Durante el último fin de semana largo de noviembre, Nico Occhiato y Flor Jazmín Peña eligieron las Cataratas del Iguazú como destino para una escapada romántica, compartiendo con sus seguidores un detallado registro de la experiencia a través de fotos y videos en redes sociales.
La pareja documentó su paso por uno de los enclaves naturales más representativos de Misiones, destino declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, mostrando la intimidad y alegría que vivieron en el entorno selvático. El viaje refuerza la tendencia de celebridades nacionales de escoger Misiones para desconectarse, atraídos por su naturaleza, aventura y la posibilidad de disfrutar momentos especiales en pareja.


Durante su estadía, la pareja publicó un carrusel de imágenes en Instagram que capturaron caminatas por las pasarelas del Parque Nacional Iguazú, abrazos junto a los saltos de agua y recorridos entre los senderos selváticos. En las postales, la pareja también posó en balcones panorámicos y disfrutó de la bruma propia del lugar. Entre los momentos compartidos se destacaron las escenas relajadas en la pileta infinita del hotel, cenas románticas y situaciones cotidianas como compartir una pizza o lucir atuendos frescos adaptados al clima de la región. En una de las publicaciones, la actriz expresó su entusiasmo y afecto en una frase espontánea dirigida a su pareja, transmitiendo la emoción vivida.


El itinerario incluyó varios circuitos del parque, como la visita a la Garganta del Diablo, sector icónico de las cataratas, y actividades al aire libre que realzaron la magnitud del paisaje y la energía del entorno. Además, la actriz mostró algunos instantes íntimos del viaje, como cenas románticas, degustaciones de gastronomía local y la vista desde su habitación de hotel. Los distintos looks elegidos por ambos para paseos y veladas también formaron parte del registro visual que compartieron con sus seguidores.




La elección de las Cataratas del Iguazú por parte de la pareja sigue la tendencia de figuras públicas que impulsan la visibilidad de Misiones como sitio preferido para escapadas románticas y de aventura. Los colores de la selva, la intensidad de los saltos de agua y la posibilidad de desconexión aparecen entre los factores que potencian el atractivo turístico de la provincia. Las publicaciones de Occhiato y Peña suman a la consolidación de este destino, posicionando a las Cataratas entre los lugares más elegidos tanto por viajeros nacionales como extranjeros.
El material compartido por la pareja dejó testimonio visual de su conexión y entusiasmo durante la estadía, otorgando aún mayor visibilidad al magnetismo de las Cataratas del Iguazú como símbolo del orgullo por la belleza natural argentina.




En las redes sociales, el reciente baile compartido por Flor Jazmín Peña y Nico Occhiato generó una ola de reacciones que puso en evidencia el magnetismo que ambos ejercen sobre sus seguidores. Lejos de los grandes escenarios y ambientes de producción, la pareja eligió el entorno cotidiano de su hogar para exhibir una coreografía espontánea, capturada por Flor Jazmín frente al espejo y acompañada del clásico “La isla bonita” de Madonna.
La grabación, realizada durante un fin de semana juntos, mostró la dinámica desenfadada entre los dos. Mientras Flor conducía el ritmo con soltura, Nico decidió sumarse y copiar los pasos, aportando su característica cuota de humor y gestos cómicos. El intercambio de miradas y las risas compartidas reflejaron no solo complicidad, sino también una voluntad explícita de transmitir naturalidad en su vínculo. “Ellos me hacen creer en el amor”, expresó uno de los usuarios en la red social X (antes Twitter), donde la pieza audiovisual alcanzó particular difusión.





El fenómeno no quedó limitado a halagos por la química entre ambos. Diversos comentarios en la plataforma destacaron el costado “imperfecto” y genuino de la pareja, resaltando frases como “Son mis padres” o “Nico está re duro al intentar bailar”, que se repetían con entusiasmo. Esta recepción sugiere que la audiencia encuentra en los dos una representación cercana y despojada de poses, en donde “mostrarse vulnerable, torpe o absolutamente feliz” se convierte en una bandera de autenticidad.