La familia de Diego Fernández Lima, el adolescente desaparecido en Villa Urquiza en 1984 y cuyos restos fueron hallados este año enterrados en la vivienda de un excompañero de colegio, pudo, tras más de cuadro décadas de espera, despedirse de él.

La ceremonia se llevó a cabo el viernes pasado en una casa de sepelios ubicada en la intersección de avenida Álvarez Thomas y Arizona, en el mismo barrio que lo vio crecer. Familiares y allegados, entre ellos su madre y su hermano, se reunieron allí entre las 15 y las 00 horas para velar al joven asesinado de una puñalada en el tórax.

«Pienso que la Justicia me está abandonando otra vez, como abandonó a mi papá hace 41 años. Está todo más que claro“, lamentó Javier Fernández Lima, hermano de la víctima, desde la puerta del sepelio.

Diego tenía 16 años cuando salió de su casa para ver a un amigo y nunca volvió.

En declaraciones a El Trece, el hombre se refirió a la complicada situación judicial. Este miércoles, la Sala N°4 de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional realizará una audiencia para tratar la apelación presentada por la familia de Fernández Lima tras el sobreseimiento de Cristian Graf, propietario de la vivienda en donde se hallaron los restos.

Graf había sido acusado por el fiscal Martín López Perrando de encubrimiento tras el hallazgo de los restos del adolescente y luego sobreseído por el juez Alberto Litvack. En tanto, la causa por el homicidio se encuentra prescripta por el tiempo transcurrido.

En ese sentido, opinó: “Alguien tiene que pagar, porque la familia Graf decidió asesinarlo y nosotros seguimos sufriendo”. Además, aseguró que irá “hasta las últimas consecuencias”.

La víctima fue velada en Villa Urquiza, el mismo barrio que la vio crecer.

Javier agregó, en declaraciones al Canal de la Ciudad, que necesita “saber la verdad” y “por qué fue tan macabro todo”. Y es que el equipo de forenses que examinó los restos no solo determinó que la causa de muerte fue una puñalada en el tórax, sino también que hubo un intento de desmembramiento.

“(Mi madre) está confundida, muy triste, al igual que yo. Es una sensación muy rara. Diego salió caminando de casa y yo fui el otro día a la morgue y me dieron una cajita con los restos”, se quebró.

Los restos de Fernández Lima fueron inhumados al día siguiente en el Cementerio de Chacarita.

“Voy a ser la voz de él hasta el día que me muera”

“Necesito que la familia Graf pague este dolor. Son 41 años de incertidumbre, tristeza, angustia. Se les ocurrió quitarle la vida a mi hermano, le robaron los sueños. Yo no tengo sobrinos, no sé cómo hubiese sido mi vida con él”, siguió Javier.

En esa línea, el hombre opinó que la familia “anda suelta por la calle” y “es un peligro”.

“A mí me arruinaron la vida. Yo trato de estar bien por mi mamá, mis hijos, mi señora, pero ¿por qué? ¿para qué? Le quitaron la vida a un ser humano. Voy a ser la voz de él hasta el día que me muera», concluyó, en diálogo con Telefé.

La palabra del abogado de Graf

Martín Díaz es uno de los abogados del acusado y, en diálogo con la agencia Noticias Argentinas, señaló que “Graf no va a ir” a la audiencia que se hará este miércoles desde las 11 en Viamonte 1147.

Cómo era la fosa donde estaba enterrado Diego Fernández Lima

“Vamos con la mejor de las expectativas. La exposición durará cinco minutos. A la otra parte le dan el doble de tiempo”, precisó el letrado que defiende al imputado por los delitos de encubrimiento y supresión de evidencia.

De acuerdo al testimonio de Díaz, Graf está “tranquilo”. “Sabe que de nuestro lado está la verdad”, dijo el letrado y agregó: “Sobre todas las cosas, es incapaz de matar a una mosca, y nunca dudamos tampoco nosotros como abogados de esta inocencia”

Y remarcó: “Acá hubo una historia mal contada por el fiscal donde lo ubican como un villano a Graf y a todo su núcleo familiar”. El defensor reiteró que de la investigación “no surge ningún tipo de vínculo”, tales como “pleitos, amistades o negocios”.

“Este es un caso atípico, pero lo más raro es que el Estado nunca investigó el homicidio. Calculo que esto se dio debido a la escasa legislación que existía en el año 1984 y no hubo intenciones de parte del Estado ni en ese año ni actualmente de encarar una investigación seria”, agregó.