El gobierno francés confirmó que Emmanuel Macron viajará a China entre el 3 y el 5 de diciembre para una visita de Estado que incluirá reuniones con Xi Jinping en Beijing y un desplazamiento posterior a Chengdu, en la provincia de Sichuan.
Se trata de su primera estancia oficial en el país asiático desde abril de 2023 y de la cuarta desde que asumió la presidencia en 2017.
La oficina del mandatario explicó que el viaje responde a la necesidad de “mantener un canal de diálogo continuo” con Beijing, en un contexto marcado por tensiones comerciales y disputas diplomáticas entre China y varios países europeos.
El Elíseo informó que Macron y Xi analizarán los principales puntos del vínculo estratégico entre ambos gobiernos. Según la presidencia francesa, la agenda se centrará en el comercio, las reglas de acceso a mercados, la cooperación tecnológica, la estabilidad global y los asuntos que impactan directamente en Europa y Asia.
París considera que la coordinación con Beijing puede influir en varios desafíos internacionales, entre ellos el futuro del conflicto en Ucrania, la evolución de la economía global y la seguridad del Indo-Pacífico.
En marzo, Macron había pedido públicamente que China “use su influencia para ayudar a restaurar la estabilidad en Europa”.

El viaje ocurre en un momento muy importante para Francia, ya que el país asumirá la presidencia del G7 en 2026. Aunque China no integra ese bloque, las decisiones de la potencia asiática en materia industrial y comercial afectan a los países que lo conforman. Para París, una relación equilibrada con Beijing es esencial para evitar que las tensiones económicas se amplíen.
Durante los últimos meses, el gobierno francés expresó su preocupación por las medidas arancelarias aplicadas por China a productos emblemáticos como el cognac y el armagnac. Las autoridades europeas también han cuestionado los subsidios estatales otorgados por Beijing a empresas de sectores estratégicos, lo que, según Bruselas, distorsiona la competencia.
La visita incluirá una escala en Chengdu, donde recientemente fueron trasladados los dos pandas gigantes que vivían en el zoológico de Beauval, en Francia, desde 2012. Huan Huan y Yuan Zi regresaron a China por razones veterinarias, lo que puso fin a uno de los programas de conservación más populares en el país europeo. Antes del traslado, funcionarios de la embajada china en París aseguraron que “nuevos pandas llegarán en el futuro”, lo que refuerza un símbolo recurrente en la diplomacia cultural entre ambos países.

Para Macron, mantener una vía de comunicación permanente con China es parte de su estrategia para posicionarse como un interlocutor relevante entre Asia y Europa. Su última reunión con Xi Jinping se celebró en París en mayo de 2024, durante una visita del líder chino a Francia. En aquella ocasión sostuvieron varios encuentros en la capital francesa y luego se desplazaron a los Altos Pirineos. Según el gobierno francés, esas conversaciones buscaron avanzar en temas sensibles como la transición energética, los intercambios comerciales y la estabilidad internacional.
A diferencia de sus visitas previas, el viaje de diciembre estará marcado por un panorama global más complejo. La invasión rusa en Ucrania continúa tensando la relación entre Europa y Moscú, mientras China mantiene una postura cercana a Rusia sin respaldar explícitamente la ofensiva.
París tiene interés en conocer el alcance real de la influencia china sobre el Kremlin y evaluar si Beijing puede facilitar canales diplomáticos. Aunque China se ha ofrecido como mediador en varias ocasiones, las capitales europeas han considerado insuficientes sus propuestas.
El gobierno francés quiere reducir la dependencia estructural de sectores industriales respecto de proveedores chinos y, al mismo tiempo, evitar un deterioro del intercambio comercial.
Francia buscará avances en áreas como la propiedad intelectual, la transparencia regulatoria y las condiciones de inversión para empresas francesas en territorio chino.
(Con información de AFP)