El vicepresidente de estudios internacionales del Instituto Cato, Ian Vásquez

El vicepresidente de estudios internacionales del Instituto Cato, Ian Vásquez, reveló una conversación que mantuvo con Kristalina Georgieva, titular del FMI, acerca de una posible dolarización en la Argentina. Según dijo, ella apoyaría esa decisión.

Si bien la dolarización fue de momento descartada por el equipo económico (dado que no habría suficientes divisas para llevar a cabo ese plan y eliminar el peso), es una idea que sigue presente en la discusión pública, considerando que fue una de las promesas de campaña del presidente Javier Milei.

El miembro del influyente think tank de EEUU aseguró: “Hay un montón de economistas que no ven bien a la dolarización. Sin embargo, Kristalina Georgieva, que es la cabeza del Fondo Monetario, en una discusión que tuve con ella acerca de la dolarización en Argentina, me dijo que si la Argentina decide ir en esa dirección, ella y el FMI apoyarían la dolarización”.

“Ella tiene cierta experiencia en ese sentido ya que es de Bulgaria, donde tienen una caja de conversión que es semejante. Es decir, tiene experiencia en un país donde al Banco Central no hay que tenerle ninguna confianza y que ésa es una solución que sí funciona en la vida real”, consideró Vásquez.

Por otro lado, agregó: “Hace poco estábamos hablando de cómo la estabilidad económica puede facilitar las otras reformas, pero sin la estabilidad económica, las buenas reformas no despliegan su potencial y un poco de eso puede estar ocurriendo en Argentina hoy por hoy”.

De la conversación en el podcast del Instituto, también participó el fundador de Plaza Logística, Eduardo Bastitta, quien se mostró a favor de la dolarización y sostuvo que muchos empresarios y economistas aún rechazan esa posibilidad, pero otros se muestran a favor.

Eduardo Bastitta, CEO de Plaza Logística

“Los empresarios le tienen un poco de miedo, pero no tienen una opinión informada. Yo creo que, de los pocos empresarios con los que hablé, no terminé de convencerlos de que sean moderadamente favorables a la conveniencia de dolarizar”, sostuvo el además miembro del Consejo de Asesores del presidente.

“Tenemos grupos de casi 200 empresarios muy importantes de la Argentina con los que conversamos permanentemente sobre el tema, y la gran mayoría está a favor. Creo que entre los empresarios argentinos hay cada vez más apoyo a la organización”, dijo Bastitta. Y sumó: “Donde tenemos detractores muy fuertes es entre los economistas, y sin argumentos. No quiero sonar soberbio, pero en las conversaciones que tuve con economistas —que se supone que son buenos en varios otros aspectos— en lo monetario no entienden la diferencia que hablábamos entre stock y el rol de la moneda», precisó.

“Para ellos, la moneda es stock y esa es su única importancia: manejar los stocks monetarios, la demanda. No entienden el daño que genera la moneda. Para mí es como el aceite del motor: son cinco litros, cuesta unos mangos, pero la capacidad de daño de un aceite corroído en un buen motor es tremenda. Y eso es lo que tenemos nosotros: le metimos a nuestro motor aceite corroído y no lo queremos cambiar; queremos, no sé, tratar de mejorarlo mientras el motor sigue funcionando”, comparó.

Bastitta:

Por otra parte, aseguró: “Si yo quiero bajar impuestos, destruyo el superávit fiscal. Si quiero desregular y abrir la economía, genero inicialmente algún daño en el empleo. Si aplico una reforma laboral en una economía recesiva, probablemente tenga inmediatamente una consecuencia de mayores despidos y la población diga que la reforma laboral es mala. Entonces, frente a cada cosa que quiero tocar, estoy como medio entrampado”.

“La salida de la trampa es el crecimiento. El crecimiento me permite empezar a disminuir el gasto público, empezar a bajar impuestos, empezar a implementar otras reformas, tener más apoyo popular, que me vaya mejor en las elecciones. Ahora, ¿cómo crezco si estoy entrampado? No tengo opciones que me den crecimiento, porque la estabilización le compite al crecimiento», opinó Bastitta.

Entonces, ¿qué hace la dolarización? Básicamente me compra varios años —cuatro o cinco años— de fuerte crecimiento de la economía. Ese impulso inicial de fuerte crecimiento, vía crédito privado.

Bastitta sostiene que se necesita menos que cero dólares para dolarizar a los seis meses, porque la economía se monetizaría rápidamente en dólares y la demanda sería menor que la que muchos suponen.

El verdadero desafío es transitar el período entre el inicio y la normalización completa. Los riesgos dependen del modo en que se implemente: si se dolariza con un tipo de cambio muy bajo, quienes tienen pesos bancarios podrían temer que sus dólares “no estén” y eso disparar una corrida bancaria.

Por eso, señaló Bastitta, quienes cuestionan el proceso afirman que se necesita más que el circulante, y según a quién se consulte las estimaciones van de 15.000 a 60.000 millones de dólares.

Es importante recordar que el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó semanas atrás: “Aún cuando está descartada la dolarización, no estoy conceptualmente en contra. El Presidente tampoco. ¿Puede ser una alternativa? Sí. Pero tenés que tener los dólares suficientes. En este momento no tenemos los dólares suficientes para asegurar que sea exitosa”.