.

Nicolás Maduro (REUTERS)

-En Argentina tuvimos los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA en el ’92 y ’94, y los responsables siguen sin estar en prisión. ¿De qué manera cree que Israel podría ayudar a obtener evidencia y eventualmente encarcelarlos?

-Ante todo, es importante decir que Irán y Hezbollah fueron responsables de esos atentados. Aprecio que el Parlamento argentino legislara la ley que permite acusar sin la presencia del imputado. Espero que eso ayude a traer justicia a todas las familias que han sufrido durante tantas décadas sabiendo que nadie pagó por esos atentados. Creo que ahora existe un compromiso de hacer justicia que en el pasado no existió. Espero que contribuya. Si podemos ayudar, definitivamente lo haremos.

-¿Está preocupado por el aumento del antisemitismo en el mundo?

-Sí, mucho. Un amigo me dijo: “Siempre fue así durante la historia. Pero 80 años después del Holocausto era menos aceptable ser antisemita. Ahora volvió a serlo”. Es una desgracia. La diferencia hoy es que tenemos nuestro propio Estado y podemos protegernos. Los judíos fueron perseguidos y asesinados durante nuestra larga historia en el exilio, y nadie los defendió en muchos momentos, incluido el Holocausto. Pero no fue solo el Holocausto; fue el punto más alto de eventos horribles. Algo cambió realmente desde entonces. Combatir el antisemitismo es un compromiso de todas las naciones. Me alegra que Argentina nos reemplace en 2026 en la International Holocaust Remembrance Alliance (IHRA). Trabajaremos juntos para reforzar ese compromiso internacional. Pero es una batalla histórica. Siempre existió y probablemente sea algo muy profundo.

Piense en esto. Algunos dicen: “Hay una guerra, por eso ahora la gente los odia”. Dejemos de lado quién empezó esta guerra o que Israel fue atacado en todos los frentes. Hago otra pregunta: hoy hay una guerra entre Rusia y Ucrania. Mucha gente en Europa se opone fuertemente a Rusia. ¿Ve usted a personas golpeando rusos en las calles de Europa? No. Eso ocurre solo con los judíos. Incluso con los judíos no relacionados en absoluto con la guerra en Medio Oriente.

El antisemitismo es una enfermedad muy profunda. Es un compromiso moral combatirlo. Argentina, especialmente bajo la presidencia de Milei, es un socio muy fuerte en ese combate.

-¿Por qué cree que hoy comunicadores e influencers pueden ser abiertamente antisemitas, algunos incluso elogiando a Hitler, y hay gente que adopta esos mensajes?

-Siempre fue así durante la historia. Tuvimos 80 años de pausa después del Holocausto en los que la gente tenía vergüenza de ser antisemita en público. En el pasado, el antisemitismo era una reacción al éxito de los judíos. La gente sentía envidia. Ahora el Estado de Israel es exitoso, así que el objetivo es el único Estado judío.

Es válido criticar al gobierno de Israel como a cualquier otro gobierno. Pero hay algo distinto: la definición de la IHRA menciona la demonización, la deslegitimación y los dobles estándares, todos usados contra el Estado judío. Creo que el antisemitismo moderno también es una reacción al éxito del Estado de Israel, que es extraordinario a pesar de enfrentarse a tantos enemigos durante tantos años, y al mismo tiempo tener avances en economía, ciencia, tecnología y alta tecnología. Diría que es la misma enfermedad, que evoluciona para odiar no solo al judío sino también al Estado judío.