
El embajador de Donald Trump en Uruguay, Lou Rinaldi, es un viejo conocido del país. Nació en Italia, pero la situación crítica de los años de la posguerra llevó a su familia a mudarse al país sudamericano, donde el diplomático se crió. Veraneó en las costas del país durante 20 años, es simpatizante de Peñarol e incluso probó suerte en sus formativas. El representante del gobierno de Estados Unidos se siente uruguayo.
Rinaldi conoció al presidente Trump en 1993 y generaron un vínculo muy cercano a través del golf, un deporte que practicaban casi todos los fines de semanas.
Estas dos características del embajador –su conocimiento de Uruguay y su cercanía a Trump– fueron destacadas por el presidente Yamandú Orsi, a la salida de un evento organizado por la Cámara de Comercio Uruguay-Estados Unidos.

“Nadie puede desconocer la particularidad de tener como embajador en Uruguay a alguien que se crió, que creció acá y que nos conoce porque es parte de nuestra propia vivencia. Él se siente un poco uruguayo también por haberse criado unos cuantos años acá”, dijo Orsi a la salida del evento en una rueda de prensa.
Durante la disertación, Rinaldi destacó el vínculo que han mantenido Estados Unidos y Uruguay durante 150 años. “Nos unen valores profundos: la libertad, la democracia, la confianza en el individuo, el respeto a los derechos humanos y laborales, la transparencia, la solidez de las instituciones y el respeto a los contratos”, dijo.
“Estos principios son la base sobre la cual construimos nuestra democracia y también nuestra economía. Estados Unidos es, y quiere seguir siendo, un socio confiable para Uruguay”, dijo.

Rinaldi comentó que, en esta nueva etapa, la Embajada en Montevideo tendrá como foco al fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre los países, con una mayor promoción del comercio, inversión e innovación.
Un segundo eje es el apoyo a las empresas de Estados Unidos y Uruguay que busquen “crecer juntas”.
El tercer foco que mencionó Rinaldi en su discurso fue la intención de “avanzar en temas de seguridad” y lograr que el puerto de Montevideo sea “el más moderno”, algo que consideró clave para la competitividad del país.
Por último, Rinaldi planteó que es necesario mejorar la conectividad entre los dos países. Esto incluye que haya más vuelos directos, de forma de facilitar los negocios y el turismo.

El diplomático contó en un discurso que Trump le ofreció ser embajador en una cancha de golf. “Un día, cuando estoy terminando de jugar al golf, aparece con un cartel grandote y me dice: elegí un país. Y me puse a buscar a Uruguay. Y miro y digo: ‘Acá no está’. Pero Uruguay es raro, porque está como Oriental República del Uruguay. Entonces ahí lo elegí. Para mí es un honor volver a Uruguay”, dijo Rinaldi, según la crónica de Montevideo Portal.
Lo definió como el “país chico más grande del mundo” que ha visto porque “está en todos lados”.
Esta frase también se la comentó al presidente Orsi en la mesa que compartieron. Así lo contó el mandatario al final del encuentro. “Él se refiere a que tú te mueves por el mundo y siempre hay algún uruguayo por ahí tomando decisiones”, dijo.

El presidente de Uruguay dijo que el país tiene que aprovechar “la oportunidad” de tener un embajador con estas características. Lo definió como una “ventaja”. “Es alguien que conoce, que estuvo acá, se crió acá, y que a su vez tiene una relación directa con el presidente de Estados Unidos”, insistió Orsi.
“Hay que reconocer que la administración norteamericana, en esta etapa, ha generado un revuelo internacional porque él va, como decimos en el truco, pico a pico. Él pasó a la ofensiva. La diplomacia norteamericana está muy intensa en lo que es la generación de vínculos. Si antes decíamos que no miraban hacia el sur, ahora lo están mirando con los ojos muy abiertos”, dijo Orsi.